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EL SUEÑO DEL NERD


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Un grupo de jóvenes argentinos lograron lo que muchos jamás soñaron: vivir de los videojuegos. ¿Los crean? No. Son gamers profesionales, que se dedican a practicar, y competir en todo el mundo.

Por Iván Plouchuk

Admirar a famosas como Ricardo Darín, o Martin Palermo, es usual. Hay pocas personas que no tengan referentes relacionados con el deporte, el espectáculo, y hasta la política. Hombres y mujeres de diversas áreas son reconocidos y hasta idolatrados por sus logros. Pero ¿qué pasaría si ahora ese logro fuera ganar muchos partidos en la Playstation, o matar más personas en un juego de tiros por computadora? Todos los fines de semana miles de personas llenan los teatros de Buenos Aires. Pero ¿cuantos pagarían para ver a otra persona jugar un videojuego?
Los tiempos cambiaron, y lo que antes parecía irreal y hasta gracioso, hoy es un hecho consumado: hay miles de jóvenes en todo el mundo que trabajan pura y exclusivamente de desarrollar sus habilidades en las consolas y PCs, y la Argentina no excepción. En el país hay un grupo de 5 chicos que logró hacer de los videojuegos su trabajo full time. Personas que practican, compiten y ganan por toda Latinoamérica, EEUU, Europa, y Asia. Estos pibes, que juegan alrededor de diez horas por día, tienen su propio club de fans, que no se pierden ni una sola partida de su equipo. Se hacen llamar Isurus Gaming, por la empresa que los patrocina, y se desarrollan con gran éxito en el juego online más popular de la historia con más de 27 millones de jugadores en todo el mundo: League of Legends, mayormente conocido como Lol.
Ellos cinco lograron lo que miles de jóvenes siempre soñaron, que se les pague por jugar. Pero no todo es diversión. Deben cumplir objetivos y competir con jugadores de todo el mundo, que cuentan con mejores computadoras, mayor financiamiento, y que llevan años de experiencia en el medio. Sin embargo, ellos tienen un sueño que es llevar el país a lo más alto de la escena competitiva, y para lograrlo deben cumplir una rutina más que exigente.

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Javier “Dinamox” Korhasanoglu, capitán y fundador del equipo, cuenta: “Practico de dos a seis horas diarias, pero debería practicar mucho más”. Es que el ritmo de la primera etapa del año fue muy arduo, ya que debieron prepararse para la Copa Latinoamericana de Lol, el evento más importante a nivel regional. Realizo en julio de este año contó con alrededor de 4.000 fanáticos se dieron lugar en Costa Salguero para el evento que reunió a los mejores jugadores de América Latina, por primera vez en el país. “El torneo me gustó mucho, fue sin duda el mejor de la Argentina, pero como ya había estado en eventos fuera del país, no me sorprendió la convocatoria”, sostiene Javier.
Dinamox es su nick, con ese nombre lo identifican los fanáticos y, para él, ellos son los más importantes en la ecuación: “Tengo una gran relación con mis fans, es importante sentirse apoyado y respetado por lo que hacés”. Sin duda, la masividad de la comunidad gamer es la clave en el crecimiento de Isurus y de todos los jugadores profesionales. Es que son las empresas de hardware (mouse, teclados, auriculares, placas de video, etc) las que brindan el tan necesario soporte económico a los equipos de todo el mundo. A cambio de vestir su marca y utilizar sus productos, los pro gamers logran ganar lo suficiente para vivir, o al menos para justificar el tiempo invertido. Mientras tanto, la empresa obtiene miles de compradores, que quieren tener el mismo monitor, teclado o mouse que sus ídolos.
En Argentina esta tendencia empezó tarde, y son escasos los jugadores que logran vivir de los videojuegos. Algunos ven la razón en las trabas a las importaciones, lo que impide que las empresas vendan sus productos en el país, y entonces deciden no invertir en publicidad. Otros caen sobre la falta de inversión local por parte de dichas empresas, y las acusan de no fomentar el uso de mano de obra local. La realidad es que el mercado mundial de los videojuegos está avanzando de forma constante, y será inevitable que el país se sume a este fenómeno mundial, que tiene una red infinita de adeptos en todo el globo. “La movida gamer viene creciendo en Argentina, más lento que en el resto del mundo, pero de forma constante y progresiva” afirma Javier. Será cuestión de tiempo para que estos “nerds” que pasan horas frente a un monitor, se conviertan en los Darin 2.0.


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