El club Unión Vecinal Barrio Arambúru logró ayer la clasificación al Final Four de la liga de básquet sanjuanina del nivel 3, tras ganarle a Sporting Estrella por 74 a 59. El encuentro se jugó en la cancha del Sporting, ubicada en la capital de la Provincia de San Juan.
El club Unión Vecinal Barrio Arambúru logró ayer la clasificación al Final Four de la liga de básquet sanjuanina del nivel 3, tras ganarle a Sporting Estrella por 74 a 59. El encuentro se jugó en la cancha del Sporting, ubicada en la capital de la Provincia de San Juan.
Este resultado le permitió llegar al cuadrangular final que se disputará la semana que viene. El formato de todos contra todos los enfrentarán con Banco Hispano, Sanjuanino Juniors y la última plaza se define entre Estrella e Impulso de Caucete. El ganador y campeón se asegura el ascenso al nivel dos de la liga.
Con un primer parcial dominado por el local, y una gran actuación del número 13, Guillermo Daneri, Sporting cerró el cuarto 20 a 14. En el segundo se dio vuelta el tanteador a favor de Aramburu, con el ingreso en el partido del número 77, Nicolas Gremoliche, quien con una racha de cuatro triples seguidos inclinó la cancha a favor del visitante cerrando así el parcial por 9 a 28.
A partir de la segunda mitad, el local buscaba levantar el partido, y la tensión de su afición iba en aumento, familiares de ambos equipos se agredieron verbalmente y esto ocasionó un momento desagradable, derivado por el cobro de una falta técnica en contra de Estrella, lo que generó la detención del partido. Por más de 10 minutos los jugadores de ambos equipos trataban de separar a los responsables. De a poco se fue apaciguando el ambiente hasta que se logró reanudar el partido.
En el cuarto final el local salió con ímpetu, buscaba recuperar el liderazgo del partido, llegó a concretar parciales de 13 a 3, pero gracias al tiempo pedido por la entrenadora de Aramburu, Agostina Sancho, referente del básquet femenino de San Juan, el equipo visitante reaccionó a tiempo y sacó una diferencia de 10 puntos que se mantuvo hasta el cierre del partido.
El MVP del partido, Nicolás Gremoliche de Arambúru, comentaba: “Sabíamos que iba a ser un partido muy físico. En el segundo cuarto, cuando empezamos a correr la cancha fue donde marcamos la diferencia, que era lo que habíamos planeado desde un principio, y el resto del partido lo supimos manejar muy bien”. Con respecto a lo que le queda al equipo de cara al Final Four, agregaba que los rivales a enfrentar son muy duros, y que para poder ascender tienen que ganar los tres partidos y coronarse campeones.
Firme como una guardiana indeleble a la vera de la orilla argentina del Río Paraguay, por muchos años olvidada pero siempre ahí formando parte de la historia viva de la ciudad se encuentra ella: la ex estación de trenes del ferrocarril Belgrano, devenida hoy en un pintoresco Paseo Ferroviario, que próximamente cumplirá 7 años, desde su restauración y habilitación.
El pasado y el presente fundidos en plena costanera “Vuelta Fermoza” en el corazón de la ciudad de Formosa, capital de la provincia con el mismo nombre, que dichosamente se hace curva en el costado norte de la Patria. Allí se fusionan la historia, la naturaleza viva, la aventura, lo gastronómico, artístico, cultural y deportivo para ofrecer a las familias, visitantes y transeúntes un entorno único, lleno de recuerdos y momentos inolvidables para quienes tienen el privilegio de recorrer sus antiguos viejos andenes, sus calles y disfrutar de las diferentes propuestas.
Ante un nuevo aniversario de la habilitación de este extraordinario complejo de ocio, entretenimiento y recreación, donde décadas atrás funcionaba el ramal C25 del Ferrocarril, con 702 kilómetros de vías entre Embarcación y la ciudad de Formosa; don Félix Díaz, uno de los agentes ferroviarios jubilados y que trabajó en la ex estación de trenes, recuerda visiblemente nostálgico algunas anécdotas de “aquellos inolvidables años”.
