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Memorias de un León


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Fernando “Nandy” Zylberberg integró la selección de hockey argentina en Sydney 2000 y Atenas 2004. Recordó esos Juegos, contó intimidades de los cruces con Federer en la Villa Olímpica y palpitó las chances que tendrá en Tokio el equipo que se consagró en Río.


-¿Cómo llegaste al mundo del hockey?

-Empecé a jugar por accidente. Mi hermana comenzó en Comunicacionesy cuando mi madre tenía que llevarla a ella, no me quedaba otra que acompañarla. Me fui enganchando con los hermanos más chiquitos, que eran todos de mi edad, hasta que un entrenador formó un equipo de chicos. Ahí arranqué, pero no me gustaba mucho porque era un compromiso. Pero después lo grupal y divertirme con el resto de los chicos fue lo que me enganchó. Hoy sigo siendo amigo de ese grupo.

-¿Y en la selección argentina? ¿Cómo fue tu debut?

-Fue una sorpresa. Por un tema de conducta tuve una suspensión de dos años y prácticamente me alejé del hockey a los 14 años. En esa edad de adolescente empecé a salir, bares, boliches… A los 16, cuando me levantaron la suspensión, me encontré nuevamente con los chicos del club y volví a entrenar. El técnico me mandó a probarme al seleccionado juvenil, ahí empecé a ganarme el lugar y a quedar en las listas de convocatoria. Hasta que en 1994 hubo un torneo en la India que el seleccionado mayor no pudo viajar por un conflicto con la Federación, por eso me convocaron junto con los jugadores de 17 años para participar. Pasé de alejarme completamente del deporte a integrar la selección argentina, fue muy vertiginoso.

-¿Qué significó representar a tu país en Sídney 2000?

-Muy fuerte. Nosotros no clasificamos, pero por un conflicto de Sudáfrica, el Comité Olímpico Sudafricano no dejó participar y gracias a eso Argentina entró al torneo. Fue de un día para el otro, teníamos un mes para preparar el plantel y el hecho de estar en ese equipo fue disfrutar la selección, la villa olímpica y lo que conlleva.

-¿Dónde mostraste tu mejor versión, Atenas o Sídney?

-En Atenas en cuanto a Juegos Olímpicos tuve un nivel más destacado. Pero el mundial de Kuala Lumpur 2002 fue la mejor performance del equipo y en lo particular me nominaron para los tres mejores jugadores del mundo en ese mismo año. En esa época fue en la que mejor me sentí y más a pleno estaba.

-¿Cómo se vive en la villa olímpica? ¿Tenés alguna anécdota?

-La vida en la villa olímpica es algo para contar aparte, es muy difícil expresar lo que significa. No es solamente “estar”. Es más, mis mayores recuerdos tienen que ver más con la villa y todo el entorno, y no tanto con la parte competitiva. Hay tremendas naves en donde están los comedores o los espacios comunes. Allí están todas las culturas: tenés una isla de comida de un tipo, otra isla de otro… Y te das cuenta que cada uno tiene sus particularidades. Una anécdota que siempre me acuerdo es que nosotros, por como estábamos ubicados como país, teníamos muy cerca de Federer. Y casi siempre cuando íbamos a comer coincidíamos y nos pasaba que, desde que Roger llegaba, agarraba su comida y no podía comer. Sin exagerar, pasaba una hora, hora y media, con gente que se le acercaba para saludarlo, para una foto, lo que sea… Y practica un deporte individual, así que iba siempre solo. Entonces, a nosotros se nos ocurrió que cuando él llegaba, lo rodeábamos para que la gente no se pudiera acercar y él comiera tranquilo. Y se dio cierta comunicación, nos quedábamos hablando con él un rato… Pero hasta que no dejaba de venir la última persona, el tipo no se sentaba a comer. Pasar del mega profesionalismo a convivir en la villa olímpica, no es para nada normal. Para nosotros eso fue algo lindo, por ver la actitud de él.

-¿Te sacaste alguna foto con Roger o no hubo oportunidad?

