DEPORTES
“A Mario le salió eso de poner la mano y nos salvó a todos”
Luis Galván, titular en el triunfo 2-0 frente a Polonia del 78 en Rosario, recordó para Eter Digital el título de la Selección y la acción en la que Kempes voló para salvar la valla del Pato Fillol, quien luego atajó el penal.

Luis Galván, titular en el triunfo 2-0 frente a Polonia del 78 en Rosario, recordó para Eter Digital el título de la Selección y la acción en la que Kempes voló para salvar la valla del Pato Fillol, quien luego atajó el penal.
El Mundial de 1978 estuvo rodeado de variadas controversias. El contexto social era dramático. Un grupo de mujeres daba giros en Plaza de Mayo reclamando la desaparición de sus hijos. Los medios europeos aterrizaron en Buenos Aires y se encontraron con esa imagen. Ninguna rama del periodismo argentino hacía referencia sobre los pañuelos blancos que envolvían las cabezas de mujeres desesperadas. El Mundial ocultó todo. “Fue cuando se callaron las iglesias. Fue cuando el fútbol se lo comió todo”, dice León Gieco en su canción “La Memoria”.
En ese contexto, la Selección Argentina, salió en busca de la Copa del Mundo. Inicialmente, formó parte del Grupo 1 junto a Italia, Francia y Hungría. El equipo de César Luis Menotti ocupó el segundo lugar con cuatro puntos, por lo que accedió a la segunda fase y compartió la zona con Polonia, Brasil y Perú. Desde aquí, solo el primero pasaba a la final.
En Rosario se agingantó la figura de Mario Alberto Kempes y la ilusión del hincha se agigantó con el correr de los partidos. El gobierno de facto que manejaba las riendas del país no podía permitir que el combinado nacional no jugase la final. La presión corría y el equipo lo percibía. Desde lo futbolístico, los futbolistas estaban al margen de ello y representaron a la Albiceleste de la mejor manera. “El grupo se sentía más fuerte y con más confianza. Encaramos la segunda fase con otro estilo de juego y nos imponíamos a los rivales”, comentó Luis Galván, una de las piezas principales de aquel equipo campeón del mundo, en diálogo con Eter Digital.
Rosario esperó al conjunto de Menotti. El Estadio Gigante de Arroyito se tiñó de celeste y blanco. Los típicos papelitos reclamados por Clemente desde el tablero electrónico se adueñaron de la escena. Argentina saltó a la cancha para enfrentar a Polonia en un partido que quedó para la historia y que fue el puntapié inicial para campeonar. A los 16 minutos, Mario Kempes rompió la inercia del encuentro: anticipó al primer marcador central y colocó un frentazo en el primer palo. La bestia goleadora cortó su sequía, ya que hasta ese momento no había podido convertir.
Unos pocos minutos después, tuvo lugar otra inolvidable acción del Matador: luego de un centro que detonó en el área argentina, el Pato Fillol salió en falso y dejó el arco sin resistencia. Grzegorz Lato metió un cabezazo que tenía como destino la red, sin embargo, apareció el goleador que voló sobre la línea de cal y metió un manotazo de derecha para impedir el ingreso de la pelota. “Siempre se habló sobre ese tema. Fue un momento decisivo, en el que a veces los jugadores con el ánimo de contrarrestar al rival hacen un foul, una mano o una jugada peligrosa. En ese momento, a Mario le salió eso de poner la mano, cubrir la pelota y por supuesto nosotros nos sorprendimos, pero nos salvó a todos”, recordó Galván.
Penal para el combinado europeo y tarjeta amarilla para Kempes, ya que en ese momento el reglamento no expulsaba a jugadores que cometían ese tipo de acción. El Pato Fillol se ubicó bajo los tres palos con su buzo verde y el, tan característico, número 5 pintado en su espalda. Se arrojó sobre su izquierda y contuvo el tiro suave del polaco Kazimierz Deyna. El estadio pasó del silencio a una explosión que envolvió a toda la ciudad. “Después de todo lo que pasó, nos dimos cuenta, o ratificamos, que teníamos un gran arquero y eso ayudó al grupo. Y un líder como Mario”, dijo Galván.

