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Pablo Matus: “Hoy es más importante ser actor que buen locutor”


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La voz institucional de la Rock & Pop analiza la actualidad de la radio y la constante evolución que propone la era digital.


Pablo Matus tiene 46 años y es la voz institucional de la clásica radio Rock & Pop. Es reconocido también por sus trailers y por poner la voz en presentaciones como la última película del Hombre Araña. Para él, la radio está experimentando una adaptación a la era digital y en la actualidad los locutores deben actuar más sus producciones si quieren tener éxito.

“El locutor tiene que ser lo más versátil que pueda. Porque mientras más tonos, estilos y matices hagas vos, para qué van a contratar a muchos locutores si en vos los tienen a todos”, afirma quien hacía aire, pero ahora se dedica a realizar grabaciones y artísticas radiales para diferentes medios y organizaciones de América del Sur.

Matus se desempeña junto a Tamara Tarrío. Mientras ella asiste a los estudios oficiales de la emisora, Pablo lo hace desde Frías, un pueblo de 25 mil habitantes en la provincia de Santiago del Estero, lejos del caos urbano y la vida acelerada de la Capital. Recibe los pedidos de las radios del interior y hace el trabajo desde su casa, mientras pone a prueba su nuevo micrófono, el  Neumann U87 que, según él, fue uno de sus máximos sueños desde su infancia.

-¿Es rentable hacer radio?

-A la gente le gustaba mucho la radio y se consumía más. Hoy estás al aire y te piden Enter Sandman, de Metallica, y si no se lo podés poner se van a YouTube y perdiste un oyente. Es una prueba de cómo cambiaron los tiempos con las plataformas digitales. Hay radios que van poniéndole imagen a lo que es la radio. Hay algunas que ya nacen digitales, como los chicos de hoy.

-Dijiste que los chicos nacen digitales y que consumen otra forma de hacer radio. ¿Creés que llegó el fin de la radio?

-No, no. La radio se está transformando. De hecho, Rock & Pop está saliendo en Spotify. Abrió un canal de YouTube. Vorterix hace tiempo venía innovando con este tipo de situaciones. 102.Q de Dublin es pionera. Noruega fue el primer país en apagar la FM. Están saliendo con un sistema que se llama “DuffPlus”, que consiste en que todas salen al aire sin pisarse.

-¿Te resistís a estos cambios?

-Lo estoy asimilando. Hoy el locutor ya no está abocado solo a la radio. Hoy los locutores tenemos TikTok y debemos ser más actor que locutor.

-¿Por qué?

-Porque nos estamos amoldando a los nuevos tiempos. Porque si no estamos fritos. Si no actúas el guión antes de grabar la publicidad, le estás robando la playa al cliente.

-¿En qué te inspiras a la hora de poner tu marca?

-Me piden muchas intenciones, grabo varias tomas. Se encargan los guionistas, Rock & Pop tiene muy buenos guionistas y editores. Cuando no tengo que intervenir yo, simplemente hago lo que piden: qué quieren y adónde llegar.

Mientras muestra las cajas de resonancia, el tan preciado micrófono y también el gran estudio que logró armar en Frías para profesionalizar aún más su trabajo y seguir disfrutando de la tranquilidad que da Santiago del Estero, Matus asegura: “Tengo mi propio Home estudio acá”. Así, disfruta de pasar inadvertido en lo social y de poder conversar con los vecinos sin ser un rockstar.

-¿Disfrutas de que la gente no te conozca?

-Tal cual, porque los ídolos de radio de aquí son chabones que viven escuchando guaracha. La gente no “juna” a una persona que tiene ahí 15 faros de Oro, un Faro de Platino y dos Martín Fierro. Uno pasa súper inadvertido, es una vida muy tranquila, bonita. Es un pueblito de 25 mil habitantes que no tiene ni empresa de transporte. Te saludan sin saber quién carajo sos.

-¿Tu casa es tu estudio y tu radio?

-Es mi estudio y trato de tenerlo en las mejores condiciones. Hace siete años que no hago radio por los temas que conté y además porque estoy grabando mucho. Escucho alguna que otra radio, pero hay un problema: te llaman para ganarte la docena de ravioles y no te llaman para debatir del contenido que estás ofreciendo. La radio debe ser mixta, con contenidos que atraigan y enriquezcan, y dejen algo por día.

-¿Creés que falta contenido?

-En las de Buenos Aires no sé. El contenido de la radio es relativo, más teniendo en cuenta los instagramers que están viniendo ahora. Dentro de las redes sociales me potencié bastante. Estoy cerca de los 1.000 mil seguidores en Instagram y vos decís “¿cómo un tipo va a tener 100 mil seguidores en Instagram si no hace lo de otros locutores como Agustín Lebruzi?” Agustín va por una vía, con la música y formas de presentar una canción, y yo voy con otra onda, con el tema de hacer voces, cuestiones que tienen que ver con la versatilidad.

-¿Cómo nació tu amor por la radio?

-A los 16 años. Siempre te toca un jefe garca, el que te agarra tiernito y te hace a la fuerza. No me tocaba ser locutor pero sí productor comercial. Vendía publicidades. Estuve como gerente de programación en varias radios de Bahía Blanca, de una todavía soy la voz institucional.

-¿Cómo es tu día de trabajo?

-Arranco a las 7 u 8 de la mañana hasta las 12 y luego de 16 a 21  más o menos. Me dedico a grabar publicidades, artísticas y aplico un sentido común que tiene que ver con la carrera: no cobro lo mismo un trabajo para la Rock & Pop que para una radio de San Clemente del Tuyú o Jujuy. Entonces traté de armar mi propio tarifario.

-¿Cuál fue tu ídolo de la radio?

-Tengo tres: Ernesto Fritz, Fernando Solís (Chile) e Iian Chester (Venezuela). Intenté hacer un combo y ponerle aderezo mío.

-¿Qué te gustaba de ellos?

-Las cadencias, el tono, el neutro, la colocación de la voz en una forma determinada. Yo habitualmente hago un tono trailer. Cuando me toca grabar, me pongo el traje de locutor, hago mi trabajo como corresponde y cuando termino me saco la pilcha y me voy a ver pajaritos a la plaza.

-Ese tono es característico de vos.

-Tengo otros también. Al principio me había encasillado en el tono trailer, pero en algún momento determinado decís “pero la puta madre, me estoy perdiendo un montón de laburo, tengo que ser más versátil”.

-Sí, pero es uno de tus sellos más importantes.

-Esa es otra clave del locutor: ser una marca registrada. La mayoría no sabe venderse de esta manera. ¿Por qué cuando vos escuchás una publicidad decís “éste es Lalo Mir”. Porque son marcas registradas, y un locutor tiene que ser marca.


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