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Catalina Roggerone: “Vestir la camiseta de la Selección es lo más grande que hay”


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La futbolista de CSU Bakersfield (EEUU) es parte del grupo de jugadoras de la Selección Argentina femenina que citó Germán Portanova para entrenarse en el predio de AFA de cara al Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023, donde la “Albiceleste” debutará el 24 de julio.


Catalina Roggerone es una jugadora de 20 años, nacida en Mendoza y que actualmente milita en el fútbol universitario de Estados Unidos. Ya jugó para el seleccionado Sub 20 y tuvo entrenamientos con la mayor. El entrenador argentino Germán Portanova la incluyó en la lista de futbolistas que se está preparando para una nueva cita mundialista. “Cati” charló en exclusiva con ETER Digital y contó cómo se prepara con la ilusión de ser parte de la lista final y cuáles son sus próximos objetivos.

– Hola, Cati. Se va acercando el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023. ¿Cómo ves a la Selección de cara a una nueva Copa del Mundo?

– A la Selección la veo muy bien. Obviamente, lo que se viene es un Mundial y son otras ganas, es otra mentalidad porque, si bien estás jugando para Argentina, no deja de ser la competencia más grande de todas. Veo muy bien al equipo, con ganas y enfocadas en el objetivo, que es lo más importante.

-Ya supiste hacerlo en la Sub 20 y ahora te toca en la mayor. ¿Qué se siente vestir la camiseta de la Selección Argentina?

– Vestir esta camiseta es lo mejor que me pasó como futbolista, es lo más grande que hay. Es un sentimiento enorme porque antes que ser jugadora soy hincha de la Argentina. Poder tener la oportunidad de representar esta camiseta dentro de la cancha es una ocasión única que valoro un montón y que, más que nada, lo disfruto. Es algo verdaderamente inexplicable vivirlo desde adentro.

– ¿Cómo es la preparación de cara al mundial?

– Como mencioné antes, este objetivo es distinto a todo. Por eso estamos más enfocadas en el deseo y trabajando más en los detalles. Ya que conocemos el grupo y los tres rivales a los que nos vamos a enfrentar, se trabaja todo en base al rival y las preparaciones son mucho más específicas.

– ¿Cuáles son tus sensaciones a medida que se acerca la Copa del Mundo? ¿Qué se te viene a la cabeza?

– La realidad es que todavía no estoy en la lista, aún no estoy confirmada dentro de las 23 que viajan. Dios quiera que sea así y para eso estoy entrenando. Mis sensaciones, a medida que se va acercando la fecha, son las ganas de estar ahí con mis compañeras, poder representar a la Selección. Es un sueño que todo futbolista quiere cumplir y está la posibilidad a la vuelta de la esquina, así que voy a dejar todo en cada entrenamiento para poder estar en esa bendita lista de 23. Mis sentimientos son de incertidumbre, de ansiedad y de felicidad también, todo junto.

– ¿Qué opinás del grupo que le tocó a Argentina?

– Es un grupo difícil. Nada es fácil en una Copa del mundo, ya lo vimos en el masculino. Una zona con tres rivales muy distintos, cada uno con sus cosas buenas y sus cosas malas. Nos vamos a enfrentar a potencias mundiales. Lo vemos difícil, pero nosotras iremos a ser protagonistas. Queremos ir y mostrar que estamos ahí, para ganarnos nos van a tener que pasar por encima. La idea es poder lograr la primera victoria en un Mundial.

– Dejando un poco de lado el mundial y acercándonos más a tu carrera, ¿tenés algún referente?

– Sí, tengo bastantes, más que nada de la Selección. Estefanía Banini y Flor Bonsegundo son dos de mis máximas referentes y la verdad que son personas increíbles. Ahora que me toca compartir plantel con ellas, verlas jugar es un privilegio y poder compartir momentos es aún mejor. Te das cuenta de un montón de cosas al poder tener charlas que antes soñabas. Las veía de chiquita y poder vivirlo con ellas ahora es una locura.

– ¿Cuáles considerás que son tus mayores virtudes como jugadora?

– Como futbolista me caracteriza la intensidad y que soy muy pasional. El ser intensa es, sin dudas, una de mis virtudes.

– ¿Cómo es jugar en Estados Unidos? ¿Qué es lo que más extrañas de Argentina cuando estás allá?

– Jugar en Estados Unidos está buenísimo, vas ganando experiencia con el tiempo. Te das cuenta de un montón de cosas que nos faltan acá en el fútbol sudamericano. Estoy contenta. Todavía no juego al fútbol profesional, pero me gustaría hacerlo una vez que termine mi carrera. Ahora soy parte del fútbol universitario, que me sirve para ganar experiencia y eso lo valoro muchísimo. Lo que más extraño al estar allá es mi familia. Soy una persona súper familiera. Trato de hablar con mi familia todos los días. Con mi mamá hablo siempre, porque se hace difícil.

– ¿Cuáles son tus objetivos personales a corto, mediano y largo plazo?

– Claramente, mi objetivo a corto plazo es poder integrar la lista de las 23 jugadoras que irán al Mundial. Siendo sincera, casi todos mis objetivos son con Argentina. A mediano plazo es permanecer en la Selección, ser parte. También recibirme en la universidad, tener mi título y así ya poder ser jugadora profesional, que es mi sueño. La idea a largo plazo sería emigrar a Europa o jugar profesionalmente en Estados Unidos.

De Mendoza a Estados Unidos

En una familia futbolera, ella no fue la excepción, siguió los pasos de sus hermanas y se convirtió en futbolista profesional, a punto de cumplir el sueño máximo: jugar un mundial defendiendo a tu país. Catalina Roggerone nació el 3 de abril de 2003 en Mendoza, pulió toda su técnica y su garra en el club Andes Talleres, allí compartió plantel con sus dos hermanas.  Es una volante central de 20 años, con mucho roce y de carácter fuerte. El liderazgo es lo que la distingue. Tiene como referentes a Javier Mascherano, Sergio Busquets y Fernando Gago.

Desarrolló todo su potencial en su tierra natal. Allí jugo en Godoy Cruz e Independiente de Mendoza. En agosto de 2022, emigró rumbo a Estados Unidos, donde se encuentra ahora jugando para CSU Bakersfield Women’s Soccer.

Su camino en la Selección comenzó en 2019. Su primera convocatoria fue en la Sub 17 y la pandemia por Covid-19 le impidió jugar torneos. Integró además el Sub 20 que participó en abril del Sudamericano en Chile. El equipo no se pudo clasificar para el mundial de la categoría, pero Portanova, tras ver su desempeño y esfuerzo, la volvió a llamar, esta vez para la Selección Mayor.


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