Inicio » Alberto Muñoz: “Okupas es una obra que estuvo tocada por la gracia”

Alberto Muñoz: “Okupas es una obra que estuvo tocada por la gracia”


Compartir

Fue el guionista de la serie que marcó un quiebre en la historia televisiva argentina y que este año tuvo su reestreno después de dos décadas. De Músicos Independientes Asociados a Magazine For Fai, vida y obra de un poeta autor de otros hitos de culto que sigue cuidando el amor por las palabras.


El enmarque convoca. Un arsenal de lomos de libros lo rodean. La biblioteca se extiende por los límites de la pantalla y no parece terminar, infinita. En el centro, él. Vestido de negro, su corpulenta barba, su bigote canoso y su kepi negro delinean su mirada, angosta y presente, atenta.

Si googleas Alberto Muñoz te va a aparecer que es músico, compositor, escritor, actor y psicólogo. También que fue guionista de Okupas, la icónica serie Argentina que tuvo su reestreno en Netflix el 20 de julio de este año. Y sí, es todo eso, pero condensado dentro de otra figura, una que expresa su forma de vivir y afrontar la vida: la de un poeta. Y uno auténtico.

-A los 6 años empecé a estudiar violín, yo odiaba el violín, lo detestaba.

-¿Y porqué empezaste?

-La mamma. Mi mamá quería que yo sea violinista

-Y vos no querías saber nada.

-Nada.

-¿Cómo te definís?

-Yo soy un poeta. Desde los siete años escribía obras que eran situaciones, escenas. Me iba a la terraza, colgaba la ropa y hacía de cuenta que eran actores. Entonces, de pronto, yo le estaba hablando a un corpiño, pero ese corpiño era una princesa. Y venía el malo, que era una camiseta vieja, y actuaba, yo les daba vida. Me considero un poeta no porque escriba poemas, sino que para mí ser poeta significa luchar para que la música me guste frente a un violín que me disgustaba, o porque hacía que un corpiño hable con una camiseta.

-¿Qué traes de tu niñez y te sigue acompañando?

-El amor por las palabras. Me gusta buscar las mejores palabras para poder decir lo que quiero decir. Ese amor por las palabras me lo dio la lectura, empecé a leer a los 17 a raíz de un episodio amoroso. Conocí a un poeta francés, Charles Baudelaire, el primero que conocí en mi vida. A partir de él se me armó un mapa literario hasta el día de hoy.

La música, lo ético y lo político

Músicos Independientes Asociados (M.I.A) fue un grupo emblemático de bajo perfil del mundo del rock entre 1975 y 1982. El proyecto surgió de un trío formado por Alberto Muñoz, Liliana y Lito Vitale que llegó a tener alrededor de 60 personas entre músicos, cantantes, compositores, sonidistas e iluminadores. Tenían dos maneras de mostrarse, una era la música instrumental y la otra eran las canciones: Alberto Muñoz componía la mayoría.

“Con MIA hicimos muchísimas giras”, expresa. “El grupo tenía ciertas cosas estéticas, éticas y políticas, abrazábamos la causa del cooperativismo. Luchamos por tener un estudio para grabar nuestras canciones y pudimos sacar nuestros discos de manera independiente. Nos iba muy bien, hasta que como todas las cosas terminan y nos separamos”.

Ahí nace su carrera como solista. Muchas de las canciones que escribió fueron las que después interpretó en Orquesta El destino, otro de sus proyectos. Con el grupo presentaron, en el teatro San Martín, sus tres obras: ¡Los últimos días de Johnny Weissmüller, Kapelusz! y Los hipopótamos van al cielo. En todas, los músicos se caracterizaron como viejos en homenaje a la vejez, etapa que la cultura contemporánea cree descartable.

En 2015, junto a Diego Vila grabaron El puente de las tetas, disco que combina “música clásica y letras que hablan de putas”. La obra está disponible en las preformas YouTube y Spotify. “Entre los siglos XVI y XVIII las prostitutas venecianas se instalaron en un paso de madera sobre un diminuto canal para ofrecer sus atributos a los marinos”, explica un escrito del booklet. Así surge el nombre Ponte delle Tette (Puente de las Tetas). Las canciones del disco están inspiradas por voces de aquellas mujeres que ejercieron el oficio de entregar su cuerpo siempre a cambio de poco”.

