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ULISES JAITT: “MI PRIORIDAD SON LOS HIJOS DE NATACHA”


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Ulises Jaitt llega al café que él mismo sugirió y saluda al mozo con familiaridad. Juega Argentina pero no le interesa el partido. “¿Bajamos el volumen?”,  pregunta, justo como en casa. Se sienta a mirar por más de media hora el menú, pero en realidad no lo ve, da vuelta las páginas mientras habla, como si fuera un acto involuntario. En la primera mitad del encuentro Ulises no mira a los ojos, apunta al aire como buscando lo que va a decir.

Por María Otero

Tiene 33 años y objetivos claros, quiere perfeccionarse como periodista de espectáculos y dedica mucho tiempo a ver cómo funciona este mundillo, qué es lo que pega, lo que vende. Tiene su programa  El Show del Espectáculo por Radio UrbanaBA y cuenta que él mismo se produce las notas. “Al principio por ahí te preguntaban ¿quién? ¿Para dónde? Ahora están saliendo cada vez más fácil las entrevistas”.

Con sencillez y ese aire de colega cuenta que a veces le tiemblan las patitas. “El otro día iba a entrevistar a Santiago del Moro y me decía a mi mismo ‘no la podes cagar’”.

Recientemente el apellido Jaitt estuvo en todos los portales y pantallas por una noticia que sorprendió y conmovió: la muerte de Natacha Jaitt, su hermana. Sobretodo las condiciones de su fallecimiento dieron mucho que hablar. “Después de dos meses de dar por terminado los intentos por saber qué había pasado con Natacha, cuando vi que ya no había más nada por hacer desde mi lado y también que tenía que ocuparme de mi vida, porque yo tengo que comer, tengo que generar, tengo un menor de edad a cargo… Mi conclusión fue que tenía que volver a mis tareas”.

—¿Por qué consideras que la etapa de averiguar lo que pasó está terminada?

—Es que vos no podes pelear contra un sistema que es corrupto. En la Justicia de Argentina todo es plata. Aca va preso el que no tiene plata, porque el que la tiene no va. Lamentablemente hay fiscales y jueces corruptos. Entonces, ¿cómo haces? Nadie confía en la justicia que tenemos.

Ulises tiene bien claro qué batallas quiere librar y cuáles no. Para él, que la Justicia actue bien o que la fiscalía de violencia de género de Tigre, donde esta la causa, investigue con seriedad, no son sus prioridades. Tampoco lo es enfrentarse a Gonzalo Rigoni, dueño del salon de fiestas XANADÚ donde ocurrió la muerte de Natacha. En ese sentido sentencia: “Ni siquiera fue capaz de darme las condolencias o explicarme lo que vió esa noche. No tuvo humanidad conmigo ni con mi familia”.

Entonces va a definir qué es lo que sí importa: “Mi prioridad son los hijos de Natacha y más que nada el menor de edad”.

Ulises Jaitt no le guarda rencor a los medios de comunicación por los informes y la cobertura mediática que se desplegó llenando minutos y minutos de aire hablando de una Natacha drogadicta y prácticamente una bomba de tiempo, pero se encarga de aclarar que ella no era adicta: “Imaginate que cocinaba todos los días para Valentino (hijo menor de Natacha) y para mi”.  No niega que haya consumido esa noche, pero resuelve: “Tengo comprobado que ella se da dos pases de cocaína. ¿Qué persona muere de dos pases?”

En un momento el conductor, y también colaborador de Infobae, empieza a mirar a los ojos. Carga con una mochila, y no es la de hacerse cargo de su sobrino de 12 años,  es “el no haber estado ahí”. Varias veces hace referencia a eso.  A pesar de ser más chico, se caracterizó por protegerla y cuidarla. Y aunque repita que  “ella ya no está”, aún sigue relegando su vida personal, por ejemplo cuando cuenta que no tiene la cabeza para una relación sentimental todavía.

El no ser rencoroso está acompañado además por una espiritualidad, y un deseo de salir de lo netamente terrenal para alcanzar algún otro tipo de razonamiento. “Le quiero encontrar la explicación de lo que pasó. Manejo la hipótesis de un homicidio pero más allá, quizás la lectura que hago —ella tenía muchos frentes abiertos, ha hablado intimidades de mucha gente — es que acá estaba sufriendo. Yo veía cómo le daba bronca que las cosas no eran como ella esperaba, tenía problemas de salud, no encontraba al amor de su vida. Veía a una mujer sufrida. Si quiero descubrir el  porqué pasó esto digo bueno, quizás estaba sufriendo mucho y Dios dijo ‘basta’, se la llevó para que no padezca más”.

Ulises de verdad que no guarda resentimiento. Tuvo una infancia difícil, además de Natacha tiene una hermana y un hermano, a quienes prefiere no nombrar por respeto a su perfil bajo. El es el menor, y sus padres se separaron cuando tenía 10 años. Su papá, quien era conocido por interpretar al legendario Caballero Rojo en el programa Titanes en el Ring, falleció hace poco más de un año. Fue una figura autoritaria y violenta. Sin embargo, su pérdida representó un dolor inmenso: “Lo amo porque me dió la vida. Fue dura la infancia pero lo entiendo porque era otra época, antes la gente era muy militar. Después, más de grande, cambió su actitud, no fue más una persona agresiva”. Ese dolor sólo fue superado por la ausencia, meses después, de su amiga y hermana.

Con Natacha se llevaban ocho años de diferencia y eran muy confidentes. Empezaron a vivir juntos a partir del 2011, cuando murió el actor Adrián Yospe, papá del hijo en común con Natacha. Fue una manera de sostenerse mutuamente, Ulises la ayudaba con la crianza de Valentino y al mismo tiempo no tenía que pagar alquiler.

A veces, sino siempre, las personas dicen más de sí mismas cuando hablan de las demás.

—¿Cómo era Natacha?

— Era de tener mucho corazón. Si tenía cien pesos te compartía cincuenta. Era muy generosa, entregaba todo. También tuvo muchos problemas por confiar en la gente. Algunos se aprovechan. Tenía la facultad de darle a los que menos tienen, de incluir en sus equipos de trabajo. Ella tuvo un programa muy exitoso El Ascensor en radio Mega, muy escuchado de noche. Era el tercero en la franja. La escuchaban en los taxis, los colectivos, los hospitales, y se mataban todos de risa porque ella era muy divertida. En sus equipos de trabajo tomaba gente humilde. Cuando tuvo una nominación en el Martín Fierro movió cielo y tierra para que todo su equipo la acompañe ese día. No tenían ni traje para ponerse y ella se ocupó hasta de conseguirles la ropa”.

Con respecto a la imagen que vendía el nombre de Natacha Jaitt, Ulises abre bien los ojos para aclarar: “Ella jodía más de lo que era, hacía un personaje. Todo era diez veces menos de lo que decía”. 

A Ulises Jaitt se le atropellan las palabras al hablar de su hermana así como de la radio. Enfocado en seguir creciendo como periodista de espectáculos que es lo que le nace y lo hace sonreír, el mejor legado que le puede dejar a su sobrino, él que desea que crezca con valores, es salir adelante y buscar aquello que encienda el alma. La oscuridad quedará para otros.


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