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“Tenemos que lograr que nadie nos pase por arriba”

Florencia Quiñones, exjugadora de la Selección y actual integrante del cuerpo técnico de las Juveniles, habló de su carrera y analizó las posibilidades de Argentina en la Copa del Mundo 2023.

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Florencia Quiñones, exjugadora de la Selección y actual integrante del cuerpo técnico de las Juveniles, habló de su carrera y analizó las posibilidades de Argentina en la Copa del Mundo 2023.


Flor Quiñones nació en Córdoba y siguió los pasos de su papá, el Colorado Quiñones, referente de Racing de Córdoba en los 80. Se convirtió en futbolista profesional: de jugar con varones en su barrio pasó a hacerlo en la Selección Mayor, con la que ganó la Copa América 2006. Jugó en uno de los equipos más grandes de Europa como el Barcelona. Allí también fue campeona: ganó la Liga Española. Además, contribuyó al crecimiento y profesionalización del fútbol femenino en Argentina. Actualmente dirige a las más chicas de la Albiceleste y está preparándose para, en un futuro, llegar al cuerpo técnico de Mayor.

– Florencia, ¿por qué decidiste ser futbolista?

– De chiquita ya seguía mucho a mi papá. Él había sido jugador y por eso creo que empecé con el fútbol. Era algo que me apasionaba, lo seguía a todos los entrenamientos. Hice otros deportes, pero cuando tuve que elegir uno, elegí jugar al fútbol porque era lo que más me hacía feliz.

– ¿Cuál fue el gol más importante en tu carrera?

– No es que tengo muchos goles en mi carrera, pero uno de los más importantes puede ser el que hice en la Bombonera contra River. Fue el primero de la era profesional en Boca. Me quedó con ese porque entré a la historia. Se había luchado mucho para que el fútbol femenino fuera profesional.

– Elegí un momento tuyo en la Selección.

– En la Selección estuve mucho tiempo. Arranqué en el 2006 en Sub 20, pude jugar Sudamericanos y el Mundial Sub 20 y ese mismo año salimos campeonas de la Copa América de la Mayor en Mar del Plata. Nos dio pase al Mundial, a los Juegos Olímpicos. Jugué un Mundial de Sub 21, de Mayores, tres Panamericanos, un Juego Olímpico… La Copa América fue unos de los recuerdos más lindos que me queda de la Selección porque quedamos en la historia, después de la hegemonía de siempre de Brasil. Los recuerdos son por lo que ganás, pero también por lo que vivís, lo que compartís y lo que significa representar la camiseta argentina.

– ¿Qué significó, con 20 años, llegar a la Selección Mayor, jugar la Copa América y ganarla?

– La verdad que venir de jugar Sub 20, con poco tiempo de haber llegado a Buenos Aires, venir del interior, de haber jugado con varones y también haber dejado casi dos años de jugar al fútbol, es algo muy lindo que recién hoy me estoy dando cuenta porque a esa edad a una, lo que le gustaba era jugar, y no te dabas cuenta de la importancia de estar en la Mayor con 20 años. Ni te cuento de poder ganar la Copa América, con las jugadoras que había. Así que es un orgullo muy grande haber sido parte de ese de ese equipo y de poder haber quedado en la historia de la Selección Argentina.

– ¿Cómo te sentiste al jugar en uno de los clubes más grandes del mundo, como el Barcelona? 

– La verdad que jugar en el Barsa fue algo muy bueno en mi carrera. Entré en la historia del club. Era un equipo de mitad de tabla y justo ese año se reforzó con varias jugadoras de España, otras de afuera y logramos el primer título de liga que tiene el club en la historia. Después pude lograr otros títulos más y para mí es un orgullo haber formado parte de la historia de uno de los clubes más grandes del mundo.

¿Qué aprendiste como capitana de Boca?

– Que pregunta tan difícil. Aprendí que es una responsabilidad enorme llevar la cinta del club más grande, por lo que significa Boca, vayas a donde vayas. La gente que tiene, la admiración que tienen por la camiseta. Era un orgullo enorme poder representar al club como capitana. Obviamente que se aprende mucho en cuanto a tener que respetar ese lugar que a uno le toca y poder ser un ejemplo para el club, para las chicas, para el resto. Entonces, para mí significó un montón. Traté de dejar todo cada vez que nos poníamos la camiseta.

