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Ronaldo Nazario: un enamorado del fútbol


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El Fenómeno demostraba su amor por la pelota en la Copa del Mundo: 15 goles, campeón a los 17 años en Estados Unidos 1994 y luego fue la figura excluyente del título en Corea-Japón 2002.


“Perdimos 1-0. En el entretiempo, nuestro director técnico quiso sacar a Ronaldo. El brasileño lo detuvo y le dijo: ‘No, me sacarás en 15 minutos si no marqué dos goles’. En el minuto 15 íbamos 2-1 con dos tantos suyos. Si hay un dios del fútbol, ese es Ronaldo”, contó Antonio Cassano, quien fuera compañero del astro brasileño en Real Madrid.

Esta es una de las tantas frases de colegas, rivales y amigos que lo describen y elogian como uno de los mejores delanteros que hubo en la historia del fútbol mundial, Ronaldo Nazario conocido como O Fenómeno.

Ronaldo se formó futbolísticamente e inició su carrera bajo la tutela de una leyenda del fútbol brasileño: Jairzinho. Gracias a éste, logró llegar a la Primera de Cruzeiro a los 16 años. Allí sorprendió con 59 tantos en la selección sub-17 de Brasil (récord que continúa vigente). Mientas que con el club de Belo Horizonte marcó 44 goles y ganó dos títulos.

Como era de esperarse por sus números y su proyección a futuro, no pasó inadvertido por el entrenador de la Selección, Carlos Alberto Parreira. Ronaldo debutó en Brasil con un gol en un amistoso y con su espléndida actuación fue convocado para el mundial de 1994, donde con 17 años no jugó ni un minuto pero que fue parte del plantel tetracampeón.

Sus goles, su velocidad, técnica eran muy buenos como para que no de su primer paso a Europa. Así, después de la Copa del Mundo fichó por PSV Eindhoven, como varios años antes había hecho su ídolo Romario. Ronaldo triunfó en Países Bajos, donde además la Eredivisie le ayudó para adaptarse al fútbol europeo y explotar sus cualidades, yéndose como ídolo del club.

“Ronaldinho” fue el fichaje más caro del fútbol español hasta ese momento: Barcelona le pagó 15 millones de euros a PSV. Allí ganó 3 títulos y metió 47 goles. Tras jugar en el Barcelona y ser una estrella consagrada del fútbol, Ronaldo fichaba por el Inter de Milán por una cifra exorbitante para ese momento: 28 millones.

El Fenómeno llegó al mundial de Francia 1998 en total plenitud (siendo el mejor jugador de ese momento ganando el Balón de Oro de 1997). Realizó un espectacular torneo, pero antes de la final frente a los anfitriones hubo un suceso que le cambió la vida para siempre.

Ronaldo tenía convulsiones muy fuertes y sus compañeros temían por su vida. “Corrí hacia su habitación y vi a Ronaldo en un estado tremendo. Muy pero muy impresionante. Se retorcía, se golpeaba los brazos contra las piernas y de su boca salía espuma. Hacía un ruido muy extraño, como de querer respirar y no poder”, contó Edmundo, compañero del plantel.

Tras este traumante suceso, El Fenómeno se recuperó gracias a los médicos que llegaron a tiempo e incluso pidió jugar la final del mundo al DT Mario Zagallo, el cual accedió ya que los estudios médicos mostraban que estaba todo perfecto. Como era de esperarse, Brasil perdió la final por 3 a 0 ante Francia y con un nivel bajo tanto del equipo como del delantero brasileño deambulando en el campo de juego por lo sucedido.

Al año siguiente, Ronaldo ganó la Copa América en Paraguay, pero en su regreso a Italia sufrió una lesión en una rodilla que lo marginó de las canchas por seis meses. Más adelante, le daría problemas en su carrera. Después de su recuperación, volvió a las canchas, aunque ocurrió lo que todos temían: se rompió el tendón rotuliano de la misma rodilla. Así, “El Fenómeno” temió por su carrera futbolística.

El Fenómeno, ya recuperado, se redimió en Corea-Japón 2002, ya que Luis Felipe Scolari lo convocó, a pesar de las dudas sobre su estado físico. Ronaldo anotó frente a Turquía y acabaría siendo la estrella del Brasil pentacampeón del mundo al meter 8 goles, dos de ellos en la final frente a Alemania dando un espectáculo para la historia y convirtiéndose en el mejor delantero de la historia mundialista hasta ese momento. Ganó el Balón de Oro y fue adquirido por Real Madrid.

Con el transcurso del tiempo, las lesiones redujeron su velocidad y potencia, pero esto hizo que trabaje otros aspectos, su instinto dentro del área. Ronaldo disputó su último mundial en Alemania 2006: la Canarinha tenía uno de los mejores equipos, aunque cayó ante la Francia de Zinedine Zidane en cuartos de final. El delantero se fue con tres goles y, hasta ese momento, era el máximo artillero del torneo con 15 tantos.

Esta misma temporada fue la última en la que se vería en buen nivel al “Fenómeno”, tras un año de muchas lesiones y evidente sobrepeso, se iría de Real Madrid y en 2008 tuvo un paso por Milán, donde se rompió el tendón de la rodilla izquierda, la misma lesión que sufrió en el 2000 en la otra pierna derecha.

En 2009 regresó a Brasil para jugar en Corinthians. “Fue una carrera linda, maravillosa, emocionante. Tuve muchas derrotas, muchas victorias, hice muchos amigos y no recuerdo haber hecho ningún enemigo. No aguanto más. Yo quería continuar, pero no consigo. Pienso en una jugada, pero no la ejecuto como quiero. Es la hora”, declaró Ronaldo entre lágrimas, un amante del gol que se retiró un 14 de febrero, haciendo que amemos sus goles, su magia y sus regates para siempre, siendo un día recordado por todos, tanto para los enamorados en su fecha especial como para nosotros, los fanáticos del fútbol y el deporte.


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