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Sergio Langer: “Mis dibujos son gestos artísticos que resumen hechos periodísticos”


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El dibujante contó cómo creó La Nelly, tira cómica que publicó en diario Clarín durante 13 años, habló sobre su relación con los medios, las redes sociales y la censura. Qué dijo de Macri y la polarización política.


Sergio Langer se recibió de arquitecto pero hace 40 años que se dedica al humor gráfico. Trabajó en diversos diarios y revistas nacionales e internacionales como Clarín donde publicó durante 13 años la tira cómica La Nelly y en la revista Barcelona con Mama Pierri. También trabajó en Pág 12, SexHumor, Newsweek, Mongolia, entre otros.

Su actitud adelanta su manera de hacer humor, de estilo underground, fuerte y satírico. Reside en el barrio porteño de Agronomía donde abrió las puertas de su casa y, mientras cebaba un mate sentado en el apoyabrazos del sillón, abrió también las de su historia. 

–¿Cuándo nació tu vocación como humorista gráfico?

-No hay un momento exacto. Siempre me gustó dibujar. Pero creo que fue el día que vi mi primer dibujo publicado en un medio en papel. Fue en 1979 en la revista Humor. Sentí felicidad, porque pude resumir mi deseo y mi pasión que es el dibujo con la observación política. Yo estaba estudiando arquitectura por el mandato familiar y dentro de las carreras aceptadas socialmente elegí una carrera careta dentro de las carreras menos caretas. De hecho, hay un montón de arquitectos que son artistas. 

–¿Cómo fue mutando el Sergio que comenzó dibujando con lapicera y papel hasta el Sergio actual?

–La computadora es una herramienta fundamental para terminar el dibujo y mandarlo. Pero el original es un boceto en papel. Se me rompió el scanner hace 6 meses, así que escaneo con un celular. Con él, saco fotos a mis dibujos, luego los escaneo con una aplicación, lo pinto, y como es para una revista en España, lo envío. Me resulta más cómodo también, porque puedo tener distintos dibujos en una sola hoja. Si me gusta una parte, escaneo solo esa parte y la envío.

–¿Cómo es hacer humor en la era de las redes sociales y su interacción?

–Es un desafío creativo y artístico. La coyuntura y el escenario cambiaron mucho. Creo que se achicó y se empobreció todo, porque si yo hago un dibujo y a la hora de publicarlo pienso a cuánta gente le puede molestar, no lo puedo publicar. Yo dibujo hace 40 años y siempre hice humor negro. Ahora cuelgo mi dibujo en las redes y me atajó: “Esto puede ofender a alguien”. 

¿Y por qué los publicás en esas redes?

–Hacer un dibujo hoy que a los jóvenes los conmueva y los movilice para mí es un golazo porque los códigos cambiaron mucho. Si no, estaría dibujando siempre para gente de mi edad que capaz es la que más aprecia mi laburo. Pero a veces está bueno llegar a los pibes más jóvenes. En la revista Barcelona, sabían que algunos dibujos podian joder a alguien, entonces como en las redes habia mas repercusion no lo subían, pero en papel sí. Fijate como mandan las redes hoy.

–¿Creés que hay algún tema con el que no se puede hacer humor?

–No, creo que con cualquier tema se puede. El problema está en el receptor. Antes uno sabía que trabajaba en una revista que hacía humor negro y que el tipo que iba a comprar la revista, iba a buscar a los dibujantes y se iba a reír de eso que publicabas. Ahora, vos mandas un dibujo a las redes y te ve cualquiera, no el que te elige. Así que si no te gusta siempre digo: cambiá de canal. La impunidad que da el anonimato en las redes, habilita para putear, insultar o juzgar desde una posición total. Hay de todo, mensajes de amor y de odio. Para la política está funcionando muy bien los mensajes de odio. Yo aprendí a reírme del dolor.  

–¿Cómo fue trabajar en Clarín junto al escritor y guionista Rubén Mira publicando la tira La Nelly ?

–Rubén Mira, el Colo, es como un hermano para mí. Hicimos esa tira durante 13 años. Ya teníamos 40 cuando surgió la posibilidad de hacerla en la contratapa de Clarín, no eramos pendejos. Lo llamé a Rubén porque nunca había hecho una tira diaria y no me animaba a hacerla solo. Y desde el diario nos marcaron la cancha para saber cómo jugar. Nos dijeron que era una tira para toda la familia y que no podíamos trabajar con drogas, religión ni sexo. Tres temas que para nosotros era lo básico. Fue un desafío. Yo ya venía del ambiente de hacer ese humor negro y acido, y era raro que alguien de ese estilo trabajara para los medios de la industria gráfica. Creo que fue un privilegio que tuve y que me encantó hacerlo. 