Comenzó a trabajar para el ferrocarril de Formosa en 1983, en el departamento de Mantenimiento y Construcción de vías, lugar donde actualmente se emplaza el Museo del Paseo Ferroviario. “Tenía en ese momento 17 años”, cuenta don Félix.
De perfil bajo, canas blancas, voz ronca y piel curtida por el paso de los años, continúa su relato por momentos pensativos como intentando recordar algunos detalles que fueron quedando en el olvido. “En aquellos años había un gran movimiento de trenes, algunos de sus ruidosos vagones llevaban cargas y otros llevaban pasajeros; las idas y venidas eran constantes”, comparte.
Para 1993 fue mermando drásticamente el movimiento del ferrocarril en la provincia. Las personas no eran tan asiduas de los trenes, la pavimentación de la imponente Ruta 81, la cual atraviesa todo el territorio formoseño de este a oeste, le ganó terreno haciendo más habitual que los viajantes utilicen colectivos, camiones o minicolectivos. “Esto le fue quitando movimientos y, de a poco, se fue apagando el sistema ferroviario”, dijo Díaz dejando entrever cierta tristeza en sus pocas pero penosas palabras.
A finales del mismo año, la actividad ferroviaria cesó completamente. “Fueron días de mucha angustia, no sabíamos qué iba a pasar con todos los que aún seguíamos siendo trabajadores de la estación”, susurró con voz forzada.
La maleza fue creciendo y ganando terreno a lo largo y ancho de todo el lugar, incluida las largas y oxidadas vías; comenzaron los saqueos de personas sin techo, que en muchas ocasiones se refugiaban de la lluvia y el frío en lo poco que quedaba de la maltratada estructura edilicia.
Pasó el tiempo, la ciudad siguió creciendo: nuevos pobladores, barrios y calles; bares y restaurantes donde degustar los sabores típicos de la región; imponentes estructuras edilicias educativas y sanitarias; una majestuosa costanera para realizar actividades físicas, compartir un paseo, un mate o tereré, con diferentes propuestas de ocio y entretenimiento para toda la familia; además de una fuente que cada hora brinda un show de aguas danzantes. Formosa se volvió imparable.
En contraposición, ella -la que un día fuera la principal vía de transporte de pasajeros y de carga para los habitantes de la región- yacía totalmente abatida, perdida en la profunda oscuridad. Para la mayoría de pobladores ya no existía.
Los interminables viajes de días y días solo quedaban en la memoria de algunos antiguos testigos y protagonistas de sus andares, quienes mantenían viva su historia en reuniones familiares, con amigos o en anécdotas que contaban a sus nietos y bisnietos.
En 2013, más de 20 años después de su cierre definitivo, comenzó la restauración de objetos, herramientas, materiales bibliográficos, telégrafos, documentos y fotos que formaban parte del trabajo como ferroviarios, de sus costumbres, anécdotas y vivencias.
El propósito era proteger el patrimonio socio-cultural poniendo en valor los espacios culturales históricos y materiales, herencia de la ex estación. “La idea fue de las cuatro personas que aún éramos trabajadores del ferrocarril, quienes decidimos en conjunto con la Dirección de Patrimonio de la Municipalidad de la ciudad de Formosa, restaurar el lugar y todo lo elementos necesario para después convertirlo en lo que hoy es el Museo Ferroviario. Esto se hizo realidad en diciembre del 2014 y así, comenzó todo”, afirma ahora con voz firme, el orgulloso jubilado agente de la ex estación.
Créditos: Museo Ferroviario Formosa
Para el año 2017, después de tres años de vida del Museo, se habilitaba y ponía en funcionamiento el actual Paseo Ferroviario, todo ubicado dentro del mismo predio. En ese mismo año, pero en diferente evento realizado por la municipalidad local, la secretaria de Obras Públicas de la ciudad de Formosa, Malena Gamarra, compartió: “El Paseo Ferroviario es el resultado de un gran trabajo que se venía realizando de manera planificada con otros organismos del estado provincial. Se buscaba no solo recuperar y restaurar una parte de nuestro pasado, sino también brindar un nuevo lugar de encuentro a las familias formoseñas, donde puedan disfrutar de diversas actividades y eventos, para todos los gustos y edades”.
