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ROSANA, CON VIEJAS Y NUEVAS CANCIONES ABRAZÓ A SU PÚBLICO


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La artista española hizo divertir, jugar y bailar a todos en el Gran Rex.

Por Adriana Sandro (@adriana_sandro)

Rosana presentó su nueva producción discográfica “En la memoria de la piel”. El espectáculo mostró todas sus facetas, desde el sonido más eléctrico que influenció sus últimos trabajos hasta el más acústico y emblemático disco “Lunas rotas”.
Se mezcló entre el público para arrancar el show, no apareció en el escenario. La compositora entró por la parte de atrás de la sala. Mientras caminaba en dirección al escenario sus fanáticos se le acercaron con abrazos y besos que ella correspondió. Zapatillas, pantalón babucha, remera negra con una flecha blanca que guiaba a su cara y grandes rulos de cabello negro, reflejaban su sencillez y frescura. Alternó guitarra eléctrica y criolla según el ritmo de sus canciones. Sus músicos la acompañaron en los coros, además de cumplir su función habitual: bajo, guitarra y batería.
El primer éxito que sonó fue “Llegaremos a tiempo”: “Si te abrazan las paredes desabrocha el corazón, no permitas que te anuden la respiración, no te quedes aguardando a que pinte la ocasión, que la vida son dos trazos y un borrón”.
Los globos de colores escoltaron a la española junto a dos botellas de agua que la producción le acercó antes del comienzo. Gran despliegue de luces amarillas, verdes, fucsias, rojas y azules iluminaron la fachada del escenario. Desplegó sus dones de animadora demostrando su excéntrica personalidad, jugó con el público y sus músicos al “Mannequin Challengue”. El resultado fue un teatro petrificado obedeciendo la consigna. No faltó el desafío de completar el estribillo y seguir la coreografía.

A mitad de concierto, el estribillo del tema “En la memoria de la piel” estrenó las pantallas que mostraron el video clip oficial de la canción: “Donde no te pueda ver, te extraño, con el sol en la mirada, con las luces apagadas, cuando no te puedo ver amor, te extraño”. Este título es una frase que se repite en dos canciones del disco para subrayar su significado y transmitirlo como idea central. Recurre a una idea y un sentimiento asociados a toda una vida, aliados a las pequeñas cosas que nos rodean.

Así llegó, el momento más emotivo y esperado. La excusa fue recordar sus clásicos: El
Talismán, A fuego lento, Si tu no estás, Contigo obligando a la gente a levantarse de la butaca para bailar con la sorpresa de una Rosana presente en cada rincón del teatro. Se volvió a mezclar entre las personas como al comienzo de la función.
La cantante olvidó la presencia de sus guardaespaldas, que no necesitaron cuidarla del cariño cercano de sus admiradores. Abrazos, agradecimientos y los te quiero entre la artista y su gente fueron marca registrada de la noche.
Beatriz, fiel seguidora de la española, no encontró impedimento en sus muletas para disfrutar de la música y aprovechó un silencio en la sala para gritar gracias, sus letras la motivaron en su recuperación. Una pareja se abrazó llorando, un niño le pidió brazos a su madre mientras que dos jóvenes se besaron apasionadamente. Madres e hijas, parejas, amigas cantaron, saltaron, bailaron, rieron y fueron cómplices y testigos de una mención especial para la artista más el homenaje de sus fans en un show de casi dos horas.
La discográfica Warner la premió con un reconocimiento por sus veinte años con la música y sus seguidores le regalaron un galardón de hierro en forma de guitarra, que sólo tenía el contorno. Entonces Rosana bromeó con que las cuerdas se las ponía ella.

Se palpitaba el final con el clásico “Pa ti no estoy”, al que supo cambiarle la letra para su público, la dedicatoria fue: “Nunca olviden que pa ti si estoy” y la ovación no tardó en llegar. Rosana sacó la bandera argentina para besarla. Amagó con irse mientras que el público enérgico pedía otra, otra. La anfitriona los hizo estallar a carcajadas cuando dijo: “Tengan cuidado con pedir otra, a ver si viene otra cantante, mejor digan una más”. Pero fueron dos más: “Con una hora menos” y “Mañana”.


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