María del Carmen busca a su hija María Cash hace 5 años y Luisa, mamá de Mariela Tasat, no sabe nada de su hija desde hace 14 años. Las dos le apuntan a la trata y a la prostitución. Silvia pide justicia por el asesinato de su hermana Liliana Garabedian, hace 6 años, una muerte que empezó a gestarse con un pedido de divorcio. Daiana, hija de Adriana Fabiana Teglia, vio cómo hace 20 años su papá le gatillaba en la cabeza a su mamá.
Por Nilda Villagra (@nildalacolo) y Myrian Quintana
#NiUnaMenos se ha convertido en el símbolo de lucha nacional contra el maltrato, en todas sus formas, hacia las mujeres. Lamentablemente, desde la última convocatoria que se realizó en junio del 2015, creció el número de femicidios y violencia. La nueva marcha que se realizó ayer desde el Congreso hacia Plaza de Mayo reflejó el incremento de nuevos convocados por nuevas víctimas y de los incansables pedidos de justicia por los casos que quedaron impunes y en el olvido.
LA BÚSQUEDA SIN FIN
Sola, detenida frente a la multitud, sostiene un cartel entre sus dos manos con la foto de su hija, María Cash. “Pido que el Gobierno me ayude, lo necesito ya. Van a ser 5 años sin saber de María”, reclama María del Carmen Gallego.
La diseñadora de 29 años, que partió el 4 de julio del 2011 camino a Jujuy, tuvo el último contacto con su familia a través de un mail cuatro días después. Hasta el momento no se sabe de su paradero.
Sus ojos celestes, casi transparentes, dejan ver su alma sufrida pero inquebrantable con su lucha: “Fueron 4 años y medios que no tuve ayuda del gobierno. Lo nuestro está en Salta, yo no tengo dinero para viajar, y la causa que está allá sigue casi igual que al principio. El papá murió buscándola y no tendría que haber sido él sino que el Gobierno quien se tenía que ocupar. Lo único que pido es que aparezca”.
HACE 14 AÑOS TENIA 14 AÑOS
Luisa, madre de Mariela Tasat, quien desapareció en la puerta de su casa el 7 de septiembre de 2002, pide que la ayuden a encontrar a su hija. “Ya van a ser 14 años. Ella tenía 14 años cuando desapareció en la puerta de casa. No sé si se la llevaron o se fue, no se decirte porque todavía no la encontré. Sí sé que estuvo en un prostíbulo”, recuerda y enfatiza: “Nunca recibí ayuda del Gobierno”.
Una amiga de Mariela avisó que la había visto en la puerta de un prostíbulo, a dos cuadras del Boulevard de Los Italianos, en Monte Chingolo. La comisaría 8° y la Fiscalía fueron hacia el lugar, pero se demoró cuatro horas la orden para poder entrar. Cuando lo consiguieron, Mariela ya no estaba.
Luisa no baja los brazos, está convencida de que su hija fue víctima de trata de personas. Marcha con la foto de Mariela pegada en su pecho, “para encontrarla y para que no haya más mujeres secuestradas para explotación sexual”.
EL ABSURDO FALLO: “MUERTE POR DESNUTRICION”
Silvia, hermana de Liliana Garabedian, víctima de violencia de género, marchó ayer frente a una columna de personas que sostenían una larga bandera que pedía: “Basta de femicidios”.
Contó que su hermana falleció en Catamarca hace 6 años: “Después de que ella le pidió el divorcio a su marido empezó a haber problemas. Un día desapareció y apareció muerta en un descampado. La policía dijo que fue muerta de inanición”. La distancia y la falta de ayuda del Gobierno dejó el caso impune.
El fiscal que investigó el caso en primer lugar cerró la investigación por “muerte por desnutrición”. “Él nunca fue citado para declarar”, dijo Silvia, refiriéndose al marido de su hermana, quien según Silvia tenía vínculos con la policía. “Desde hace 6 años que no veo a mis sobrinos, ni tampoco tenemos justicia. La única ayuda fue de parte de La Casa del Encuentro, que nos acompaña en esta lucha”, finalizó.
EL DOLOR NO PRESCRIBE
Daiana, hija de Adriana Fabiana Teglia, se sumó a la marcha pese a que su causa prescribió. Relató cómo asesinaron a su madre cuando ella tenía 6 años: “Un día agarró un arma, me apuntó a mí en la cintura. No se si no salió el disparo. yo la abracé a mi mamá y él le puso el arma en la cabeza, le pegó un tiro y la mató. Estuvo preso 24 horas porque era homicidio culposo. Y mis 2 hermanos tuvieron que criarse con el asesino de mamá”.
El hecho ocurrió en 1996, no hubo culpables y la justicia dictaminó que los hijos de Adriana, de 3 años y de 9 meses, debían estar a cargo del padre porque la familia de la madre no tenía sustento económico para mantener a los tres niños.
Daiana cuenta que sus hermanos crecieron en una mentira. Ella era menor para declarar y no pudo encontrar justicia. Ahora marcha, para recordarla y para pedir y acompañar por otras víctimas de femicidio.
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