En la final de la Euro 76, Checoslovaquia venció a Alemania con un penal que el mediocampista convirtió con la misma sutileza que luego copiarían Zidane, Abreu y varios más.
La final de la Eurocopa de 1976 se disputó el 20 de junio en el Stadion Crvena Zvezda de Belgrado (Yugoslavia). Alemania Federal llegaba como favorita, ya que había sido campeona del mundo en 1974 frente a Holanda y también de la edición anterior de la competencia europea en 1972 al vencer a la Unión Soviética. Checoslovaquia aplastó a Holanda en la semifinal por 3-1, mientras que Alemania Federal lo hacía con Yugoslavia por 4-2 para enfrentarse en una final histórica.
Corría el minuto 8 y Ján Švehlík superó a Maier para poner en ventaja a su equipo. Dobiaš le agujereó otra vez las redes al arquero alemán a los 23 minutos y estampó el sorprendente 2-0. pero Alemania siempre es Alemania… un rival para nada fácil. A los pocos minutos, centro por la derecha de Beer y descuento de Dieter Müller de cabeza. Ya al final del partido, Hölzenbein marcó el tanto del empate al minuto 89: 2-2 y prórroga. En el alargue no hubo goles. El árbitro italiano Sergio Gonella pitó el final que dio inicio a la serie de penales.
La selección checoslovaca marcó los primeros cuatro tantos mientras que la germana anotó tres. Era el turno de Panenka, en una instancia decisiva. Si convertía, Checoslovaquia sería el campeón. Antonín fue hacia la pelota y en lugar de pegarle fuerte o colocarla contra un palo, tomó una determinación inédita: picó la pelota, algo nunca antes visto en el fútbol y le daría a su país su primer título.
Ese penal quedó en la historia de este deporte y cada vez que un jugador pica la pelota desde los doce pasos se llama “Penal a lo Panenka”, aunque muchos ya lo asocien con el uruguayo Sebastián Abreu, por su jugada ante Ghana en Sudáfrica 2010.
Al ser consultado, Panenka declaró: “Iba a hacer algo especial con el lanzamiento, si tenía la ocasión, y lo hice”.
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