COPA AMÉRICA
RENOVACIÓN Y VIEJOS CONOCIDOS, LA FÓRMULA DE SCALONI

Tras las últimas dos derrotas en esta competición y con nueve nombres que nunca viajaron con la celeste y blanca en busca de la gloria, Argentina irá a ganar de una vez por todas la Copa América que le es esquiva desde hace 26 años.
Por Ignacio Lucero (@nacholucerok)
La Copa América que se avecina está repleta de caras nuevas para Argentina. Tanto es así que, de aquel equipo que perdió en Nueva Jersey la última edición de este torneo en 2016, sólo quedan cinco jugadores. Además, nueve de los 23 que estarán en Brasil nunca jugaron un torneo oficial con la Mayor. Con el paso de dos técnicos en el medio y un tercero que es Lionel Scaloni, la Selección va en busca de la gloria que no consigue desde 1993.
El primer caso, el más emblemático, es el de Lionel Messi. El máximo goleador histórico del combinado nacional con 65 goles y capitán del equipo nunca pudo traerse una medalla dorada con la mayor. A pesar de todo lo que representa como argentino en el mundo, en el país parece no bastar por el hecho de que no tiene un título con la celeste y blanca. Debutó en 2005 y estuvo en todas las competiciones oficiales que disputó el equipo nacional convirtiendo goles en todas a excepción del Mundial de Sudáfrica 2010 y la Copa América 2011. Después de tres finales perdidas consecutivamente (Mundial 2014 y Copas América 2015/2016) decidió dar un paso al costado aunque duró muy poco. Edgardo Bauza lo convenció de volver y a pesar de los constantes amagues sobre su continuidad tras la gestión Sampaoli, la Pulga siempre volvió. Buscará guiar a sus (nuevos) compañeros a un(a) final feliz de una vez por todas.
Sergio Agüero es otro de los nombres resonantes que continúan vigentes en la Selcción. El Kun compartió los mismos dolores que su amigo Lionel y también estuvo ausente luego del Mundial de Rusia 2018. De hecho, su convocatoria inmediatamente posterior al Mundial se trata de la mismísima lista de la Copa América. Agüero, indiscutido en el Manchester City de Inglaterra, conoció las mieles del éxito con la Sub 20 en los Mundiales 2005 y 2007, además de sumar la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Debutó en 2006 de la mano de Alfio Basile en el recordado 0-3 ante Brasil en el Emirates Stadium de Londres. Permanece a la sombra del astro rosarino en lo futbolístico y en la crítica, aunque no sufre los mismos destratos que él.
El tercero es Ángel Di María, que con 31 años irá a la cuarta Copa América de su carrera. Si bien marcó goles importantes para el combinado nacional (el que más se destaca es el 1-0 a Suiza en Brasil 2014) siempre fue criticado por sus lesiones en instancias definitorias. En el Mundial de Brasil sufrió un desgarro en cuartos de final que no le permitió continuar jugando y también sufrió la misma lesión en las finales de Copa América subsiguientes. Debutó en 2008 mientras el equipo se preparaba rumbo a Sudáfrica 2010 con Alfio Basile primero y Diego Maradona después en el banco de suplentes. Al igual que Messi y Agüero, fideo no se perdió ninguna competencia oficial con la Selección desde que debutó. Si bien hace más de 10 años que está en Europa y consiguió una Champions League con el Real Madrid, el rosarino se debe un título con la mayor y buscará obtenerlo a como dé lugar.
El más particular es el caso de Nicolás Otamendi, que llegó a debutar en 2009 de la mano de Maradona y se ganó un lugar para el Mundial de Sudáfrica donde además fue titular. El hoy central del Manchester City no tuvo un gran rendimiento en esa cita y quedó “quemado” en la Selección. Su reaparición en un torneo oficial se dio en la Copa América 2015 ya con Gerardo Martino al mando del equipo. Se convirtió en uno de los pilares de la saga central reemplazando a Ezequiel Garay. El Comandante es una fija para ser titular en el equipo de Scaloni y tiene la trayectoria y el nivel para reclamar su lugar.