Durante el segundo tiempo, el combinado nacional se afianzó aún más. El estilo de juego que quería imponer Cesar Luis Menotti comenzó a reflejarse. Corría el minuto 72 cuando Kempes recibió la pelota en la medialuna y se perfiló rumbo al arco. Un hombre de rojo se le acercó por su izquierda con los ojos llenos de terror. El Matador, con su pierna zurda, enganchó como en el potrero: cortito, con cintura de plastilina. El defensor polaco pasó de largo y al diez de la Selección sólo le quedó sacar un fierrazo de zurda que se clavó en el palo izquierdo. “Siempre tuvimos en claro lo que César nos había indicado: que más allá de juego del rival o de los jugadores importantes que tenía cada selección que íbamos a enfrentar, él le daba mucha importancia al juego nuestro y nos sentíamos con una mayor confianza que en la primera fase. Era esperar el momento y que el rival también se sintiera dominado por el juego en conjunto que teníamos. Y eso era muy importante, porque estando en la cancha uno se da cuenta cuando las cosas van bien”, finalizó el santiagueño Luis Galván, referente de Talleres de Córdoba.
Argentina liquidó el partido con el segundo gol. Rosario deliró al compás de un equipo que se perfiló rumbo a la primera Copa del Mundo de la historia del país. “Ningún camino de flores conduce a la gloria”. En este 2022, como en el 78, los polacos estarán nuevamente en el camino de nuestra Selección.

DEPORTES
Verstappen no se baja de la pelea
Ganó en Imola y consiguió su victoria 65ª. Así recortó puntos a los pilotos de Mclaren en el mundial, que se está poniendo al rojo vivo. Nuestro Franco Colapinto cumplió al terminar 16°, más allá del accidente del sábado.

Ganó en Imola y consiguió su victoria 65ª. Así recortó puntos a los pilotos de Mclaren en el mundial, que se está poniendo al rojo vivo. Nuestro Franco Colapinto cumplió al terminar 16°, más allá del accidente del sábado.
El campeón del mundo Max Verstappen volvió a ganar después de cuatro carreras -la anterior había sido en la tercera fecha en Japón-. Se vio beneficiado con virtual safety car por el abandonó de Esteban Ocón, quien dejó tirado el monoplaza. Después salió único safety car por el abandonó del piloto local Kimi Antonelli y aprovechó Max, que hizo las paradas “gratis” y salió sin rivales. Segundo fue Norris y tercero Piastri, que no pudo tener el ritmo esperado.
Los Ferrari remontaron en la carrera tras quedar fuera de la Q3. Hamilton fue 4° y Leclerc, 6°. Alex Albon quedó 5° (entre los Ferrari) y sumó varios puntos junto con Carlos Sainz (8°) para Williams. Aston Martin, tras la buena clasificación del sábado, no pudo sumar. Isak Hadjar, el mejor de los rookies, fue 9°. Tras el accidente en la qualy, Tsunoda, quien largó desde el pit line, logró sumar un punto para Red Bull, que cumplía 400 carreras en la F1.
La próxima competencia va ser el 23-24-25 de mayo en las calles de Mónaco. El último ganador allí fue el local Leclerc, con Ferrari.

Franco Colapinto cumplió. Terminó como largó, decimosexto. Fue unos de los pilotos que se perjudicó por las neutralizaciones y pudo haber terminado en puesto de puntos. Llegó a estar octavo y en la primera parada cayó al final de las posiciones; en el safety car recuperó dos posiciones, quedó decimoquinto, pero el equipo le comunicó que le cediera el puesto a Gasly, quien finalmente terminó decimotercero, a dos segundos del piloto argentino.
¿Cómo le había ido al argentino en los días previos?
Colapinto en las prácticas: En la primera P17° a 7 décimas de Gasly. En la segunda P13° a medio segundo y en la tercera P18° a 2 décimas de su compañero de equipo. En la clasificación: El piloto argentino tuvo un incidente en la curva de Tamburello en el cierre del primer corte clasificatorio. Había conseguido el decimoquinto lugar y pasó a la siguiente ronda, pero por los destrozos no pudo participar de la Q2. La FIA lo sancionó por salir antes en el relanzamiento de la bandera roja, que se originó por el choque de Tsunoda y salió en el decimosexto lugar.
DEPORTES
El Alpinauta
De la mano de Alpine, Franco Colapinto vuelve a ser piloto principal en la Fórmula 1. Nos volvemos a ilusionar…

De la mano de Alpine, Franco Colapinto vuelve a ser piloto principal en la Fórmula 1. Nos volvemos a ilusionar…
Franco Colapinto fue confirmado como piloto titular de Alpine por al menos las cinco próximas fechas. La escudería francesa tenía a Pierre Gasly y Jack Doohan como pilotos principales, pero, debido al bajo rendimiento del australiano durante las primeras cinco carreras de la temporada, su contrato con el equipo fue rescindido.
El pilarense, que había corrido por última vez en Abu Dhabi en 2024, volverá a subirse a un monoplaza de la máxima categoría el fin de semana del 16 de mayo, en el Gran Premio de Imola, Italia. No es casualidad que su debut en el equipo sea en este circuito, ya que es sabido que las pistas italianas le sientan bien. En 2022 y 2024 obtuvo victorias en Imola, y en 2022 y 2023 logró el primer lugar en el circuito de Monza. Todo ello en Fórmula 2.