“Es invaluable que se haya recuperado este patrimonio histórico cultural para que lo pueda disfrutar nuestra gente, además de convertirlo en un paseo muy pintoresco. Ver que se puso en condiciones tantos objetos olvidados me da mucha alegría, es como contar la historia a las nuevas generaciones que nunca vieron un tren llegar a la ciudad”, cuenta don Díaz y sigue: “No solo en forma verbal porque recorriendo el Paseo pueden palpar los vagones que se encuentran expuestos a cielo abierto, estructuras imponentes que antes formaban parte de nuestro trabajo y que a tantas personas transportaron”.
Por su parte, Marga Hauck, una turista correntina que fue a recorrer los 400 metros de senda peatonal y caminos internos con iluminación exterior, declaró: “Felicito a los formoseños por tan excelente lugar para compartir con la familia y amigos. Muy buena atención, buena música, puestos de tragos y comidas para todos los gustos y lo mejor que es al aire libre, con vistas al río”.
Así, la ex estación del ferrocarril por años desvaída, desafiando al tiempo, a la memoria y, como antaño, saludando siempre desde la orilla a los tímidos y verdes camalotes que se asoman a los márgenes del río; hoy se erige flamante en su nuevo ser más remozado: un espléndido Paseo Ferroviario con un gran valor agregado, el de conocer parte de la historia de Formosa, la frontera más hermosa.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
“Es hora de cambiar y crear nuestra propia realidad, nuestro propio destino. Hagamos que suceda” es el lema del evento realizado en San Juan que, desde hace ya tres años, convoca a los jóvenes de la provincia a tomar actitudes amigables para con el medio ambiente y su comunidad.
Hábitat.011 es “música y comunidad sustentable” al promover “prácticas de reciclaje con el fin de reducir el impacto ambiental”, según explica en su sitio web. Allí también hablan -brevemente- de los objetivos y quienes colaboran en cada uno de los festivales en la provincia de San Juan que se llevan a cabo. Si bien no tiene redes sociales propias ni una campaña de marketing -algo llamativo para la época- cada año es más convocante.
Para profundizar sobre el evento y sus valores se entrevistó a Mauricio Agüero Sitjar, sanjuanino, emprendedor y gestor de este movimiento; quien, junto a su grupo de amigos, se convirtió en pionero de una propuesta que viene a marcar un antes y un después en su provincia.
-¿Qué los distingue como propuesta de festival?
-Nosotros proponemos hacer festivales convocantes, que reúnan a una gran cantidad de personas y que haya algo en particular que los motive a ir. En un primer momento utilizábamos la parte artística como punto de partida, es decir, gente a la que la unían los gustos musicales. De a poco eso se fue complejizando y propusimos que, además de los gustos musicales, se unieran a través de ciertos valores. Entender que somos todos iguales, que no hay exclusividades, trabajar sobre el respeto y el no prejuicio.
Para la sociedad esta propuesta resultaba un poco polémica. Un festival que reunía personas de diferentes capacidades, estratos sociales, religiosos y culturales. En definitiva, el mensaje es: entender que no importa la “carcaza” de cada uno, sino algo más profundo como “tus valores”.
-¿Cómo y cuándo surge la idea de armar un evento con fines ecológicos, de conciencia ambiental y, a su vez, de ayuda a quienes más lo necesitan?
-En 2022 con la productora Nasty. Nosotros veníamos proponiendo trabajar con asociaciones de chicos con discapacidad en donde se los incluía colaborando y trabajando en la fiesta, por ejemplo, en la recepción entregando helados, stickers, llaveros, entre otros. Pero también ya habíamos comenzado a aplicar contenedores para separar la basura. Y en mayo del 2023 nos dijimos “bueno, es hora de hacer algo ambiental y generar conciencia”. Así nació Hábitat.011.
-¿Cuándo se realizó la primera edición? ¿Cumplió con las expectativas que buscaban?
-En mayo del 2023 fue un Hábitat en donde la gente para ingresar no pagaba entrada pero sí debían ingresar con una o más botellas de plástico. Este evento no cumplió nuestras expectativas, ya que al finalizar la fiesta nos dimos cuenta que el público continuaba tirando
basura al piso. Nuestro objetivo era que el festival finalizara con un espacio impecable. Pero ya lo vamos a lograr, todo es aprendizaje.