Como último sobreviviente está Ramiro Funes Mori, quien fue titular en la Copa América Centenario y para ese entonces estaba en su mejor nivel. En 2018 no fue al mundial principalmente porque se rompió los ligamentos de su rodilla en 2017 y no llegó desde el punto de vista físico y futbolístico. Sin embargo, el Melli no bajó los brazos y con su llegada al Villareal en la última temporada demostró que está más vigente que nunca y le hará difícil la elección al DT. El multicampeón con River puede ser combinado con Otamendi en la saga central (jugaron juntos en la Copa 2016) y hasta incluso se puede adaptar como lateral izquierdo.
Pero más allá de los jugadores que se repiten con respecto a la última edición de este torneo, hay que tener en cuenta la gran cantidad de debutantes en torneos oficiales con la Selección de Argentina. De atrás para adelante, se puede empezar hablando de Esteban Andrada, el arquero de Boca. Ex Lanús y con una actualidad muy buena, el uno xeneize pelea un puesto con Franco Armani, quien supo defender la celeste y blanca en el Mundial de Rusia 2018. Germán Pezzella, con 27 años jugará por primera vez un torneo oficial a dos años de ser convocado por primera vez de la mano de Jorge Sampaoli. El capitán de la Fiorentina pasó por todas las selecciones juveniles pero no había podido participar en algo oficial con la mayor. Juan Foyth, central de 21 años surgido en Estudiantes de La Plata, fue una promesa desde el principio y se le proyecta un gran futuro en la selección. Suplente en el Tottenham de Pochettino, el platense fue convocado dos veces por el actual entrenador. Renzo Saravia tiene su oportunidad después de ser campeón con Racing y “borrar” a Neymar en un amistoso que jugó con la Selección. El lateral ex Belgrano tiene la dura tarea de reemplazar a Gabriel Mercado, algo que, a priori, no parece tarea fácil.
En el mediocampo, Rodrigo de Paul, Leandro Paredes, Guido Rodríguez y Exequiel Palacios (el más joven de la delegación) son los que aparecen como debutantes en cuanto a competencias oficiales con la Selección. Algunos con paso por las juveniles han hecho todo el camino para llegar hoy a la mayor.
Y por último, en la delantera, la sorpresa Matías Suárez y Lautaro Martínez, el joven maravilla. Ambos con pasado/presente en el fútbol argentino tendrán la dura tarea de pelear el puesto con Paulo Dybala, Sergio Agüero y el mismísimo Lionel Messi.
La lista de 23:
Arqueros: Esteban Andrada (Boca), Franco Armani (River) y Agustín Marchesín (América de México).
Defensores: Renzo Saravia (Racing), Germán Pezzella (Fiorentina), Nicolás Otamendi (Manchester City), Ramiro Funes Mori (Villarreal), Nicolás Tagliafico (Ajax), Juan Foyth (Tottenham), Marcos Acuña (Sporting Lisboa) y Milton Casco (River).
Volantes: Leandro Paredes (PSG), Guido Rodríguez (América de México), Roberto Pereyra (Watford), Guido Pizarro (Tigres), Giovani Lo Celso (Betis), Rodrigo De Paul (Udinese) y Ángel Di María (PSG).
Delanteros: Lionel Messi (Barcelona), Sergio Agüero (Manchester City), Lautaro Martínez (Inter), Paulo Dybala (Juventus) y Matías Suárez (River).
COPA AMÉRICA
GABRIEL JESÚS, CON LUCES Y SOMBRAS

La figura del partido fue el joven delantero del Manchester City, quien con una asistencia y un gol, ayudó a su equipo a volver festejar una Copa América después de 12 años. Pero no pudo terminar en cancha ya que fue expulsado en una medida polémica.
Por Franco Rossi
Usar la camiseta número 9 de Brasil conlleva una gran responsabilidad. Jugadores como Ronaldo Nazario, Adriano y Romario han dejado la vara demasiado alta y en la última década la lista de jugadores que la han usado y no han cumplido está integrada por Fred, Diego Tardelli y Jonas entre otros.
Gabriel Jesús fue el encargado de portar la tan preciada y pesada 9 y en la previa del torneo el delantero de Manchester City llegaba con muy buenas estadísticas: había disputado 47 partidos, en los que convirtió 21 goles y logró seis asistencias. Por suerte demostró que, en esta Copa América, estuvo a la altura de dicho dorsal, siendo el jugador más destacado del partido pese a haberse ido expulsado faltando 20 minutos para el cierre del encuentro.