La trayectoria de la exmediocampista Florencia Quiñones, desde su debut como futbolista en 2005, es: San Lorenzo, Barcelona de España, San Lorenzo y Boca, además de la Selección Argentina.

– ¿Te costó el retiro del fútbol profesional?

– Sí. Es difícil retirarse, pero yo ya lo venía procesando hace mucho tiempo, por ciertos dolores que tenía en las rodillas, el esfuerzo, el sacrificio. Lo bueno es que pude retirarme en la cima y de la forma en que pasó, no sé si me lo hubiera imaginado. Si lo hubiera escrito, no me hubiera salido tan bien. Poder salir campeón, clasificar a Boca a la Libertadores, ganar la Superfinal y terminar celebrando el Día del Hincha en la Bombonera… Para mí fue algo muy lindo y casi al día siguiente estaba trabajando con la Sub 17. Se extraña jugar, pero tenemos fecha de vencimiento. Así que me toca del otro lado de la línea aportar cosas que fui aprendiendo cuando fui jugadora. Estoy con las más chicas, quienes el día de mañana serán profesionales.

– ¿Cambiarías algo de lo que viviste en tu carrera?

– No, la verdad que no cambiaría nada. Estoy muy contenta y agradecida a lo que me dio el fútbol y ojalá le pueda devolver todo lo que me dio a mí.

– Sos una referente para las nuevas generaciones. ¿Te gusta enseñarles a las chicas?

– Sí, obvio. Siento que puedo enseñar desde afuera. Creo que del otro lado también se ven cosas que a lo mejor cuando sos compañera de alguien no lo notás. Les hablo para que puedan aprovechar también al máximo las cosas que hoy va teniendo el fútbol femenino, pero que a la vez tienen que seguir luchando por otras que van a faltar, seguramente. Hay que seguir luchando. Antes no existía la difusión del fútbol femenino, no existía una selección con ropa igual a la del masculino… Son cosas que fueron cambiando, que antes no las teníamos, pero sin duda que hay que seguir consiguiendo mucho más porque no nos podemos quedar y cada día tiene que ser más profesional.

– ¿Cómo ves hoy al fútbol femenino?

– Hoy lo veo en un proceso de evolución. Va creciendo cada día. Voy notando que cada vez hay más clubes que van teniendo categorías más chicas. Tratando de formar inferiores y creo que es ahí adonde hay que apuntar, hacia las inferiores, y después buscar ciertas formas de que las competencias sean acorde también a las chicas, a las edades, a los tiempos de juego. La cantidad de entrenamiento está en un proceso de evolución. Muchos clubes están apostando por sus inferiores y creo que eso es muy bueno, porque son ellas las que van a ser el futuro del fútbol femenino.

– ¿Cuál es el próximo escalón que tiene que superar el fútbol femenino para crecer?

– Hacer divisiones inferiores como existe en el masculino va a hacer que el femenino crezca. Está faltando eso, pero sí existe el proyecto y se está empezando a dar. Va llevar un tiempo porque esto tiene que ir evolucionando. Recién hace dos años que existe la Sub 19, un año que existe en la Sub 16 y a medida que va pasando el tiempo se van a ir agregando categorías para que también los clubes se puedan organizar. También es cierto, que hay que ver otros aspectos. Una dice de agregar y después a lo mejor no hay árbitros, no hay lugares, no hay canchas, no se pueden jugar entre semana porque las nenas tienen que ir al colegio. Hay que ir acomodando todo eso, pero es lo que le falta: hacer divisiones inferiores para que las jugadoras tengan ese desarrollo y, cuando lleguen a Primera, ya tengan varios conceptos tácticos y técnicos.

– ¿Cuál es el mayor desafío, estando ahora en el cuerpo técnico de las selecciones juveniles?

