El actor, que hoy trabaja en la serie 1-5-18, habló con ETERDigital sobre esa novela y analizó por qué la televisión se enfoca en los barrios marginales.
El actor argentino Roly Serrano, atravesó una infancia muy compleja. Nacido en Salta, vivió hasta los 7 años con su padre y sus hermanas, ya que su madre debió abandonar la provincia. Por problemas económicos, continuó la crianza con sus tíos, hasta que a los 13 años se escapó de la casa ya que sufría maltratos y golpizas. La calle fue su hogar y allí se las rebuscó haciendo changas. Tiempo después comenzó su carrera como actor y no paró más. Protagonizó obras como El Marginal y Youth y hoy, a los 66 años, participa en la serie de Polka llamada La 1-5-18: Somos Uno.
– Te mostrás como alguien muy humilde, sencillo, ¿tiene que ver con tus orígenes?
– Tiene que ver con una elección de vida. Me parece que complicarse con otras cosas no es necesario. Trato de estar lo más relajado posible. Que haya tenido una historia difícil no garantiza que mi personalidad sea de una manera.
– ¿Tuviste suerte para cambiar el rumbo de tu vida?
– Hay una palabra que está muy de moda que es: resiliencia. Es como decir que todo lo logré por mí. No es tan así, también está el factor suerte en mi vida.
– Trabajaste en muchas producciones relacionadas con la marginalidad, ¿sentís la responsabilidad de levantar esa bandera?
– Indudablemente la vida es política, partidaria o no. Las elecciones que uno hace son políticas. Trato, en lo posible, de aportar en el arte sobre eso. Pero no es que yo elija qué hacer y qué no, eso pasa poco.
– Hoy en día participás en una novela que transcurre en una villa, ¿Cómo creés que la 1-5-18 muestra esos barrios?
– Yo conozco mucho las villas. Sé cómo funcionan. Creo que la serie, a pesar de que es una ficción, y no hay que olvidarse de eso, cuenta la historia de un lugar marginal, donde hay gente trabajadora y gente que delinque. Pero no hay que olvidarse de que es una ficción. Porque, por ejemplo, en El Marginal, donde había una villa en el patio de una cárcel, cosa que nunca vi, nadie decía nada, lo aceptaban como tal. Pero a veces, algunos molestos…
– ¿Por qué se critica tanto esta novela y, en su momento, a El Marginal no?
– No hay que olvidarse que estamos hablando de negocios. Hay alguna gente que se beneficia con que otro pierda. Esta cosa de los canales de manejarse con los ratings es horrible. Es horrible escuchar cuando se festeja que le ganaste a otro. ¡Vos estás festejando que le ganaste a un laburante que se puede quedar sin trabajo!
– ¿A qué se debe que las series solo muestran a las villas?
– Porque está de moda. Inclusive en el mismo canal hay otro programa que solo muestra los barrios pobres. Ahí no van a los country, donde a veces los delitos son 50 veces mayores que en las villas, donde los narcotraficantes van con un pobre tipo que no tiene laburo, le ofrece vender droga y él lo hace porque no tiene otra salida.
– Vos actuaste de Maradona en Youth ¿Sentís que tenés cierto paralelismo con la vida de Diego?
– Quizás por la forma de vida. Él era muy pobre, con una familia muy humilde. Yo a los 13 años empecé a vivir en la calle, viví cosas muy duras para lograr sobrevivir. Hay algo que siempre sentí de Diego, que tiene que ver con que, por la responsabilidad, desde muy jovencito perdió algo hermoso, que es la niñez.
– A vos te pasó algo parecido…
– Me pasó lo mismo. Siento que Diego seguía siendo un niño siendo un adulto. Un niño inmanejable. Yo todavía me creo un pibe. Toda esa infancia que perdí, creo que la vivo de grande. Y cuando me preguntan cómo construí un personaje, yo digo, jugando.
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