Con su inteligencia y gracias a sus cualidades técnicas, el delantero de 22 años habilitó, luego de haber amagado a los defensores peruanos, con un gran centro a su compañero Everton, que anotó el primer gol del partido. Su habilidad y velocidad con la pelota en los pies le permitieron dejar jugadores peruanos en el camino a lo largo de la primera parte y ayudaron a la Canarinha en más de una ocasión a conseguir tiros libres cercanos al área de Pedro Gallese. Minutos antes de que terminara la primera parte, y luego de una gran jugada de Arthur, el número 9 definió con mucha tranquilidad ante la mala salida del arquero peruano y amplió la ventaja en el marcador.
En la segunda parte tuvo alguna chance para ampliar aún más la ventaja, pero los buenos marcajes, la fatiga y las malas decisiones no lo ayudaron. A los 25 minutos del complemento, cometió una falta innecesaria sobre Carlos Zambrano y vio la segunda amarilla lo que le significó una expulsión. Con bronca, lágrimas en los ojos, pateando y golpeando todo lo que se encontró en su camino -incluido el monitor del VAR-, el joven delantero se retiró de una final de Copa que difícilmente pueda olvidar.
COPA AMÉRICA
SIGUE HACIENDO HISTORIA EN CASA

El conjunto de Tité ganó su novena Copa América. La Verdeamarela mantiene el paso perfecto como local, ya que se quedó con las cinco competencias continentales que organizó desde 1919.
Por Dana Gómez
La primera fue en 1919, a tres años de la primera edición. A diferencia de la cantidad de equipos que participan actualmente, en ese año, apenas fueron cuatro: Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. Por ende, se jugó con la modalidad de todos contra todos en el Estadio das Laranjeiras de Río de Janeiro, el mismo que es utilizado por el Fluminense. En este torneo, el local le ganó por goleada a Chile 6 a 0. Una semana después lograría vencer a Argentina por dos goles de diferencia y por último se enfrentaría a Uruguay. Este último encuentro terminó con un empate que generó que ambos tengan la misma cantidad de puntos en la tabla y tuvieran que disputar otro partido para desempatar. Fue así que el 29 de mayo de 1919 se recuerda como el partido más largo de la historia de la Copa América, en el que las dos selecciones jugaron 150 minutos. Tras igualar en los 90 minutos, Brasil y Uruguay debieron jugar dos tiempos de 15 minutos en los persistió el empate. Por esto mismo, jugaron otros dos lapsos más en el cual, Arthur Friedenreich anotó el único gol del encuentro que le daría el título a Brasil.
En 1922 llegó la segunda copa ganada por los cariocas en su tierra. En un principio la sede iba a ser en Chile pero le fue asignada a Brasil para conmemorar su independencia. Para entonces, Paraguay se sumó y se afilió a la Confederación Sudamericana de Fútbol, por lo que pudo participar de la sexta edición. Tanto Brasil, Paraguay y Uruguay llegaron a la final tras empatar en la tabla con cinco puntos. Sin embargo, la selección charrúa abandonó la competición como protesta ante el arbitraje del brasileño Pedro Santos en el partido contra Paraguay. Por lo tanto, quedaron estos dos seleccionados, en el cual ganó Brasil por un 3 a 0 ante el equipo paraguayo.
En 1949, por la vigésima primera edición, Brasil cortó la racha de 27 años sin obtener un título oficial. La selección argentina, ya con nueve trofeos, decidió no participar dada las diferencias con la dirigencia brasileña. Aún así, la sorpresa del campeonato por su rendimiento fue Paraguay que, de no haber sido derrotado por el conjunto uruguayo en el último partido, habría salido campeón. Dicha derrota significó un desempate con Brasil. El encuentro final terminó 7-0 a favor del local, el cual se consagró por tercera vez en su historia.
Finalmente, 40 años después llegó la anteúltima copa que ganarían hasta hoy, en su territorio. En esta competencia fueron diez las naciones miembros de la CONMEBOL que participaron, por lo que, el torneo se dividió en dos grupos de cinco selecciones cada uno. Los dos primeros de cada tabla, es decir, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay llegaron a la recta final en el que jugaron entre sí. En el último partido, la Verdeamarela se enfrentó a La Celeste, y tras ganarle por 1-0 ganó su cuarto título. Por consiguiente, Brasil se clasificó a la Copa Artemio Franchi en donde disputó una única final contra Holanda (el campeón de la Eurocopa) y le ganó 1-0. No obstante, esta edición fue considerada como “no oficial”, aunque sí se sostiene en el recuerdo.
