Se presumía un partido difícil, la localía cambiaba y el técnico debutaba. Sin embargo, la era post Gerardo Martino arrancó con el pie derecho. La confirmación de la presencia de Lionel Messi despertó esperanzas en el público local que colmó las tribunas del Estadio Malvinas Argentinas.
Edgardo Bauza ajustó las clavijas de su esquema y lo adaptó a un sistema 4-2-3-1 con Paulo Dybala como principal aliado de Messi. En tanto, Uruguay sorprendió con la presión alta sobre la salida argentina, en una búsqueda permanente de la espalda de los zagueros centrales albicelestes.
La primera situación clara de los Charrúas surgió desde el botín derecho de Luis Suarez, quien ejecutó un tiro libre que Sergio Romero atenazó sin problemas. Dybala, luego de una recuperación de Ángel Di María, estrelló un remate en el palo izquierdo de Fernando Muslera, que contó con la suerte de que el rebote dio en él y se fue al córner.
Cuando el cero parecía inalterable rumbo al descanso, Messi tomó una pelota en el borde del área, encontró el hueco en una defensa minada de camisetas celestes y pateó al arco. La pelota se desvió en José Giménez y venció la resistencia de Muslera para desatar el festejo con aire de revancha del capitán argentino.
El entretiempo llegó con una complicación inesperada: la expulsión de Dybala. Por eso, en el complemento, Argentina prefirió conservar la pelota y darle un destino seguro, sin arriesgar demasiado. En cambio, Uruguay alteró su postura y decidió ser más agresivo en pos de buscar el empate. Sin embargo, no pudo aprovechar el jugador de más y careció de juego asociado entre sus líneas para lastimar a la poblada defensa planteada por Bauza.
La famosa frase “técnico que debuta, gana” se convirtió en un hecho concreto y Argentina tendrá que visitar este martes tierras venezolanas en busca de los tres puntos que le darán un aire extra para la clasificación al Mundial de Rusia.
muy bueno Lucas!!!