-No, porque no quisimos hacer lo mismo que no queríamos que hagan los demás. Así que me la perdí, pero creo que tengo el recuerdo de esa experiencia con él, que vale tanto o más que una foto.

-¿Con algún otro atleta sí?

-Sí, con muchos, sobre todo de nuestra propia delegación. Por ahí yo no era tan cholulo, sino de respetar el espacio de atletas de todo el mundo. Entonces, no quería invadir tanto. Pero compartí con los atletas propios de Argentina: con Manu (Ginóbili), con casi todos los jugadores de fútbol, con los chicos de básquet. O sea, por ahí me pintaba más a mí el hecho del recuerdo de estar con los atletas y no de molestar tanto, de invadir a las super figuras que también quieren disfrutar el torneo a su forma.

-¿Cómo ves al hockey masculino hoy, tanto a nivel selecciones como a nivel clubes?

-A ver, a nivel Selección yo creo que, si bien es un logro único la medalla de oro que se ganó Río, desperdiciamos la oportunidad de mantenernos en ese nivel top, en ese nivel de jerarquía que se podía haber obtenido, pura y exclusivamente por malos manejos a nivel grupo o de manejar mal algunas situaciones. Eso es lo que, por ahí a uno, que tiene la camiseta puesta, le duele un poco. El nivel de clubes en Argentina es malo. La organización de la Federación, como los torneos o la infraestructura, no es buena. Lo que pasa es que hay tantos talentos o tanta materia prima, que así y todo se consigue que los jugadores lleguen al hockey internacional a un mejor nivel. La realidad es que el país se empezó a meter en el nivel top internacional cuando la mayoría de los jugadores empezaron a jugar en ligas europeas y ahí se emparejó con otras potencias. Yo me acuerdo que en Sidney, por ejemplo, el fin de semana antes de viajar con mi club jugué en una cancha de tierra, que no tenía ni pasto siquiera. Y teníamos que ir a competir con potencias como Alemania, Holanda, Inglaterra, que para ellos ya era natural jugar en sintético de agua. En Atenas, parecido: éramos solo tres o cuatro los jugadores que estábamos en Europa. O sea, yo creo que el hecho de que hoy la mayoría de las generaciones que se encuentran cerca del Seleccionado ya están compitiendo en España, Holanda, Bélgica, hace que el nivel sea mucho más cercano al hockey internacional y por eso también los resultados.

-¿Cómo ves al equipo de cara a Tokio 2021?

-Lo veo bien, veo que ya hubo un crecimiento y hay un grupo de jugadores que tiene experiencia, que tiene nivel. Por ahí ya están al límite de su etapa en el Seleccionado, pero es una base sólida junto con algunos chicos nuevos. La verdad es que Tokio va a ser un poco incertidumbre para todos porque no sabemos cómo se fueron preparando las otras delegaciones, no sabemos si los jugadores que estaban al límite decidieron dejar o continuar, va a ser un torneo muy particular. Lo que sí creo es que Argentina se metió en ese grupo de posibles candidatos, creo que hoy está por debajo de Bélgica, Holanda, Alemania, y en su momento estaba a la altura. El hecho de no tener a Gonzalo Peillat en el plantel hace que la gran carta de oro que pueda marcar la diferencia no la tengamos. Si bien los otros tiradores de córner pueden ser de buen nivel, no marcan la diferencia como la marca Gonzalo y eso yo creo que se puede llegar a notar.

-¿Cómo viste el tema de la pandemia en el hockey el año pasado?