– Creo que para todo el cuerpo técnico, el mayor desafío es poder formar a esas jugadoras que tengan el desarrollo de Selección y que el día de mañana podamos aportar a la Mayor jugadoras que hayan pasado por todo este proceso, que sepan lo que significa vestir la camiseta, de lo que es entrenar el predio y tener ese sentido de pertenencia que tiene que tener la Selección Argentina. Entonces, vamos a ser siempre competitivas, clasificaremos a mundiales y estaremos siempre entre los cuatro primeros de Sudamérica. Me parece que ese es uno de los objetivos: promover a todas esas nenas para que el día de mañana sean jugadoras de la Mayor.

– ¿Creés que, como entrenadora, podés transmitir tus experiencias?

– Sí, creo que, de este lado, por lo menos lo que intento, es tratar de transmitir la experiencia que viví como jugadora. Obviamente que no tengo la razón ni el libro a seguir para ser jugadora profesional. He aprendido de mis errores y por ahí trato de que ellas no cometan algunos errores. De mi parte, siempre voy a dar lo mejor.

– ¿Cuáles serían los próximos pasos en tu carrera? ¿Te gustaría dirigir a la Selección Mayor?

– La verdad que mi próximo paso no lo sé. Recién estoy dando los primeros como ayudante de campo, supongo que el día de mañana querré ser la primera entrenadora de cualquier equipo, con una mujer más que me acompañe, pero no lo sé. Como jugadora me costaba decir “a futuro hago esto” y mismo en mi vida. Trato de ahora disfrutar este momento, que recién es un paso muy importante para mí. Ahora estoy avocada a salir a la cancha, del otro lado de la línea, y empezar a conocer. A ver el fútbol de otra forma, otros detalles que antes no tenía en cuenta. A analizar un montón de cosas. Entonces, primero quiero aprender mucho al lado de los entrenadores con los que me toque dirigir y después ver si el día de mañana puedo dirigir sola.

– ¿Cómo estamos de cara al Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023?

– Bien. Veo muy bien a la Selección. Así como tenía fe de que iba a clasificar al Mundial. Por ahí se sufre un poquito más de la cuenta, pero vi todos los partidos y creo que hizo un gran torneo, que podría haber estado clasificada antes. Pero esto es fútbol, entonces, a veces si errás y no convertís, puede pasar. A lo mejor sufrís al final. Pero sí tenía fe porque las había visto entrenar, porque veía cómo estaba cada una y sentía que tenían esas ganas de llevar a la Selección otra vez a un mundial. Me parece que Argentina merece estar en todos los mundiales. No es fácil, nos cuesta tener un fútbol desarrollado, como el nivel europeo o como en Estados Unidos o Canadá, pero sí creo que esa sangre argentina que tenemos, de competir, querer superarnos y de que nadie nos pase por arriba, va a hacer que las chicas hagan un gran papel. Ojalá se pueda pasar de fase porque sería un paso adelante, no solo para la Selección, sino para el fútbol femenino argentino en general.

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Mauricio Romero: “Siempre me comprometí al máximo con los clubes, mis compañeros y en cada entrenamiento”

Mano a mano con el pampeano que se convirtió en referente del fútbol mexicano por vestir las camisetas de Puebla, Monarcas y Atlante. En la actualidad trabaja en un equipo de su ciudad natal en La Pampa. 

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Mano a mano con el pampeano que se convirtió en referente del fútbol mexicano por vestir las camisetas de Puebla, Monarcas y Atlante. En la actualidad trabaja en un equipo de su ciudad natal en La Pampa. 


Mauricio Romero es un ex futbolista argentino nacido en General Pico, La Pampa, el 13 de enero de 1983. Inició su camino en el fútbol en Pico Football, club de su ciudad natal, para luego irse a las inferiores de Lanús. Tras un largo camino en las divisiones formativas del club granate, logró debutar en primera división y empezar a escribir su historia en el fútbol. 

Después tuvo un paso por el fútbol mexicano, donde se convirtió en referente del Club Morelia. Luego de retirarse se puso el buzo de ayudante de campo para dirigir a Ferro de General Pico en el Federal A.

–¿Fue difícil la decisión de dejar el fútbol?

–No fue difícil. Era algo que lo venía pensando desde hace algunos meses porque tenía algunas molestias en la pierna, producto de una lesión que sufrí en Morelia y empecé a tener osteocondritis. 

