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REVOLUCIÓN VELASCO


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Cuatrocientas personas acomodaban sus sillas, abrían sus carpetas y algunos corroboraban que la lapicera funcionara. Él estaba por llegar. Era el más esperado de los seis entrenadores que fueron parte del simposio. Vestía camisa celeste rayada con los dos primeros botones desabrochados, anteojos y los pocos pelos sobre su cabeza daban cuenta de sus 62 años.

Por Ignacio Verdi (@ignacioverdi)

[800] Velasco 2 (Copiar)

Fue asistente técnico del equipo de vóley que consiguió el bronce del Mundial Argentina 1982, DT de la Italia ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Con los italianos también fue bicampeón mundial. En la península ganó la Liga. Además, dirigió en España. Julio Velasco nació en La Plata y tenía un sueño pendiente: dirigir a la Selección argentina. El hombre que todo lo gana dirigió en la pasada Liga Mundial al equipo nacional y consiguió la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto.
“No vino el mesías, no soy el salvador del vóley, vine a entrenar a la Selección de mi país. Vine a trabajar junto a mi staff, a renovar el clima en el plantel, a ser democrático y no a bajar una verdad innegociable. Quiero jugadores que se motiven por sí mismos y sean protagonistas de su crecimiento”, expuso Velasco al tomar la palabra.
Velasco no quería ser entrenador, pero no pudo terminar su carrera de Filosofía. “Me gustaba, pero además me permitía mirar para adelante en una etapa oscura”, comentó acerca del vóley. Agregó: “Me salvó de la depresión. Con el golpe no pude ir a cursar a falta de seis exámenes, había sido activista y presidente del centro de estudiantes”. Encontró la forma de esconderse y poder sumar dinero.
Sin embargo, revolucionó el vóley nacional. Armó su equipo de trabajo de acuerdo con lo que él consideraba. Hernán Ferraro, Alejandro Grossi, Julián Álvarez y Martín López integran un cuerpo técnico capacitado para el cambio.
Los resultados hablan por sí solos. Es la primera vez en la historia que nuestro país alcanza las dos finales del mundo en los torneos de las selecciones menores y juveniles. Luego de 20 años, la mayor repitió el logro de la medalla dorada de los Juegos Panamericanos, logró un quinto puesto en la Copa del Mundo en Japón y en 15 días luchará en el Preolímpico de Venezuela, para clasificarse a Río 2016.
La parte más difícil fue la renovación del plantel. Conte, Uriarte, Castellani, Quiroga, todos apellidos históricos. Sin embargo, su primera decisión fue el nombramiento de Javier Filardi de 36 años, como capitán y reincorporó jugadores de experiencia para disciplinar al plantel. “Julio se la jugó, me llevó para guiar a un grupo de jóvenes de un futuro terrible que venían de un problema con Weber”, afirmó el punta cordobés de UPCN.
Ferraro estaba encargado de una misión particular: la búsqueda de líderes. Santiago Darraidou, de 34 años, se incorporó al plantel. “El clima estaba tenso. Estaban muy divididos por egos y peleas de caprichosos. Cuando nos vieron entrar tuvieron que calmarse”, manifestó el opuesto en exclusiva para ETER.
La personalidad de Velasco pudo verse por TV días atrás. Argentina enfrentaba a Italia en el partido decisivo por la clasificación a las semifinales de la Copa del Mundo, en Japón. Se juagaba el tie break decisivo. Los jugadores se gritaban los puntos, eran frecuentes los cruces verbales en la red. En el 14-14, a Luciano Zornetta, mimado de Velasco, le hicieron un punto de saque. El DT pidió tiempo, sentó a sus dirigidos y los miró. “Muchachos, esto es un partido de vóley, ustedes se ganaron esta posibilidad, no lo sufran, disfrútenlo, yo soy un privilegiado de estar viendo el nivel que están mostrando”. No dijo nada más antes de que sus dirigidos pierdan el partido. La derrota no alteró la expresión calma de la cara del entrenador.
Velasco se movía de lado a lado. La charla llevaba 50 minutos aunque debía ser de 30. Javier Weber, ex técnico de la Selección esperaba su turno. Repentinamente se frenó y miró a los organizadores: “¿Se me fue el tiempo, no. Gente, les pido mil disculpas, un colega y amigo está esperando su turno, no puedo quitarle tiempo al que está esperando, perdón Javier. Muchas gracias por el silencio y el respeto, los admiro”, así cerró su participación Julio Velasco, rodeado de aplausos y lamentos de parte de los disertantes que no podían creer que hubiera terminado.
El vóley está en alza. Los resultados dan muestra de ello. Los jugadores crecen y se van a jugar al exterior. Solo falta que este proceso influya a nivel nacional. Las herramientas están al alcance de la mano. Les toca a que aquellos que dirigen ponerlas en práctica.


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