El jugador de Boca Juniors enfrenta causas de violencia y abuso sexual bajo la complicidad de su entorno y la proteccion del patriarcado deportivo.
“Con Villa no tenemos más que palabras de agradecimiento, la verdad que como profesional con ese chico nos tenemos que sacar el sombrero, después lo que pasa fuera de la cancha es otro tema, nosotros estamos contentos de tenerlo en nuestro club”.
Juan Román Riquelme, ex futbolista y actual vicepresidente de Boca Juniors, dijo estas palabras durante una entrevista en el programa Equipo F de Sebastián Vignolo por ESPN cuando estuvo en boca de todos el primer caso de los dos en los que fue acusado de violencia de género y abuso sexual.
El 2 de junio, Sebastián Villa fue condenado a dos años y un mes de prisión pero excarcelable por el tiempo que le fue impartido por los delitos de lesiones leves y amenazas contra su ex pareja, Daniela Cortés. A su vez fue elevado a juicio oral la causa por abuso sexual con acceso carnal contra Rocío Tamara Doldán ocurrido en 2021.
Mientras que el jugador era condenado, el periodismo deportivo lo nombraba como “eso” o “lo que pasó afuera de la cancha” sin nombrarlo. Boca Juniors lo apartó de los entrenamientos y la pregunta que se hacían era si podía volver a jugar incluso bajo una condena judicial. Previo a ésto, los dirigentes del club solo elogiaban al delantero por su desempeño y la buena predisposición.
La protección al jugador
“No todos los actores del mundo del fútbol comprenden lo mismo por violencia de género. Algunos dirigentes de los clubes difieren, y es común escuchar en sus declaraciones públicas que hay que separar lo que sucede en la vida privada y en la cancha. Desde estas diferencias en torno al modo en que se concibe la violencia es que se plantean distintas respuestas y vemos que muchas veces que los clubes tienden a proteger al jugador antes que a la víctima”, dijo Julia Hang, investigadora del CONICET, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP y directora del proyecto de extensión Hacia Clubes Inclusivos.
Sebastián Rosa, licenciado en Sociología y becario doctoral de CONICET, opinó sobre ésto y sobre la situación que se puede dar en los seleccionados de fútbol a raíz de las denuncias.
“Está relacionado con la defensa o la protección que muchas veces tienen por parte de medios o dirigentes. Se puede ver cuando en general desde esos lugares se tiende a patear la pelota hacia otro lado y no hacerse cargo de las propias responsabilidades en el tratamiento del tema”.
En estos casos se evalúa qué pasa con el jugador denunciado si tiene que suspender o rescindir su contrato y que pasa en el club, en los dirigentes y quienes manejan el negocio de un deporte que genera millones.
Hang al respecto agregó: “En nuestro país, el fútbol es un gran negocio y las dirigencias de los clubes tienen en cuenta las consecuencias económicas que pueden llegar a generar. Los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro, deben generar un bien común para sus afiliados y un beneficio para la comunidad en general. Esto es lo que se conoce como su función social, sobre la cual se erige la demanda social que se les exige hacer algo frente a las violencias con motivos de género. Desde esta perspectiva, los clubes tienen responsabilidades civiles y deben comprometerse en la lucha por la erradicación de las violencias”.
Un hecho que se dio previo a la sentencia del juicio contra Villa ocurrió el 02 de junio durante el encuentro de Boca y Arsenal. El plantel xeneize se fotografió con una bandera con la leyenda “Ni una menos” a días de un nuevo aniversario y concentración. Esta iniciativa fue impulsada por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y generó repudio y polémica.
Frente a ésto, Carolina Pena, Licenciada en psicología feminista con perspectiva de género, reflexionó: “si un jugador hasta que no se dictamina un juicio sigue jugando en un club como si nada e incluso como ha pasado hace poco sale días antes de que se de que se cierre el juicio con una bandera de “Ni una menos” a sacarse fotos antes de empezar el partido ya roza la provocación”.
Luego del fallo en su contra volvió a su país natal, Colombia, mientras que se sucedían un ir y venir de cartas documento para dirimir su situación frente al club.
Revictimización y los medios de comunicación
A raíz de las declaraciones de los dirigentes en los medios de comunicación y los debates que se dan sobre el rol y lo que sucede en con las víctimas, se suele poner en tela de juicio los hechos y la veracidad del relato.
