En el otoño de 1969, Ubaldo Matildo Fillol estuvo por primera vez bajo los tres palos de Quilmes. El arquero y su equipo tuvieron un partido para el olvido: fue el 1 de mayo y el Cervecero fue derrotado por 6 a 3 frente a Huracán. Sin embargo, en su carrera se convirtió en quien para muchos es el mejor arquero de todos los tiempos.
Por Luciano Veliz
Se terminaba la década del 60 y la banda inglesa The Beatles realizaba su último concierto en el techo del edificio Apple. Medio millón de personas se reunían en Nueva York para celebrar el festival de Woodstock. Estados Unidos se posicionaba como potencia a nivel tecnológico tras la llegada del hombre a la luna. En Argentina, las puebladas se oponían a la dictadura de Juan Carlos Onganía en todo el país. Y en el fútbol, en nuestro apasionante fútbol, hace 51 años se producía el debut de un joven arquero que años después se convirtió en uno de los mejores de la historia: Ubaldo Matildo Fillol.
Cayó la tarde en La Bombonera y Quilmes visitaba a Huracán en el partido correspondiente a la 12ª fecha del torneo Metropolitano. Los equipos salieron al campo de juego y en la formación del Cervecero se vio una variante impensada: Ubaldo “Pato” Fillol, arquero de la Quinta, estaba bajo los tres palos en aquel encuentro en lugar del lesionado Oscar Cavallero.
“Ese día estaba en la pensión hasta que llegaron Roberto Mateo, un dirigente de Quilmes y Dino, delegado de las inferiores, y me llevaron al comedor donde estaba el primer equipo. Ahí el técnico me preguntó cómo estaba y me dijo: ‘Ahora vas a debutar en Primera’”, recordó el ex arquero.
A los 2 minutos de juego Miguel Ángel Brindisi, mediocampista del equipo de Parque Patricios, abrió rápidamente el marcador con un tiro libre y terminó el corto invicto del joven Fillol, que no llegó a tapar. Fue el inicio de un show de goles.Hugo Tedesco convirtió el segundo de Huracán en el cierre del primer tiempo y el tercero a los 6 del complemento. A los 10 descontó Quilmes con un penal de Andrés Bertolotti y un minuto más tarde, Tedesco puso las cosas 4 a 1. Miguel Ángel Benito, tras un córner, metió el segundo gol del Decano, pero Brindisi marcó inmediatamente el quinto. Juan Carlos Touriño achicó la diferencia, pero Tedesco volvió a escena y selló la goleada, 6 a 3. El Pato se fue al vestuario desconsolado.
“Yo estaba lejos de mi familia, que se encontraba en Monte, y no tenía amigos todavía porque estaba solo en la pensión. Tenía 18 años, era chiquito y de pronto mi gran sueño se había derrumbado”, comentó Fillol sobre aquel traspié. “Me hicieron seis goles y estaba muy mal, pero me tuve que hacer fuerte solo desde ese momento”.
El Pato logró recuperarse de la derrota y construyó una larga y exitosa carrera: después de Quilmes vistió la camiseta de Racing, Argentinos, Flamengo, Atlético de Madrid y Vélez. Fue multicampeón en River y campeón del mundo en 1978 con la Selección Argentina. Aquello fue solo un tropiezo que no le impidió convertirse en una gloria, en el Superman del arco.
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