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UN POCO DE JUJUY EN BUENOS AIRES


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Al menos una vez al mes, Buenos Aires se disfraza de Quebrada para albergar una de las fiestas más esperadas por jujeños y porteños, a los que se le suman curiosos extranjeros. Es la peña de Los Cumpas, una representación de los carnavales del norte del país en las cercanías del obelisco y durante todo el año.

Por Leandro Villalba (@_Leavillalba)

Las puertas del boliche bailable de Avenida Rivadavia al 3400 del barrio de Once se abrieron pocos minutos pasadas las nueve de la noche del viernes. Esta vez, no para recibir a su público habitual sino para transformar sus paredes en cerros de colores imaginarios que enmarquen una verdadera fiesta norteña.

Es que cuando terminan los tradicionales carnavales, muchos provincianos, en su mayoría jóvenes, viajan a la capital del país a estudiar o trabajar. La nostalgia de estar lejos de su pago los lleva a la necesidad de encontrarse con sus colores, sonidos y sabores a los que están acostumbrados. Esa premisa fue la que convocó, hace 13 años, a un grupo de jujeños a organizar una peña folclórica que reúna todo aquello. Y la bautizaron Los Cumpas, para significar la amistad.

Comenzada la noche, la barra del lugar recibe los pedidos de los visitantes que con empanadas, tamales o un locro “bien pulsudo” intentan llenar sus cuerpos para soportar mejor los litros de cerveza Salta y de Fernet con coca o vino tinto que consumirán mientras bailan y escuchan música hasta las 5 de la mañana.

Tinkus, bailecitos, sayas y taquiraris son los ritmos norteños que con más frecuencia suenan. Pero resulta imperdible el espectáculo que forman decenas de parejas en largas hileras sobre la pista para bailar chacareras, gatos y escondidos. Víctor Navarro, un bailarín nacido en El Carmen, los pagos de donde es el inolvidable Jorge Cafrune a unos pocos kilómetros de la capital jujeña, asegura que no es requisito indispensable saber las coreografías de las danzas para sumarse a la movida. “Acá, te juntás con un chango o una chica que te lleve, que te vaya diciendo los pasos o copiás al de al lado. Lo importante es divertirse”, sostiene.

La propuesta artística de la peña es la de presentar muchos grupos por noche. Bruno Arias, Pacha Runa, Los Changos, Coroico, César y su grupo Felicidad, son sólo algunos de los que pueden estar en una misma fecha. Tomás Lipán, músico de Purmamarca, es el padrino del escenario y cada vez que se presenta la convocatoria hace desbordar el lugar.

Los Cumpas no cuentan con publicidad. Nelson Barco, uno de sus organizadores, cuenta que la información de su existencia se va transmitiendo de boca en boca y que las redes sociales ahora son de mucha ayuda para poder anunciar su próxima fecha. “No tenemos fechas ni lugar fijo. Está difícil poder conseguir lugares habilitados que puedan albergar a la gente que viene a cada peña. La gente viene masivamente a divertirse y a estar, de alguna manera, a estar más cerca de su lugar. Y eso es lo que hacemos, promovemos nuestro folclore, nuestra cultura, en fin, nuestra identidad a través de nuestros bailes y cantores”, señala Barco.

Auténticas fiestas se viven en Los Cumpas, en especial en tres ocasiones particulares. El reencuentro del carnaval es la primera del año, en el mes de marzo. Allí, muchísimos de los jóvenes que fueron al norte se reúnen para revivir lo sucedido entre cerros de muchos colores. “Es la peña a la que vienen muchos por primera vez. Por eso es una de las que tiene mayor convocatoria”, dice Barco. Además, comenta que las otras dos son en el mes de Agosto, un mes muy especial para los jujeños. “Agosto es el único mes en el que hacemos dos seguidas. Una es la de la Pachamama, la otra la que recuerda el Éxodo Jujeño”.

Después de una noche de placeres y algunos excesos, los asistentes dejan el lugar a esperar una nueva edición de este encuentro con sus recuerdos y costumbres. A los que nunca fueron, sólo les resta estar atento para enterarse de la próxima juntada, ir con amigos y amigas, perderle el miedo al baile en público –si es que se tiene– y disfrutar de una fiesta inigualable. Como en Jujuy pero en Buenos Aires.


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