Casi de comedia fueron las declaraciones del presidente francés, Emanuel Macron, en la gira que hizo por el continente africano. Donde advirtió de una posible colonización rusa en sus países.
La geopolítica internacional está dando cambios de escenarios cada vez mayores. Lo establecido en casi tres décadas, ahora no está ni cerca de parecerse para los países de mayor influencia en el mundo. La reciente guerra entre Rusia y Ucrania cambió completamente la percepción mundial tanto de la OTAN como del gobierno liderado por Putin. Si bien el conflicto bélico parece estar lejos de resolverse, ninguno de los actores principales parece decidido a retroceder.
Es así que Emanuel Macron, presidente de Francia, uno de los principales impulsores del Tratado del Atlántico Norte hizo una gira por África. Una zona todavía hostil para todo aquel que represente la bandera y el estado francés. Pero según fuentes oficiales del Elíseo, el presidente hizo la gira para reestablecer las relaciones con los gobiernos africanos. Para Francia es vital renovar su influencia económica y política en territorios que en otrora fueron partes de su colonia durante siglos.
En la gira el primer mandatario visitó Camerún, Benín y Guinea-Bissua. La preocupación para el jefe de estado es la influencia que ganaron tanto China como Rusia en la región. Fue Mosucú la que fue el principal objetivo de sus discursos en territorio africano. En Benín, Macron acusó al gobierno de Putin de establecer un poder imperial y colonial. Podría tomarse esas declaraciones como un reflejo de la desesperación, pues los antecedentes históricos son lapidarios para asegurar que fue una representación de un lobo advirtiendo a una oveja del peligro.
El colonialismo francés en África fue largo y las heridas de él todavía siguen vigentes. Pues si retomamos la historia, en el siglo XIX, Francia controlaba casi 13 millones de kilómetros de extensión en el mundo con sus colonias. Algo que también posiblemente olvidó Macron fue que en 1904, por iniciativa francesa se creó la AOF, África Occidental Francesa. Un conjunto de países que estaban bajo el dominio del imperio europeo. Luego, unos años más tarde se estableció la AEF, África Ecuatorial Francesa. Como último campamento influido por la injerencia francesa, podemos citar a la ocupación del ejército de la OTAN a Libia. Claro, ya con la autorización del consejo de seguridad de la ONU de por medio.
La lucha anticolonialista y la relación de poder respecto a Rusia ya tienen tradición. A lo largo del siglo XX se iniciaron alzamientos africanos decididos a terminar la injerencia de las potencia europeas en los distintos países. Rusia que en ese momento era todavía la Unión Soviética, también puso sus ojos en lo que sucedía en el continente. Apoyó la lucha de grupos guerrilleros que buscan la emancipación de sus países. Ya sea por propios intereses o no, para los soviéticos, África se convirtió en una zona importante de su influencia militar.
Pero el colonialismo no solo se mantiene en el pasado, pues sigue presente. Aproximadamente Francia tiene 5 mil agentes militares que son parte de su legión extranjera y que están en territorio africano. El franco, una divisa que fue introducida en la época colonial, todavía sigue vigente en África occidental y central. El detalle no menor es que las 14 naciones que utilizan esa moneda están obligadas a tener el 50% de sus reservas internacionales baja tutela francesa.
Posiblemente el nuevo escenario geopolítico ha obligado a los principales actores, que están el puja por el mayor control en el mundo, hasta de olvidar su historia. Pero no de 100 o 200 siglos, sino una que todavía tiene testigos vivientes en territorio africano. No es de extrañarse que cada potencia intente expandir su influencia en el mundo. Estamos en la transformación a un mundo multipolar donde cada una da ellas hará lo necesario para ganar el mayor terreno posible.
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