Estuve jugando algunos años con muchas infiltraciones de ácido hialurónico; hasta me he tomado queterol, que se utiliza para el dolor de muelas. Esta situación no me gustaba porque cada vez entrenaba con menos frecuencia y ya no aguantaba la carga física de las pretemporadas, entonces tomé la decisión de dejar el fútbol.

–Una vez retirado te uniste al cuerpo técnico de Mauricio Giganti, ¿esto fue planeado?

–La verdad que no. Un día me reúno con Mauricio con el motivo de tomar un café y hablar de fútbol. Yo creí que se trataba solamente de eso, pero me di cuenta que él me estaba analizando y después de la conversación me comentó que estaba buscando un ayudante de campo. Obviamente me tomé algunos días para pensarlo porque era para dirigir el Federal A. La tercera categoría del fútbol argentino no es cualquier cosa.

–Llega un momento en el que Giganti deja y tomás las riendas de Ferro de Pico, ¿qué experiencia te queda cómo técnico en el Federal A?

–Yo quedé como interino para que el club tenga más tiempo de entrevistar a otros entrenadores y para mí fue una experiencia única y con mucha más responsabilidad que cuando era ayudante de campo.

–En medio de este interinato ocurre la terrible situación vivida en Mendoza con los disparos, ¿cómo fueron los momentos previos? 

–La verdad fue muy desagradable, porque nadie se espera ir a un estadio de fútbol y que haya una disputa entre hinchadas que termina en disparos. Fue un momento terrible porque previo a que me golpeara el proyectil ya habían pasado dos o tres balas. Escuchaba el silbido. Pero, más allá de eso, me indigna lo que sucedió después: la policía haciendo un informe lamentable. Lo mismo la terna arbitral, todos cubrían a los violentos.

–¿Cómo fue tu proceso para llegar a las inferiores de Lanús?

–Vinieron dos captadores de Lanús a la cancha de Pico Football para hacer una prueba de fútbol y nos hicieron jugar dos partidos entre todos los chicos que se habían presentado. En el primer partido jugué de mediocampista, mi posición habitual. Pero, en el segundo juego me pusieron de marcador central y jugué mejor que en el primero. 

Cuando terminó la prueba, me llamaron y me dijeron que había quedado seleccionado para ir a conocer las instalaciones del club y realizar un encuentro con los jugadores y ahí ver si me fichaban o no.

–¿Recordás el primer llamado a primera división?

–En el 2007 me llama Héctor “Bambino” Beira, quien era el entrenador del momento, para hacer algunos entrenamientos como sparring. El primer día me retó tres veces porque tenía una manera brusca de ir a marcar, es que para mí ese entrenamiento era una oportunidad de oro. 

Al final de la práctica pensé que me iba a llamar la atención otra vez, pero se acercó y me dijo que a partir de ese día comenzaba a entrenar con el plantel de primera.

–¿Cómo fue el día de tu debut?

Fue un día tranquilo, me tocó debutar frente a Argentinos Juniors en un partido que había sido postergado. Fue el debut soñado, en ese partido marqué mi primer gol y ganamos uno a cero, la verdad que fue uno de los días más recordados de mi carrera.

–¿Fue difícil tomar la decisión de dejar Lanús para jugar en Morelia de México?

La verdad es que con Lanús hemos tenido alguna disputa porque había tenido algunas posibilidades de salir antes, pero la última palabra siempre la tiene el club. Yo tenía 24 años y ya quería cumplir el sueño de jugar en el exterior, en ese entonces el fútbol mexicano estaba bien visto porque jugaban la Copa Libertadores. Llegué al Morelia en una situación no muy agradable para el club, estaba peleando el descenso, pero a partir de ahí empezaron a mejorar las cosas y logramos clasificar a play-offs.

–¿Qué creés que te llevó a convertirte en capitán y referente de Morelia?

Yo creo que el tiempo. Tomás Boy, el entrenador de ese momento, decide darme la cinta de capitán después de un año en el club. Creo que él vio mi forma de ser en el club, siempre me comprometía al máximo en todo sentido, las ganas de querer estar, de ayudar a mis compañeros y el compromiso con cada entrenamiento. Yo lo tomé con mucha responsabilidad, para nada sentí una presión por tener la cinta.

