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Un padre de leyendas


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Carlo Ancelotti es uno de los técnicos más laureados en la actualidad, el más campeón de la Champions (con cuatro) y el último en levantarla con el Real Madrid. Su amplia trayectoria contiene muchos más ingredientes.


Parque de los Príncipes, en París y ante 76 mil fanáticos. Ahí está él. Con su peculiar expresión, esa ceja descontrolada y una sonrisa diabólica que lo caracteriza. A su lado, todo el equipo del Real Madrid con las medallas en sus cuellos y, acercándose despacio, Marcelo con la cinta de capitán y “La Orejona” en sus manos. Nuevamente campeón de la Champions. La cuarta en su haber, otro récord que se le adueña.

Apenas aterrizó en Madrid se lo vio conforme con el plantel y demostró su apoyo frente a jugadores duramente criticados, caso como el de Vinicius Jr.; el brasileño no estaba en su mejor momento y los palazos le pasaban muy de cerca. “Tengo mucha perspectiva en el futuro, Rodrygo o Vinicius están a nivel. No creo que el objetivo de marcar goles sea fichar a un jugador que haga 30 por temporada, sino buscar más goles de los extremos”, expresó Ancelotti. Dicho y hecho: el héroe de la final fue Vinicius Jr. que poco a poco la confianza sobre él fue en crecimiento por parte del técnico.

Nacido el 10 de junio de 1959 en Reggiolo, Italia, Carlo no fue privilegiado por una familia adinerada. De padres granjeros, Ancelotti debió pelear para llegar adonde se encuentra hoy. Como jugador alcanzó el podio varias veces: ganador de dos Copas de Europa, dos Intercontinentales y dos Supercopa de Europa con el Milán, entre varios títulos nacionales con el Milany la Roma, además de formar parte del tercer puesto de Italia en el Mundial del ‘90.

Pero su grandeza no está tan vinculada con su etapa como jugador, sino que se lo idolatra aún más como técnico. Tuvo tres pasos buenos por el Reggiana (donde logró el ascenso a la Serie A), el Parma (con un subcampeonato) y la Juventus (dos subcampeonatos italianos) aunque su gloria llegaría en el Milan. Al igual que en sus tiempos como futbolista, el club “Il Diavolo” le otorgaría la posibilidad de triunfar en Europa: dos Champions League, un Mundial de Clubes, dos Supercopas de Europa, una Copa Italiana, una Serie A y una Supercopa de Italia obtuvo en el Milan. Esto le permitió llegar al Chelsea y consagrarse en la Premier.

De a poco conquistó el fútbol europeo y tras dos años en Inglaterra arribó a Francia. Otra vez campeón, tres grandes ligas de tres. Tan solo faltaban dos: Alemania y España. Tuvo su oportunidad en Madrid, donde obtuvo su tercera Champions, pero no pudo hacerse con la liga. Munich sería su nueva casa y ahí se hizo con la Bundesliga.

“Cansado” de ganar, regresó a Italia, pero esta vez al Sur, Napoli. Un subcampeonato y una liga inconclusa por el Covid hizo que se fuera al Reino Unido. Everton sorprendió a todos con el anuncio del flamante DT. Sin pena ni gloria a los dos años se fue y cayó nuevamente en el conjunto Blanco. En la primera temporada se hizo con tres récords: único técnico en ganar las cinco grandes Ligas, único en levantar cuatro Champions League y en dirigir cinco finales de la misma.

Un italiano sencillo, que recibe a sus invitados con pastas caseras y buenos vinos, conquistó Europa a través del fútbol y a multitudes con una expresión atípica: la ceja izquierda se arquea constantemente de forma pronunciada y extraña, como si pareciera a propósito. Muchas veces fue acusada de ser causante de una enfermedad, incluso hasta llegaron a decir que fue por un accidente en su infancia, pero el mismísimo Carlettocomentó que no puede controlarla. Simplemente se le va y hasta le llama la atención al italiano cuando se ve en fotos o en vídeos. Sin dudas, uno de los mejores técnicos del fútbol mundial que pasó de hacer queso parmesano en la granja de sus padres a consagrarse en la élite de uno de los deportes más famosos del mundo.


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