Previo al anuncio, Colapinto participó en una Prueba de Coches Anteriores (TPC) en el circuito de Zandvoort, en los Países Bajos. El auto que utilizó fue el Alpine A523, coche empleado durante la temporada 2023 de la F1. Estas prácticas son privadas y no suelen tener mucha difusión, por lo que los equipos no están obligados a dar a conocer los tiempos obtenidos. Sin embargo, la viralización de la presencia del argentino en dicho circuito no hizo más que aumentar los rumores sobre la vuelta de “Colapa”.
“Tengo muchas ganas de ver cómo crece y se desarrolla en el equipo. Ahora es su oportunidad de demostrarnos de qué es capaz como piloto oficial”, declaró Flavio Briatore, el nuevo director de equipo de Alpine, quien ha mostrado confianza y una gran relación con Franco desde su llegada.
En 2024, el piloto argentino disputó nueve Grandes Premios, tanto en formato tradicional como con carreras sprint. Solo le tomó un fin de semana adaptarse al auto, y para el segundo ya había conseguido sus primeros cuatro puntos en la categoría, en el Gran Premio de Azerbaiyán. Más adelante, en el Gran Premio de México, sumó su último punto de la temporada tras finalizar décimo. En el resto de las carreras no logró sumar puntos y no consiguió terminar tres de las nueve que disputó. Con los cinco puntos obtenidos, se posicionó 19º en el campeonato de pilotos, cuatro puestos y cinco unidades por encima de Logan Sargeant, el piloto al que había sustituido en el equipo bajo el mando de James Vowles.
“Voy a hacer todo lo posible para adaptarme rápido y dar lo mejor de mí para conseguir los mejores resultados junto a Pierre”, prometió el piloto argentino, quien una vez más le devuelve la ilusión a todo un país.
DEPORTES
Mauricio Romero: “Siempre me comprometí al máximo con los clubes, mis compañeros y en cada entrenamiento”
Mano a mano con el pampeano que se convirtió en referente del fútbol mexicano por vestir las camisetas de Puebla, Monarcas y Atlante. En la actualidad trabaja en un equipo de su ciudad natal en La Pampa.

Mano a mano con el pampeano que se convirtió en referente del fútbol mexicano por vestir las camisetas de Puebla, Monarcas y Atlante. En la actualidad trabaja en un equipo de su ciudad natal en La Pampa.
Mauricio Romero es un ex futbolista argentino nacido en General Pico, La Pampa, el 13 de enero de 1983. Inició su camino en el fútbol en Pico Football, club de su ciudad natal, para luego irse a las inferiores de Lanús. Tras un largo camino en las divisiones formativas del club granate, logró debutar en primera división y empezar a escribir su historia en el fútbol.
Después tuvo un paso por el fútbol mexicano, donde se convirtió en referente del Club Morelia. Luego de retirarse se puso el buzo de ayudante de campo para dirigir a Ferro de General Pico en el Federal A.
–¿Fue difícil la decisión de dejar el fútbol?
–No fue difícil. Era algo que lo venía pensando desde hace algunos meses porque tenía algunas molestias en la pierna, producto de una lesión que sufrí en Morelia y empecé a tener osteocondritis.
Estuve jugando algunos años con muchas infiltraciones de ácido hialurónico; hasta me he tomado queterol, que se utiliza para el dolor de muelas. Esta situación no me gustaba porque cada vez entrenaba con menos frecuencia y ya no aguantaba la carga física de las pretemporadas, entonces tomé la decisión de dejar el fútbol.
–Una vez retirado te uniste al cuerpo técnico de Mauricio Giganti, ¿esto fue planeado?
–La verdad que no. Un día me reúno con Mauricio con el motivo de tomar un café y hablar de fútbol. Yo creí que se trataba solamente de eso, pero me di cuenta que él me estaba analizando y después de la conversación me comentó que estaba buscando un ayudante de campo. Obviamente me tomé algunos días para pensarlo porque era para dirigir el Federal A. La tercera categoría del fútbol argentino no es cualquier cosa.
–Llega un momento en el que Giganti deja y tomás las riendas de Ferro de Pico, ¿qué experiencia te queda cómo técnico en el Federal A?
–Yo quedé como interino para que el club tenga más tiempo de entrevistar a otros entrenadores y para mí fue una experiencia única y con mucha más responsabilidad que cuando era ayudante de campo.
–En medio de este interinato ocurre la terrible situación vivida en Mendoza con los disparos, ¿cómo fueron los momentos previos?
–La verdad fue muy desagradable, porque nadie se espera ir a un estadio de fútbol y que haya una disputa entre hinchadas que termina en disparos. Fue un momento terrible porque previo a que me golpeara el proyectil ya habían pasado dos o tres balas. Escuchaba el silbido. Pero, más allá de eso, me indigna lo que sucedió después: la policía haciendo un informe lamentable. Lo mismo la terna arbitral, todos cubrían a los violentos.
–¿Cómo fue tu proceso para llegar a las inferiores de Lanús?
–Vinieron dos captadores de Lanús a la cancha de Pico Football para hacer una prueba de fútbol y nos hicieron jugar dos partidos entre todos los chicos que se habían presentado. En el primer partido jugué de mediocampista, mi posición habitual. Pero, en el segundo juego me pusieron de marcador central y jugué mejor que en el primero.
Cuando terminó la prueba, me llamaron y me dijeron que había quedado seleccionado para ir a conocer las instalaciones del club y realizar un encuentro con los jugadores y ahí ver si me fichaban o no.
–¿Recordás el primer llamado a primera división?
–En el 2007 me llama Héctor “Bambino” Beira, quien era el entrenador del momento, para hacer algunos entrenamientos como sparring. El primer día me retó tres veces porque tenía una manera brusca de ir a marcar, es que para mí ese entrenamiento era una oportunidad de oro.
Al final de la práctica pensé que me iba a llamar la atención otra vez, pero se acercó y me dijo que a partir de ese día comenzaba a entrenar con el plantel de primera.
–¿Cómo fue el día de tu debut?
–Fue un día tranquilo, me tocó debutar frente a Argentinos Juniors en un partido que había sido postergado. Fue el debut soñado, en ese partido marqué mi primer gol y ganamos uno a cero, la verdad que fue uno de los días más recordados de mi carrera.

