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116 días sin Tehuel


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Siguen los rastrillajes en búsqueda del joven trans desaparecido en Alejandro Korn. Los dos sospechosos detenidos se niegan a declarar.


Tehuel De la Torre es un joven trans de 22 años que se encuentra desaparecido desde el 11 de marzo. La última vez que fue visto, salió cerca de las 19 de su casa en el partido bonaerense de San Vicente para encontrarse en Alejandro Korn, la localidad vecina, con Luis Alberto Ramos. Este le había ofrecido trabajar de mozo en un evento. Al no regresar, su pareja presentó la denuncia en la comisaría. Desde entonces, familiares, vecinos y organizaciones del colectivo LGBTIQ+ reclaman por su aparición con vida. La fiscal de San Vicente Karina Guyot y las fuerzas de seguridad desplegaron diversos operativos y rastrillajes, pero a 116 días de su desaparición aún no lo encuentran. 

La causa caratulada como “averiguación de paradero” tiene hasta el momento dos detenidos. El primero, Luis Ramos de 37 años que al principio declaró haber visto a Tehuel, pero dijo que a las 16.30 cada uno se había marchado por su lado. Al no poder ser confirmada su versión, la fiscal ordenó su detención por privación ilegal de la libertad y encubrimiento en concurso real con falso testimonio. A través de pericias tecnológicas localizaron el celular de Tehuel en su domicilio entre las 19.45 y las 00.30 del día siguiente.

Días más tarde, durante un allanamiento en la vivienda de Ramos, en una excavación se encontró un teléfono incendiado y ropas que le pertenecían a Tehuel. El segundo sospechoso detenido, por encubrimiento en concurso real con falso testimonio, fue Oscar Alfredo Montes, un chatarrero de la zona con antecedentes penales de abuso sexual que negó conocer a Tehuel, pero que fue desmentido por varios testigos. Desde su arresto ambos sospechosos se niegan a declarar. 

El Ministerio de Seguridad Nacional ofrece una recompensa de hasta 2.000.000 de pesos para quien aporte datos sobre el paradero del joven. Desde la fiscalía se siguen distintas pistas. Una de ellas se conoció la semana pasada cuando un testigo dijo haber visto a Tehuel en la localidad santacruceña de Caleta Olivia. Verónica Alarcón, la hermana de Tehuel, habló con ETERDigital y nos dijo: “Nos parece raro, porque él no tenía a nadie allá. Los indicios que dan los rastrillajes y allanamientos nos hacen pensar que le hicieron algo, que está muerto y no que está vivo, pero las esperanzas uno nunca las pierde”.

La familia aguarda los resultados de las pericias sobre distintos elementos secuestrados en el primer allanamiento en la casa de Ramos y de otras que fueron surgiendo durante los rastrillajes. “Se vienen haciendo tareas fuertes. La investigación tiene que seguir. Los allanamientos y los rastrillajes tendrían que haberlos hecho mucho antes, cuánto más rápido se hagan, más rápido lo vamos a encontrar”, dijo Verónica Alarcón.

«Los indicios que dan los rastrillajes y allanamientos nos hacen pensar que le hicieron algo»

—Verónica Alarcón, hermana de Tehuel

El 15 de junio se realizó un operativo en un chiquero conocido como “La chanchería” y en la laguna Tacurú, cerca del domicilio de Ramos. La fiscal Guyot ordenó el operativo luego de que varios vecinos aseguraron haber visto a uno de los sospechosos tirar una bolsa de residuos negra en la zona. De los rastrillajes participan efectivos de la DDI de La Plata, de la Sub DDI de San Vicente, de la división de canes, de la Policía Científica, de la Policía Federal Argentina y de la gendarmería nacional. También colabora el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Hace unas semanas, más de cien efectivos de distintas fuerzas realizaron un operativo con resultado negativo en el predio del Ceamse de José León Suarez y, la semana anterior, otro similar en el predio del Ceamse y el Eco Punto de San Vicente.

Desde que Tehuel desapareció amigos, familiares y vecinos organizaron los primeros rastrillajes y el reclamo por su aparición. Una de las primeras marchas logró convocar a más de 1000 vecinos de Alejandro Korn y San Vicente, junto a organizaciones del colectivo LGTBIQ+, sociales y políticas. Mily Victoria referente de la Agrupación LGTBI+ 1969 dijo: “Gracias a la movilización en todo el país, el reclamo por la aparición con vida de Tehuel salió en los medios y eso empujó a que el Estado lo busque”.

El caso de Tehuel se encuentra íntimamente vinculado con la Ley de Cupo Laboral Trans aprobada el jueves pasado con 55 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones en la Cámara de Senadores. Tehuel, al igual que muchos jóvenes trans, se encontraba en situación de vulnerabilidad económica por las dificultades de acceder a un empleo formal.

Una investigación del Programa de Género y Diversidad Sexual del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires y del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis afirma que sólo el 9% de las personas trans encuestadas contaba con un empleo formal, mientras que el 15% manifestó tener empleo precario y un 3,6% ser beneficiaria de alguna política pública. Para el resto, más del 70%, la prostitución es su principal fuente de ingresos. 

La ley aprobada establece que el Estado nacional debe ocupar en una proporción no inferior al 1% de la totalidad de su personal con personas travestis, transexuales y transgénero. Dispone además incentivos para el sector privado que contrate personal trans como pago a cuenta de impuestos nacionales. También plantea que no serán tenidos en cuenta los antecedentes contravencionales de las y los postulantes, que sean irrelevantes para el acceso al puesto laboral, entre otros puntos.

Mily Victoria afirmó: “Esta ley se conquistó gracias a la lucha incansable del movimiento. Tiene algunas cosas con las que no acordamos, por ejemplo, que se subsidie a los empresarios que contraten a personas trans, porque la ley tiene que beneficiar a las personas trans, no a los empresarios. Ese artículo nadie lo cuestionó. En cambio, el artículo que sí se puso en debate es el que dice que los antecedentes penales de las personas trans no sean un requisito a la hora de la contratación. Un artículo positivo, ya que las personas trans fueron y son víctimas de la violencia institucional”.

Esta conquista del colectivo LGTBIQ+ es un paso importante en la ampliación de derechos de un colectivo vulnerado, como resultado de la exclusión social, política y económica. Según estimaciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires las mujeres trans y travestis fallecen a los 32 años en promedio.


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