–¿Cómo calificarías tu paso por el fútbol mexicano?

Lo calificaría como positivo, simplemente eso, no quiero darle un calificativo más alto. Fue positivo principalmente en Morelia, porque estuve casi seis años en el club y en lo deportivo estuvimos siempre en lo más alto peleando por conseguir algún título. 

Luego tuve un paso por otras instituciones como Puebla, Atlante y Dorados de Culiacán, donde también se hizo un gran trabajo pero no se dieron los resultados.

–En 2016 volvés al fútbol argentino, ¿qué te llevó a tomar la decisión de jugar en Gimnasia?

–Gimnasia fue una experiencia muy linda donde creo que hice un trabajo aceptable y terminé bien la adaptación al fútbol argentino, porque cuando venís de otro país después de tanto tiempo no es fácil. A mi me llamó Pedro Troglio, quien dirigía en ese momento, y desde el primer día pude adaptarme rápidamente a la velocidad y la fricción de nuestro fútbol. 

La verdad que disfruté mucho en el club, sobre todo por el cariño de la gente. Gimnasia es una institución muy pasional y me sorprendió que no tuvieran títulos.

–También tuviste un paso por el Nacional B, ¿qué diferencia notás entre la primera y la segunda división?

–El Nacional también fue una experiencia muy linda, es una categoría muy competitiva. La mayor diferencia que noté fue la velocidad en la toma de decisiones, quizás la inteligencia del jugador de primera división es superior en ese sentido. En cuanto a lo físico, en la segunda división hay mucha más fricción, es mucho más brusco. En aquel momento, al ser una categoría inferior eran mucho más permisivos los árbitros.

–Fuera del fútbol, ¿tenés algún hobby?

–En mis tiempos libres me gusta mucho convivir con mi familia, acompañar a mis hijos en sus actividades. Pero mi hobby principal es la pesca, cuando tengo la oportunidad voy a pescar con mis hijos o con mi hermano y mi papá, quién me transmitió la pasión.


*Estudiante de la carrera de Periodismo Deportivo a distancia.

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Javier Schaab: “Quiero llevar Punta Alta a lo más alto en el mundo del ciclismo”

A sus 45 años continúa representando a la Argentina en diferentes competencias como fue el Mundial de Ciclismo en Pista 2024 de los Juegos Olímpicos.

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A sus 45 años continúa representando a la Argentina en diferentes competencias como fue el Mundial de Ciclismo en Pista 2024 de los Juegos Olímpicos.


Con una trayectoria marcada por logros y desafíos, ha representado a la Argentina en diversas competiciones internacionales. En los Juegos Panamericanos, su desempeño ha sido excepcional: en 2016 en Guadalajara, México, ganó tres medallas de oro, tres de plata y una de bronce; en 2017 en San Juan, Argentina, conquistó tres oros y dos platas; y en 2018 en el Distrito Federal, México, logró nueve oros. 

Javier Schaab, nacido en 1979 en Punta Alta, es un destacado ciclista argentino y nos invita a conocer su experiencia en el deporte, su conexión emocional con su ciudad de origen y sus ambiciones. 

-¿Qué esperabas para el Mundial de Pista en Francia 2024?  

-Yo soñaba con volver a representar a mi país, poder llevar a Punta Alta a lo más alto.

-¿Cuál fue tu enfoque actual en el entrenamiento?

-Fui elevando las exigencias. También hicimos gimnasio junto a mi profesor, Gabriel García. La preparación es clave para alcanzar mis metas.

-¿Cómo has manejado la pandemia y su impacto en tu preparación? 

-En la pandemia no hubo competencias, así que estuvimos haciendo trabajos en casa. Esto trajo muchas complicaciones, pero supimos estar tranquilos sabiendo que los objetivos grandes estaban parados. Aproveché para hacer una pretemporada y recuperar algunas lesiones que tenía en aquel entonces. Además, pude pasar más tiempo con la familia. 

-¿Fue diferente a cómo te preparaste en Estados Unidos en 2017 antes de las competencias? 

-En Estados Unidos me cambiaba y me iba en bicicleta desde el hotel, tenía que llegar temprano a la pista. El taxi era caro. Tenía un rodillo en el hotel y otro en la pista para entrar en calor. Con una bici de pista andaba por las autopistas, no me quedaba otra.