De cultos y magias

Otra de su obras fue Magazine For Fai, un programa que se emitió entre 1995 y 1996 y guionó con Mex Urtizberea. Fue semillero de artistas actuales como la actriz Violeta Urtizberea y el músico y actor Julián Kartun. Se consagró como uno de los programas de culto de la pantalla chica de la Argentina que se emitió durante cuatro años a través de Cablín, canal que, según Muñoz, “no veía nadie” y a eso se debió su baja popularidad en aquel entonces.

“Es un lugar hermoso en mi vida, la recuerdo con mucho cariño, no me pasa lo mismo con otras cosas que he guionado”, sostiene. “Éramos 4 o 5 los que armábamos el programa y lo que pasaba con los chicos era algo maravilloso. Ellos con el guión hacían cualquier cosa, entonces lo diseñábamos de una manera para que, al momento de recibirlo, tuvieran en cuenta nada más que un par de líneas y en el medio hicieran lo que quisieran. Los chicos eran muy cuidados y se divertían mucho. Era un programa rarísimo, no encajaba por ningún lado, pero ellos se recontra copaban con eso y los padres también”.

Y agrega: “Era doloroso porque tenía un esfuerzo muy grande y no lo veía nadie. Todo lo contrario a Okupas, que fue un éxito”.

Okupas no necesita presentación: ya está considerada la mejor serie de la televisión argentina, que tuvo su reemisión recién después de 20 años desde su estreno, por la plataforma Netflix.

-¿Por qué Okupas con K?

-Porque queríamos que produzca un impacto que después fue marca, relacionada con la anarquía quizás.

-¿Los actores modificaban o sugerían modificaciones al guión?

-Había un pacto entre ellos y nosotros. Ellos respetaban la idea, pero el resto dejamos que lo tradujeran al lenguaje de la calle. Era muy interesante todo lo que salía, nosotros no censurábamos nada.

-¿En qué escena o diálogo podés verte 100% reflejado vos?

-Te voy a decir la verdad: eso éticamente no se dice. En mi entorno, familia, amigos, me decían: eso es tuyo, pero yo ni a ellos se los dije. Sí te puedo decir que se nota el aporte de cada uno.

-¿Por qué crees que la serie tuvo tanto impacto?

-Si te tengo que decir lo que yo siento te diría lo mismo que hace quince días. Decía en una reunión por zoom en la que estuve hablando con Bruno Stagnaro (director de la serie), y los dos coincidimos con lo mismo: Okupas es una obra que estuvo tocada por la gracia, es una obra mágica, que el tiempo no la va a arruinar. El tiempo arruina todo, destruye todo.Pero con la modestia que corresponde, a Okupas el tiempo la realza más todavía. Son esas cosas mágicas que salen una vez en la vida (lo dice con una sonrisa en los labios).


Alberto Muñoz y su simbiosis con la isla

Desde que era un niño, su vida se divide entre la Ciudad de Buenos Aires y la isla del Tigre. Allí pasa mucho tiempo al punto de afirmar que la mitad de su cerebro es isleño y la otra mitad, ciudadano. “Yo me pregunto qué le genero al río, por qué sigue al lado mio, qué le genero a la isla, ¿por qué no me abandona?, ¿por qué la isla entristece cuando me voy y se pone feliz cuando estoy? Porque, en cierto sentido, ya somos como una unidad. Yo inevitablemente tengo que decir que por mis venas corre sangre, pero cuando nadie me escucha, digo: por mis venas corre agua”. Abre a la reflexión: “La isla es mi paisaje. Uno siempre es un paisaje, el que vive en la ciudad y dice que no tiene paisaje está equivocado, porque el paisaje es la ciudad. Lo que pasa es que la gente no tiene buena relación con el paisaje de cemento, pero debería, es un paisaje más”.

-¿Vos tenes buena relacion con ese paisaje?

-Sí, porque camino. Cuando camino observo las casas, las puertas, las ventanas, los árboles, la gente, las veredas, la tristeza y la alegría de las calles. Miro y toco, soy toquetón. Toco las piedras, las paredes. Me educo tocando. Hay que aprender a amar y disfrutar(se) en el paisaje que somos.


Compartir