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UN CAMPEÓN AL QUE SE LO LLEVÓ EL VIENTO


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Pese a los importantes logros de sus deportistas, la Ciudad del Gorosito (monumento al obrero petrolero) es más conocida a nivel nacional por sus fuertes vientos, por sus vecinos que se quedan habitualmente sin agua y por los sucesivos piquetes que se dan sobre la Ruta N°3.

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Mario Machuca empezó jugando al fútbol de salón en Schalke cuando tenía 16 años por iniciativa de un amigo, pero fue el llamado de Roberto “Tito” Dacal, un técnico de la zona, lo que le cambió su vida deportiva “Tito me llamó para jugar en Cañadón Seco y yo no lo dudé, acepté de inmediato”. Cañadón Seco es un pueblo que se encuentra a 17 Km al oeste de Caleta Olivia y los chicos de ahí jugaban el torneo en la ciudad vecina.
“Lo llamé para jugar porque era un gran marcador y porque pese a ser defensor llegaba bastante al gol”, contó el entrenador, que además dijo: “era rápido, petiso y también muy corpulento, a diferencia de los chicos de su edad”.
En tres años lograron seis títulos: Apertura y Clausura del torneo de AFUSA (Asociación de Fútbol Santacruceño). Mario Machuca, junto con Daniel Dacal, Fabián Castro y Julio Brandan, fue titular del equipo de Santa Cruz. Luego, los cuatro fueron convocados para el Sudamericano Juvenil jugado en Coritiba, Brasil, que se disputó en noviembre de 1986.
En 1994 Mario Machuca se consagró campeón del mundo con la Selección argentina en el Mundial disputado en nuestro país. Después del título, al Topo le tocó volver a Caleta y a trabajar de bombero voluntario. “Pese a mi logro e incluso que Caleta es un lugar chico, a mí ni me reconocen. Al título que tuve se lo llevo el viento”, dijo el caletense.
Actualmente el ex jugador de la Selección atiende un negocio familiar, no juega más al fútbol, pero cada tanto va a ver algún que otro partido de su hijo Mauro, que heredó la pasión de su padre por el fútbol de salón “Yo voy a ver jugar a Mauro y pasó desapercibido”. Nuria, su segunda hija también juega, pero Mario no la va a ver porque le da miedo que la lastimen. Además de ellos dos, está Candela, la más chica y a quien Mario se ocupa de llevar e ir a buscar al colegio.
El fútbol de salón en el norte de Santa Cruz desde 2000 en adelante ya no tiene el prestigio que supo tener, por dirigentes que hicieron mal las cosas y también porque muchos de los equipos han desaparecido, entre ellos Cañadón. “Una pena que no se juegue tan bien como antes y algunos clubes hayan desaparecido”, expresó el caletense, que sentenció: “los dirigentes que están ahora en AFUSA se robaron hasta el prestigio. Es una vergüenza”.


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