-La pandemia afectó a todos, el deporte no está exento. Lamentablemente, algunos países por ahí manejaron la situación de manera distinta, entonces ahí también puede estar la diferencia. Entiendo que, para los chicos del Seleccionado, con distintas concentraciones que se hicieron en ciertos lugares, tiene su parte positiva porque muchas veces, en un año normal, muchos jugadores no estarían en el plantel, sino que estarían jugando las Ligas en distintos lugares, y que haría difícil juntarse para la preparación y la pandemia tuvo esa parte positiva, que al no tener torneos o no viajar todos los jugadores, se pudieron hacer unas cuantas concentraciones en la Costa, en Córdoba. Por ahí no hubo tanta competición, pero yo creo que eso es fundamental en la recta final, lo que pase de acá hasta el inicio del torneo es lo que realmente va a marcar la clave de cómo fue la preparación. La pandemia, sumada a los cambios en la Confederación, con elecciones, autoridades distintas, cambio de entrenadores y todo eso, son cosas que no ayudan a los procesos olímpicos de preparación. Pero, por lo que sé, muchos países pasaron por las mismas situaciones, así que creo que las cartas van a ser parejas para todos.

-Hace 10 años fuiste declarado Personalidad Destacada del Deporte en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo viviste ese momento?

-El hecho de que me hayan declarado Personalidad Destacada del Deporte a uno lo llena de orgullo. La verdad que tiene que ver con la cantidad de años que uno le dedica al Seleccionado y tiene su parte muy linda de todas las vivencias por todo lo que uno pudo disfrutar o participar en todos los torneos, pero también tiene el sacrificio de que uno dejó de lado muchas cosas, que a nivel familiar, amistades, vida social como laboral también tiene sus perjuicios de alguna forma, y un reconocimiento de la ciudad donde uno vive es algo muy lindo y ayuda también a poner en la balanza lo positivo que fue dedicarle tantos años.

-¿Podrías analizar a lo sucedido con algunos atletas que no iban a poder ir al Sudamericano por una cuestión económica?

-Si. Con respecto a lo que pasó con la delegación de atletismo que iban a jugar los sudamericanos es difícil ponerse en el lugar de unos u otros. Muchos de los atletas que iban a participar cuando el torneo se iba a realizar acá en Argentina tenía que ver con que, al ser local, la posibilidad de inscribir atletas es mayor y siempre históricamente cuando se compite afuera, el ENARD ha regulado de una forma en donde viajan los que tiene alguna posibilidad de clasificación. El hecho de que por razones sanitarias se haya suspendido la sede en Argentina generó ese conflicto que cambia la metodología para que los atletas puedan viajar. Es duro para los chicos que les iba a tocar no participar. Es entendible que el ENARD tenga que valorar ciertas prioridades. Como deportista nos tocó en el 2001, plena crisis en Argentina, el no tener apoyo absoluto. Por lo menos en lo personal, la verdad que yo lo entendí como algo lógico. Si bien el deporte es algo a lo que uno se dedica, le ponemos mucha pasión, sigue siendo deporte, y es prescindible en la vida. Creo que hay otras prioridades. No veo mal la decisión del ENARD y no veo mal la actitud de los atletas. Surgió una persona (por Santiago Maratea) que hizo alguna actividad (recaudó fondos). Se consiguió el objetivo, así que yo creo que muestra algo positivo dentro de la crisis.

EL PLANTEL DE LOS LEONES PARA TOKIO:

  • 1. Juan Manuel Vivaldi
  • 2. Lucas Vila
  • 3. Leandro Tolini
  • 4. Nahuel Salis
  • 5. Lucas Rossi
  • 6. Matías Rey
  • 7. Ignacio Ortiz
  • 8. Agustín Mazzilli
  • 9. Lucas Martínez
  • 10. Juan Martín López
  • 11. Nicolás Keenan
  • 12. Pedro Ibarra
  • 13. Diego Paz
  • 14. Thomas Habif
  • 15. Maico Casella
  • 16. Agustín Bugallo
  • 17. Nicolás Cicileo (Reserva)
  • 18. Santiago Tarazona (Reserva)
  • 19. Emiliano Bosso (Reserva)
  • 20. Lucas Toscani (Reserva)
  • 21. Federico Monja (Reserva)

Argentina debutará ante España el sábado 24 de julio a las 0.15 de nuestro país. También por el Grupo B, enfrentará a Japón (25/7, a las 7), Australia (26/7, a las 21.30), India (28/7, a las 21.30) y Nueva Zelanda (30/7, a las 7).


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