-Para una provincia como San Juan que no había implementado aún este tipo de festivales, ¿cómo fue llevarla a cabo? ¿Tuvieron apoyo del público? ¿Qué problemáticas surgieron en el camino?
-Tuvimos la ventaja de contar con un público amigo por los festivales que ya previamente convocaban nuestra gente los organizadores de Nasty. En ese sentido, ya teníamos un gran apoyo de quienes resonaban con nuestras fiestas. Como “problemática” puedo hacer referencia al cuestionamiento de algunos sectores que aún piensan que las propuestas de estos festivales tiene un trasfondo oculto. ¿Por qué lo hacen? ¿para qué? ¿lavan dinero?, son “raros”, entre otros, son solo algunos de los cuestionamientos que surgen. Igualmente no lo vemos como problemática, sino como desafíos.
-¿Cuáles son los requisitos que las personas deben cumplir para poder ingresar a los festivales?
-La entrada es libre y gratuita, apto para mayores de 18 años. Se habilitan 4.000 tickets online para el/la que quiera ir y lo puede sacar de manera individual. Al sacar el ticket, cada persona acepta los términos y condiciones del evento, los cuales tienen que ver con el comportamiento y los valores a respetar allí adentro.
Por ejemplo, es motivo excluyente si alguien tira basura al suelo o provocan disturbios dentro del lugar. Por otro lado, se permite ingresar con tu vaso personal, y en este último festival, la impronta requería llevar un alimento no perecedero y/o materiales y herramientas que sirvan para un taller, en una escuela de Educación Especial ubicada en el departamento Rawson en San Juan.
-¿Cuál es el siguiente paso?
-Luego de cada festival se arma un inventario con todo lo recaudado. Eso se traslada a un galpón en donde guardamos todas las donaciones que festival a festival reunimos. En el caso del evento pasado que recaudamos plástico, debimos tercerizar la tarea a una planta recicladora llamada “Bosque Urbano”, una fábrica que cuenta con un novedoso mecanismo de reciclaje utilizando plástico para luego convertirlo en muebles y mobiliario con aspecto madera. Las producciones de esta planta dan vida a mesas, bancos, entre otros, que llegan a los merenderos de la provincia.
En otros eventos, si los materiales no necesitan otro proceso de producción (como en el caso de las donaciones de herramientas para la Escuela Carolina Tobar García), directamente las trasladamos nosotros mismos hasta el lugar. Coordinamos un día y horario de entrega al lugar seleccionado y lo ejecutamos.
-¿Cómo hacen la selección de merenderos o lugares donde hay más necesidad de asistencia social?
-Me llegan muchos mensajes día a día, intento ayudar en la medida que puedo, pero no siempre puedo. Mi pensamiento es: “Lo que tiene que ser, va a ser y va a llegar de una manera muy fluida”. Es muy loco porque nos llegan muchas causas pero como aún no tenemos la infraestructura para hacer la fiesta más seguido, debemos seleccionar los casos. Intentamos también investigar las situaciones que nos llegan, nos reunimos y vemos las posibilidades de accionar.
-¿Cómo consiguen el apoyo de emprendimientos para sumarse al festival?
-Todo es autogestivo, a prueba y error. Tratamos de sacar ganancias de la venta de bebidas para así afrontar los gastos. Nos ha sucedido de salir a buscar sponsors y ya nos conocían gracias a la divulgación de los eventos. Esto ha generado en muchas personas el famoso “efecto contagio” y solos se van sumando. Emprendimientos, locales y hasta empresas ofreciendo transporte para colaborar en el traslado de las donaciones a los diferentes lugares.
-¿Tenés alguna anécdota que recuerdes que te haya marcado?
-Me pasó al visitar un merendero y repartir juguetes por el Día del Niño. Allí había un nene de 3 años que, cuando le preguntamos qué juguete quería elegir, nos expresó que en realidad él deseaba un “bastoncito” a lo cual presté atención y me di cuenta que era un chico no vidente. Su bastón se le había roto y lo que más anhelaba era volver a tener uno. Ahí mismo me puse en campaña y en muy poco tiempo el bastón llegó y lo solucionamos. Esa situación, sumada a todo el amor y cariño que se recibe de la gente agradecida, no hay dinero que lo pague.