-¿Cómo hicieron para trabajar con esa censura previa o límites marcados?

–Al no poder joder con drogas, Nelly se tomaba un litro de chimichurri y viajaba en un viaje de ácido. Entonces, ¿qué necesidad había de hacerla fumando un porro? No tiene gracia. Además, en paralelo, estaba trabajando con la revista Barcelona que buscaba burlarse del discurso de Clarín. Así que en uno hacía a La Nelly, una vieja un poco reaccionaria que tenía el típico prejuicio de la clase media y en la otra publicaba Mamá Pierri, un personaje siniestro, nazi, fascista. 

–¿Por qué dejaste de trabajar en Clarín? 

–No dejé. Nos echaron cuando el PRO ganó las elecciones. Igual, estuvo genial que me rajen porque ese lugar se transformó en una cueva de ratas. Ya venía desgastado, era anacrónico. ¿Y sabés cómo le podríamos haber dado a Macri? Si es un idiota, está ahí para que hagas humor todo el tiempo. Como (Carlos) Menem, como cualquier político. 

–En tus obras hay mucha política. ¿Te trajo problemas alguna vez? 

–Sí. Con una banda de dibujantes hicimos Lapiz Japones, un fanzine que era un experimento gráfico y artístico interesante, y pusimos en la tapa a Quaker Oats Company, el logo de la compañía, con una mujer de espaldas, arrodillada y con el tipo sonriendo. Nos hicieron un juicio por 100.000 dólares. Nosotros éramos unos muertos de hambre, imaginate, era un fanzine. El juicio duró cuatro años. El Fondo Nacional de las Artes nos dio plata. Se nos fue guita pero la piloteamos. 

–¿Padecés cada tanto el síndrome de la hoja en blanco?  

–¿Cada tanto? El viernes no sabía qué iba a hacer y hoy hice 8 dibujos. Es la presión y el pánico cuando tengo que entregarme a un medio. Me puedo sentar frente a una página en blanco, puedo estar seis horas tomando café, escuchando la radio, escuchando música y si no sale, no sale. Y de repente, cuando se empieza a acercar el tiempo de entregar los dibujos, comienza a suceder algo, es como si algo se abriera.

-¿Cuánto hay de periodismo y cuánto de humor en tus dibujos?

-No sabría decirte en qué porcentaje. Es como si te dijera por partes iguales. Creo que la tarea del periodista es hacer crónicas de lo que sucede a su alrededor, y yo hago crónicas con mis dibujos. El humor y el periodismo en mi oficio están muy vinculados. Es como un proceso que metaboliza un pensamiento, es sofisticado, requiere de mentes abiertas. Es un gesto artístico que resume un hecho periodístico.

-La polarización social que se vive en Argentina hoy, ¿afecta a tu trabajo?

–La verdad me afecta mucho lo que está pasando a un punto que a veces solo observo. Ya sé que no hay esperanza, el avance de la ultraderecha es increíble y lo estoy viendo hace muchos años como va creciendo y fogoneando a través de los medios de comunicación. Entonces me angustia porque no le estoy encontrando ganas de hacer humor con eso. Con la política nacional no estoy haciendo humor, porque no estoy encontrando el dibujo que dé la tecla. Además hoy lo que fue noticia hoy, mañana quedó vieja, y para hacer un chiste con eso tenés que andar corriendo detrás de la coyuntura y al otro día esa noticia fue sepultada por otra más sensacional o viralizada. Pero creo que la política como herramienta de cambio está en caída libre.

-¿Hay algún artista o humorista gráfico joven que te parezca una gran promesa o que te inspire? 

-Te puedo nombrar algunos y no quiero dejar algunos otros, pero por ejemplo Mantrul,Chavo Escrotito, Jorge Fantoni, Podetti, El Nolo, Ernan Ciriani, Ayar, Mr Kern, Horlang, Von Chuyo entre tantos otros talentosos. Hay un colectivo de artistas que son muy buenos que se llama Alegría que nació cuando asumió Macri como un acto de oposición política.

-¿Estás trabajando en algún proyecto futuro?

-Sí, vamos a sacar El Libro de Oro de La Nelly en Marzo y también un libro sobre Mamá Pierri. También, tengo en mente hacer muestras con mis obras y empecé a dar clases de dibujo hace poco.

-Esas clases, ¿son solo “para entendidos”?

-Para venir a mis clases solo tenes que tener ganas de dibujar. A veces me dicen que nunca dibujaron y yo digo que sí, todos dibujamos alguna vez, todos empezamos a dibujar parecido. Pero a veces es suficiente una sola frase, o una mirada de alguno de los padres para que no hagas más una cosa.


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