Sebastian hizo alusión a ésto y agregó: “las mujeres que denuncian sufren un gran costo, quedan expuestas, revictimizadas. Muchas veces el otro mecanismo más perverso es el que termina acusando a la víctima que va de la mano de miradas como parcializadas que creen o no creen de acuerdo al color de la camiseta y sospechan de ser una ser parte de un complot contra el club”.
Oscar Ruggeri, ex jugador de la Selección Argentina y panelista del programa de Vignolo, se refirió a Villa como jugador y que no estaba asistiendo a los entrenamientos pero nunca mencionó el contexto de abuso y de violencia entorno al delantero. “Un jugador que está con problemas de la justicia que no sé si pasó o no, la verdad que no lo sé”.
Brenda Panizza, periodista deportiva y parte del equipo del programa radial Capitanas habló sobre la situación deportiva y el desentendimiento que existe en cuanto a quienes acusan: “Lamentablemente si, creo que el día de hoy los medios siguen revictimizando a las víctimas, pero por una cuestión de que no hay un interés por abordar de manera adecuada este tipo de temas sobre todo en los medios deportivos porque la mayoría son varones”
Carolina acompañó la posición de Brenda y agregó: “Toda la protección mediática y también de los dirigentes de los clubes no solo que la víctima se siente juzgada, sencillamente va a pensar que su palabra está totalmente descreída”.
Hang, en cambio, amplió el panorama y desde el lado de cómo se toma la noticia referente al fútbol y que aún falta una mirada de género sobre estas cuestiones.
“Los medios de comunicación hegemónicos suelen operar de dos maneras: por un lado, con la espectacularización de la noticia. Es decir, con el único interés de vender, se sabe que va a tener impacto por el lugar que tiene el fútbol en nuestro país y por otro lado va de la mano de una falta de perspectiva de género, donde además de culpabilizar a la víctima, se insiste en que se arruina la carrera del victimario”.
Los cánticos de las canchas
El 9 de mayo durante el superclásico en el Monumental, en la salida al campo de juego del equipo xeneize, los hinchas del millonario cantaban “Se va preso, Villa se va preso”. Diez días después en el encuentro entre Boca y Argentinos Juniors, en la cancha de La Paternal se escucharon cosas como “Borombonbon, borombonbon, es el equipo de violador” y “El que no salta, es un violín”.
Sebastian Rosa opinó sobre ésto: “No veo de una manera muy optimista los cánticos en contra de los jugadores denunciados por violencia, porque creo que están atravesados por una lógica del aguante del hinchismo que es agredir al jugador rival por el motivo que sea y no por la efectiva defensa de las mujeres que han sufrido esa violencia”.
Villa después del partido frente a River se manifestó frente a los cánticos en su contra en declaraciones con el Diario Olé y dijo que para él fue muy duro además de que dijo que era inocente y que nunca le haría daño a nadie.
Julia Hang expuso una postura más abierta que Rosa y dió su punto de vista referente a estas situaciones: “Los cantos contra el victimario pueden entenderse en un doble sentido: por un lado, permiten visibilizar que tener un jugador violador y/o golpeador lo vuelve objeto de burla y humillación. Pero por otro lado, muestra que la violencia sigue siempre pensándose como algo externo: ustedes son los que tienen ese jugador, ustedes son los violentos”
Un año antes, en Córdoba, Boca se consagró Campeón de la Liga y se disputó el trofeo frente a Tigre. Los simpatizantes no dejaron pasar la oportunidad y arremetieron contra el jugador durante el partido. “Tomala vos, damela a mi, el que no salta es un violín”.
Brenda planteó en el caso particular de Villa y la dualidad que existe en el fútbol: “Había una gran parcialidad local de Boca que lo aplaudía y lo ovacionaba, entonces teníamos las dos realidades. No había un repudio generalizado del estadio completo, no existe en este tipo de denuncias”.
Actualmente, después de los entredichos con el club xeneize, Villa regresó a Argentina y se entrenó con el plantel como si nada hubiese pasado. Exige mediante cartas documento que sea restablecido en el equipo y pueda vestir nuevamente la camiseta azul y oro.
El plantel masculino de periodistas deportivos se pregunta cuándo podrá volver a jugar, si lo van a tener en cuenta en los partidos importantes o la realidad de su situacion, mientras que en diciembre deberá enfrentar la segunda acusación en su contra por abuso sexual que puede dejarlo en prisión.
La realidad de Sebastián Villa se debate entre posteos de Instagram donde luce sus nuevas adquisiciones y retoques estéticos, las víctimas esperan justicia. No solo justicia sino un cambio en la protección a los jugadores y los dirigentes.
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