-¿Creés que San Juan puede ser una provincia que expanda esta idea al resto del país?
-Sí, y con convicción. Esta propuesta se va a expandir no solo al resto del país, sino al mundo entero.
-¿Alguna reflexión sobre tu desempeño en esta ardua tarea de montar un festival que no solo promueve la solidaridad sino que también ofrece diversión, entretenimiento y conciencia ambiental?
–Me siento muy motivado a seguir haciéndolo, sobre todo por cómo todo fluye. La gente que llega y se suma; cómo se destraban algunas cosas; lo loco de conocer personas en el camino súper agradecidas que, sin conocerte, te aman. Para mí, está bien lo que hago. Quizás para alguien más no, pero por ahora me siento motivado a continuar en este camino.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
El encuentro de los huesos fósiles de mamíferos de hasta ocho toneladas en territorio nacional conmovió a todos. Cómo fueron los hechos que hace 14 años cambiaron la vida de los vecinos de Marcos Paz.
Un reservorio prehistórico oculto por el velo de la naturaleza esperó al menos 10 mil años para ser encontrado. Ese secreto desenterrado, que actualmente sirve para reconstruir cómo era la vida en el pasado, aguardó una casualidad para encontrarse con el presente. Fue en 2010, cuando un vecino de una localidad bonaerense denunció que había descubierto huesos en una tosquera donde hoy se ubica la reserva paleontológica “Francisco P. Moreno”.
Tras el llamado, expertos en el asunto constataron que esos restos pertenecían a un pariente extinto de los elefantes. Los siguientes trabajos abrieron un prolífico caudal de material de ese mamífero fósil hallado y hoy, ese confín del conurbano, exhibe en sus credenciales una leyenda con su nombre. Desde ese día fortuito, aquella ciudad pasó a tener la denominación: “Marcos Paz, tierra de mastodontes”.
La criatura -la primera joya desempolvada de ese cofre invaluable para la paleontología y la geología- fue la especie más grande que reinó en esa zona milenios atrás: una mole que pesaba entre seis y ocho toneladas, con una altura de hasta tres metros y dos característicos dientes incisivos. Aunque no hay certeza de por qué desaparecieron, su extinción se asocia con la del resto de la megafauna. Tanto los cambios climáticos como la cacería humana son considerados los principales factores de su ocaso en la naturaleza.
Restos de mastodontes en el Museo de Marcos Paz. Créditos: Fernando Gigena
Los primeros hallazgos que se hicieron en la cantera situada a metros de la Ruta Nacional N° 3, kilómetro 48, donde antaño dormían los vestigios de más de 50 especies, abundaron varios individuos de mastodontes, “algo poco común” según señalan los especialistas. Algunos ejemplares de ese grupo de animales eran juveniles de tamaño muy pequeño.
“La reserva es muy importante, ya que es la más grande de la provincia de Buenos Aires”, indica Victoria López, licenciada en Biología y directora del Museo Municipal. El yacimiento fosilífero -donde década atrás ya se habían hallado huesos de especies menores- está conformado de una superficie aproximada de 15 hectáreas y unos 15 metros de profundidad sobre la margen del río Matanza. En el lugar se montó un taller donde se depositan los fósiles para su posterior tratamiento y mantenimiento.
El anuncio histórico de Marco Paz
El intendente Ricardo Curutchet, acompañado de paleontólogos, encabezó una conferencia de prensa el 31 de mayo de 2011 en el Concejo Deliberante donde dio a conocer a la comunidad el memorable acontecimiento. “Hoy compartimos esta noticia que ya tuvo su impacto en el mundo científico, con nuestros vecinos de Marcos Paz. Sabemos que es un tema que puede causar mucha sorpresa, pero es importante que como comunidad seamos conscientes del valor que tiene este hallazgo”, expresó el jefe comunal en esa oportunidad.
Por su parte, el periodista local Jorge Recaite también recuerda ese momento: “Cuando se dio a conocer fuimos con el móvil hasta ese punto que está en un límite con el partido de La Matanza. Nos encontramos con la gente que estaba trabajando en esa cantera, donde ya se habían encontrado también restos de un gliptodonte y garras de un tigre dientes de sable”.
