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SUECIA Y MÉXICO, ADENTRO


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Los suecos sorprendieron con una victoria 3 a 0 sobre México, que igual se clasificó a octavos de final por la derrota de Alemania ante Corea del Sur. El Mundial de los partidos insólitos mostró también su cara en el cierre del Grupo F.

Por Christian Kaltner

Muchas veces no alcanza con jugar bien al fútbol.  Los merecimientos a veces quedan de lado y la contundencia pasa a tener el lugar de siempre: lo único necesario para definir los partidos. México fue superior ante Suecia, pero el equipo europeo lo ganó desde los ataques directos y desde la pelota parada. De todos modos, a pesar de la derrota por 3 a 0 y todo el sufrimiento, la Selección mexicana logró llegar a los octavos de final.

Desde la llegada de Juan Carlos Osorio, la Tricolor mantuvo siempre la misma idea de juego. Y, sin importar los nombres que estén en la cancha, no resigna esa forma de jugar. Y por eso,  es una de las selecciones del continente americano que mejor trata el balón. Pero no es una Selección perfecta.  Por momentos, entra en baches futbolísticos, como contra Suecia, y entonces se descontrola y entra en una laguna de la que le cuesta salir. Los suecos, en tanto, tenían que ganar y esperar lo que sucedía en otro estadio. Con los planetas alineados, consiguió quebrar a México y sostener un triunfo que cobró valor de clasificación a partir de la derrota de los alemanes.

Osorio repitió por primera vez el equipo (los mismos que derrotaron a Corea del Sur). La Tricolor está acostumbrada a tener la posesión del balón. A partir de ahí, busca la mejor opción de pase y empieza a fabricar los ataques. Desde los pies de Héctor Herrera, que si bien es un volante de marca también sabe manejar el balón, México lograba adueñarse del partido.

Cuando atacaba abría la cancha con Hirving Lozano y Miguél Layún. Y a partir de esa forma de juego,  profundizaba en cada avance con la subida de Jesús Gallardo por la izquierda. Estaba claro que esa era la manera de inquietar al rival ya que al ir por el medio chocarían con los centrales Andreas Granqvist y Víctor Lindelof. De esta manera, tenía ritmo, dinámica.

Por otra parte la Selección mexicana tiene baches que lo perjudican. Y eso le sucedió esta tarde. Por eso es importante tener un arquero como Guillermo Ochoa, para que salve a su equipo cuando las papas queman. El Memo apareció con dos atajadas para salvar su arco en la primera parte.

Ante la primera adversidad, como el gol de Ludwig Augustinsson, se descontrolaron y perdieron la idea que Osorio le dio al equipo.  Por si fuera poco, Edson Álvarez hizo un gol en contra.

Pero cuando el 3-0 a favor de los suecos era definitivo, y todo México era decepción, llegó la noticia que esperaban: Corea del Sur quemó los manuales de la lógica al derrotar a Alemania por 2 a 0. Entonces el alma le volvió al cuerpo a Osorio y compañía.

Ahora es todo festejo para México por clasificar a los octavos de final por séptima vez consecutiva. Pero deberán replantearse varias cosas. Necesitarán corregir esos momentos en los que la Selección entra en lagunas. Porque esta vez pudo seguir en la Copa. Pero ahora empieza otro Mundial y ante el primer error se pueden quedar afuera. Suecia, en cambio, se golpea el pecho. Llega a la siguiente ronda por mérito propio, sin milagros ajenos.


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