Los compañeros revolearon a la Pulga por el aire durante los festejos, mientras cantaban: “Que de la mano/ de Leo Messi/ todos la vuelta vamos a dar”. Hubo fiesta en el Maracaná y en cada rincón de la Argentina por la obtención de la Copa América.
Tras un partido de 95 minutos de pura adrenalina y difícil de poder sacar ventajas, el árbitro uruguayo Esteban Ostojich dio el pitazo final para que el equipo de Lionel Scaloni lograra conquistar su 15° título de la Copa América, esta vez en tierras brasileñas. Con esto, se equilibra a Uruguay con los mismos títulos consagrados.
Al finalizar el partido, los jugadores de Argentina se acercaron hacia donde estaba Messi arrodillado llorando. Luego, fueron hacia la cabecera en la que estaban los hinchas de la Albiceleste, para festejar entre canticos hasta esperar por recibir la copa. Levantaron todos los jugadores al 10 de nuestra selección en muestra de agradecimiento por ganar el máximo torneo continental. “¡Dale campeón, dale campeón!”, se gritaba en el Maracaná, mientras revoleaban las camisetas por el aire y a la tribuna.
Antes de recibir la copa, todos los jugadores de Argentina se colocaron la camiseta nueva con una frase en la espalda: “Campeones de América 2021”. En el medio se veía un mapa de América del Sur con las firmas de todos y la frase: “Nos unieron estos colores”. Antes de la ceremonia de premiación, Neymar se acercó a Linoel y para fundirse en un interminable y sincero abrazo.
Llegó el momento de recibir las medallas doradas. El primero en subir fue Di María. A “Fideo” le fueron siguiendo sus compañeros y el entrenador Scaloni. La fila la finalizó nuestro capitán, quien fue el que levantó su primera Copa América. Las medallas brillaban en los pechos de los jugadores; los fuegos de artificio explotaban en el aire y seguían los canticos en Rio de Janeiro.
Los campeones volvieron a acercarse hasta los hinchas para hacer la famosa “corridita” hasta llegar al extremo de la copa y tirarse al césped. Armaron una ronda para bailar con la copa. Desde la tribuna, mientras tanto, se escuchaba “¡Fideeeo, Fideeeo!”, en agradecimiento al goleador del partido. El capitán de la Argentina, minutos después de la consagración, se sentó en soledad sobre el césped y dialogó con su familia.
Mientras tanto, en el Obelisco y otros rincones de la Argentina, el pueblo se volcaba a las calles para celebrar el título y gritar por Messi… y por Diego.
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