Esta Copa América no fue muy distinta a las demás que fueron organizadas en su país. Las diferencias con el arbitraje (e inclusive ahora con el VAR) y el distanciamiento entre las selecciones son motivos que aún se mantienen en la actualidad.
COPA AMÉRICA
UN CAMPEÓN CON RESACA DE VAR

Brasil dejó en claro que fue el mejor equipo de la Copa América, tras vencer en la final a Perú por 3-1 en el Maracaná. Pero al igual que en la semifinal ante Argentina, contó con una evidente ayuda arbitral.
Por Julián Clingo
Everton, el wing brasilero ingresa al área trastabillando luego de gambetear a dos peruanos y propinar un caño en modo Neymar. Carlos Zambrano, defensor peruano lo cuerpea y el jugador del Gremio cae al piso. El arquero Pedro Gallese agarra la pelota y el referí cobra un penal inexistente. Aún con la advertencia del VAR, el árbitro chileno no cambió de idea. Como no podía ser de otra manera, la Copa América que será recordada por el polémico no uso en la semifinal Argentina-Brasil, nos dio otro episodio para por lo menos repensar la manera de utilizarlo, en este caso en la final.
Richarlyson, jugador del Everton de Inglaterra patea el penal con calidad y la pone en el palo derecho del arquero peruano. Brasil se pone 3 a 1 en el minuto 90 y, de esta manera, gesta el resultado definitivo de un partido que le dio el noveno título si hablamos de la Copa América. Ese momento fue uno de los primeros donde la hinchada brasilera, caracterizada por el color y la alegría, esbozó una sonrisa.
El conjunto peruano dirigido por Ricardo Gareca (quinto técnico argentino en las últimas tres finales de Copa América) tuvo un comienzo de partido feroz, con recuperación en campo brasilero, sumándole su pulida técnica característica en el país andino. Pero la lucidez del viejo pero fresco Dani Alves cambió el sendero del partido. Pase al pecho a Gabriel Jesús, quien con una gambeta con su pierna menos hábil (izquierda) deja pagando al lateral izquierdo peruano Miguel Trauco, e impulsa un centro con su pierna derecha, para dejar solo a Everton, que tras una diagonal de izquierda a derecha definió y puso el primero del partido, ante un pésimo cierre de Luís Advíncula. Más allá del arranque eléctrico del equipo que llegó a la final tras eliminar en semifinal a Chile (3-0), después del gol que se dio en el minuto 15 no entró más en partido. Brasil se agrandaba con la exquisitez de Dani Alves, lo picante de Gabriel Jesús y el manejo de pelota de Arthur.
A los 40 minutos Paolo Guerrero (Goleador de la copa con 3 goles junto a Everton) alcanza el empate con un penal fortuito donde Thiago Silva, dueño de una marcada mala suerte, toca pelota con la mano accidentalmente tras tirarse en el piso. Y cuando parecía que Perú podía dar el golpe se auto boicoteó. Uno de los mediocampistas centrales, Yoshimar Yotún perdió la pelota inocentemente a partir de una presión de Roberto Firmino. Xavi Hernández, quien parecía estar atrapado en el cuerpo de Arthur, lleva la pelota hasta el área de Perú, mientras los rojiblancos se tropiezan un poco por los nervios y otro por la clase del número 8, quien deja solo a Gabriel Jesús y define a un palo casi sin una respuesta del arquero Gallese. Un error claro de los de Gareca, dado que el primer tiempo estaba por terminar, e irse con un empate hubiera sido distinto. Párrafo aparte para el número 9 de Brasil. Definitivo tanto en la semifinal como el día de hoy. Quizás, su actuación de la final quedó empañada por su tonta expulsión tras doble amarilla.
Con este partido Brasil logró vencer a los fantasmas del Maracanazo” del Mundial 1950 y el 7-1 del 2014 propinado por Alemania y consigue su quinta copa américa en su casa. En la premiación, Jair Bolsonaro, presidente brasilero, levantó la copa ante un Maracaná indiferente y semivacío. También había regalado un blooper tropezando en el festejo del primer gol.