–¿Fue difícil tomar la decisión de dejar Lanús para jugar en Morelia de México?
–La verdad es que con Lanús hemos tenido alguna disputa porque había tenido algunas posibilidades de salir antes, pero la última palabra siempre la tiene el club. Yo tenía 24 años y ya quería cumplir el sueño de jugar en el exterior, en ese entonces el fútbol mexicano estaba bien visto porque jugaban la Copa Libertadores. Llegué al Morelia en una situación no muy agradable para el club, estaba peleando el descenso, pero a partir de ahí empezaron a mejorar las cosas y logramos clasificar a play-offs.
–¿Qué creés que te llevó a convertirte en capitán y referente de Morelia?
–Yo creo que el tiempo. Tomás Boy, el entrenador de ese momento, decide darme la cinta de capitán después de un año en el club. Creo que él vio mi forma de ser en el club, siempre me comprometía al máximo en todo sentido, las ganas de querer estar, de ayudar a mis compañeros y el compromiso con cada entrenamiento. Yo lo tomé con mucha responsabilidad, para nada sentí una presión por tener la cinta.
–¿Cómo calificarías tu paso por el fútbol mexicano?
–Lo calificaría como positivo, simplemente eso, no quiero darle un calificativo más alto. Fue positivo principalmente en Morelia, porque estuve casi seis años en el club y en lo deportivo estuvimos siempre en lo más alto peleando por conseguir algún título.
Luego tuve un paso por otras instituciones como Puebla, Atlante y Dorados de Culiacán, donde también se hizo un gran trabajo pero no se dieron los resultados.
–En 2016 volvés al fútbol argentino, ¿qué te llevó a tomar la decisión de jugar en Gimnasia?
–Gimnasia fue una experiencia muy linda donde creo que hice un trabajo aceptable y terminé bien la adaptación al fútbol argentino, porque cuando venís de otro país después de tanto tiempo no es fácil. A mi me llamó Pedro Troglio, quien dirigía en ese momento, y desde el primer día pude adaptarme rápidamente a la velocidad y la fricción de nuestro fútbol.
La verdad que disfruté mucho en el club, sobre todo por el cariño de la gente. Gimnasia es una institución muy pasional y me sorprendió que no tuvieran títulos.
–También tuviste un paso por el Nacional B, ¿qué diferencia notás entre la primera y la segunda división?
–El Nacional también fue una experiencia muy linda, es una categoría muy competitiva. La mayor diferencia que noté fue la velocidad en la toma de decisiones, quizás la inteligencia del jugador de primera división es superior en ese sentido. En cuanto a lo físico, en la segunda división hay mucha más fricción, es mucho más brusco. En aquel momento, al ser una categoría inferior eran mucho más permisivos los árbitros.
–Fuera del fútbol, ¿tenés algún hobby?
–En mis tiempos libres me gusta mucho convivir con mi familia, acompañar a mis hijos en sus actividades. Pero mi hobby principal es la pesca, cuando tengo la oportunidad voy a pescar con mis hijos o con mi hermano y mi papá, quién me transmitió la pasión.
*Estudiante de la carrera de Periodismo Deportivo a distancia.
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