El también locutor destaca la labor desarrollada a lo largo de este tiempo en el área, donde se realizaron charlas, observaciones, excursiones y visitas guiadas con jóvenes y niños que “se asombraron al ver lo que se encontraba en ese lugar”. En ese sentido, Recaite remarca la posibilidad de “contactarse, acercarse y de observar algo que conmovió a todos y que hizo que Marcos Paz se transformara en esta tierra de mastodontes”.
La relevancia que tuvo el suceso para el distrito llevó al Municipio a crear una Dirección Paleontológica. Por otra parte, el Honorable Concejo Deliberante, a través del decreto 17/2013 declaró a la cantera “Vignona III”, espacio de la reserva, de “interés municipal” por “la importancia histórica y científica de los yacimientos de restos fósiles de animales que habitaron la región”. A su vez, la ordenanza 49/2023 contempla a la cantera como una de las “Áreas Naturales Protegidas Municipales (ANPM)”.
Esos testimonios de seres que ya no existen, archivados por el tiempo bajo capas de tierra y rocas, fueron valorizados como el tesoro que realmente representan.
Reconstrucción de representantes de la fauna del Cuaternario de la región Pampeana. Dibujo: Diego Barletta
Los hallazgos paleontológicos de Marcos Paz
Un artículo publicado en 2016 por la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (UNLP) destaca “la buena preservación de los restos, ya que se han conservado desde pequeños dientes hasta elementos articulados del esqueleto de megamamíferos en posición de muerte”.
“Apenas pudimos recorrer el yacimiento encontramos restos de gliptodontes, toxodontes, macrauchenias, osos prehistóricos, también de animales de tamaño mediano a pequeño como roedores, aves, peces, entre muchos otros”, precisa David Piazza, paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales, y que también trabajó como director de la reserva y del Museo local.
Los fósiles encontrados pertenecen a un plazo muy extenso de tiempo que va de los 8 mil hasta unos 40 mil o 100 mil años. A lo largo de ese período, la zona experimentó cambios numerosas veces. Al respecto, Piazza explica que el sitio atravesó climas cálidos y húmedos, con abundancia de pastizales altos, aunque también por intervalos más secos y fríos más parecidos a los de la estepa patagónica.
Reserva paleontológica de Marcos Paz. Créditos: Municipio de Marcos Paz
El especialista, quien actualmente asesora a la municipalidad marcospasense en cuanto a la temática, menciona además que junto con un equipo de investigadores del Museo de La Plata efectuaron diferentes estudios y comprendieron la importancia de esa fauna que, por si fuera poco, también incluía invertebrados marinos.
Esos trabajos revelaron que el mar cubrió buena parte de la Cuenca del Río Matanza -que hoy abarca 14 municipios, entre ellos Marcos Paz- y que formó lagunas de agua salobre (con más sal que el agua dulce, pero menos que la marina) donde habitaba una fauna típica de esos ambientes, como ostras y corvinas negras. Hoy de todo ese paisaje abundante, solo queda el pasado.
El Museo de Ciencias Naturales de Marcos Paz
Los descubrimientos también impulsaron la creación del Museo de Ciencias Naturales “Lucas Kraglievch”. Allí se encuentran expuestos algunos de los restos fósiles recolectados de la cantera, otros están en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y algunos en el Bernardino Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires. “En Marcos Paz tenemos los más pintorescos, los que sirven más de exhibición, y los de estudio o los más valiosos están guardados, ya que son únicos en la colección”, detalla López.
Museo de Marcos Paz. Créditos: Fernando Gigena
El espacio se encuentra en el casco urbano de la ciudad en una edificación, que hasta hace pocos años era una casa particular, en la calle José C. Paz 146. En la primera sala, al ingresar, se muestran fósiles, réplicas, infografías y maquetas de los distintos animales que residieron en la región en una lejana etapa pretérita.
El lugar tiene unos pocos metros cuadrados, pero es de gran valor. Sirve además como morada para el descanso de los restos de aquellos seres que ayer fueron parte de la vida animal prehistórica y que hoy pertenecen al patrimonio, la ciencia y la cultura del partido.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.