-¿Cómo viviste esa experiencia en la que lograste la Medalla de Plata?

-No me doy cuenta en el momento de lo que he logrado. En la competencia venía tercero y, al final, luché codo a codo con otros competidores. Cuando cruzamos la línea, fue un momento de bronca y alegría. Cuando levanté la vista, vi a la Selección y a mi familia gritando. Esa medalla fue muy significativa. Fue la única medalla de la Selección.

-¿Qué significa para ti la camiseta de la Selección Argentina?

-Cuando te ponés la celeste y blanca es algo muy fuerte, por todo lo que te ayuda la gente y sobre todo la familia. Nadie llega solo. 

-¿Cómo comenzaste en el ciclismo? ¿Qué recuerdas de tu primera carrera?

-Arranqué a los 7 años. Para una fiesta me regalaron una bicicleta de carrera chiquita y el que me embaló fue mi tío Roberto. Mi primera carrera fue en el Albatros XX. Me largué con un pantalón de pijama, una remera y me pusieron un casco.

-¿Cómo te sentiste en tu primera competencia nacional?

-Me sentí increíblemente emocionado. Fue en Jáuregui, un recuerdo imborrable para mí. Era solo un chico, y a pesar de los nervios, todo salió bien. Recuerdo la adrenalina antes de la carrera, el ambiente lleno de energía y la alegría de cruzar la meta. Esa experiencia me motivó a seguir compitiendo y me dejó una lección importante sobre la perseverancia y el trabajo duro. ¡Fue un momento que jamás olvidaré! 

-¿Qué significa para ti representar a Punta Alta? ¿Cómo ha sido tu relación con los torneos de Bahía Blanca?

-Para mí representar a Punta Alta es lo más lindo. Para mí es todo, porque es la gente que siempre me apoyó y me bancó en todas. No me pondría una camiseta que diga Bahía Blanca jamás. Siempre me hicieron la contra por pelear y ganarles los torneos a ellos.

-¿Qué sacrificio has hecho por tu carrera?

-Para ir a México en 2018 vendí el auto, ¡una locura!

Javier Schaab compitiendo en el Campeonato Panamericano Master de Pista y Ruta, celebrado en la Ciudad de México en 2018. 

-A tus 45 años, ¿cómo te sientes respecto a las posibilidades de seguir compitiendo? ¿Cómo manejas la presión y las expectativas de volver a la competencia internacional?

-Soy consciente de mi edad y mis posibilidades, pero la ilusión de seguir compitiendo nunca se pierde. Creo en mis condiciones, me conozco arriba de la bicicleta y estoy dispuesto a dar el máximo para volver a lograr un podio.

-¿Cuál es tu gran objetivo en el ciclismo?

-Busco ser campeón del mundo. Me preparo para eso.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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¿Por qué no automovilismo en los Juegos?  

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La Rodríguez olímpica

El #6 de La Rodríguez es un compilado de las mejores notas que las y los estudiantes produjeron durante este 2024 sobre los Juegos Olímpicos de París: análisis de diferentes disciplinas deportivas, historias rescatadas del olvido, debates y opiniones, informes especiales, perfiles de los protagonistas y entrevistas exclusivas.
Agradecemos profundamente a nuestras/os estudiantes y a sus docentes. Por su compromiso y por la responsabilidad histórica que el oficio les demanda. El mismo periodismo que por tantos años nos enseñaron Marcelo y Ernesto.

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El #6 de La Rodríguez es un compilado de las mejores notas que las y los estudiantes produjeron durante este 2024 sobre los Juegos Olímpicos de París: análisis de diferentes disciplinas deportivas, historias rescatadas del olvido, debates y opiniones, informes especiales, perfiles de los protagonistas y entrevistas exclusivas.

Agradecemos profundamente a nuestras/os estudiantes y a sus docentes. Por su compromiso y por la responsabilidad histórica que el oficio les demanda. El mismo periodismo que por tantos años nos enseñaron Marcelo y Ernesto.

Hacé clic en la imagen para leer la sexta edición de «La Rodríguez»

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