Sol Píccolo, punta de la Selección Argentina de Vóleibol, tiene 19 años y es la gran promesa del equipo albiceleste. Si bien aún no se conoce la lista de convocadas, la jugadora de Vélez tiene grandes chances de estar entre las doce que viajarán a los Juegos Olímpicos. En el CENARD habló con ETER DIGITAL sobre su carrera: lo que pasó, lo que viene y también de sus gustos personales.
Por Karim Chelbi Camba y Juan Cruz Arias
-¿Qué balance hacés del Grand Prix que vienen de jugar en Polonia?
-Un balance positivo porque de todo se aprende. Tuvimos muchos altibajos, pero también aprendimos mucho de eso, porque tenemos que mejorar lo de los malos partidos y mantener lo de los buenos. Todo lo que sea roce internacional es muy bueno para nosotras.
-Si tuvieras que elegir un partido bueno y uno malo, tanto personalmente como en equipo ¿cuáles serían?
-Contra Polonia hicimos muy buen partido. Fue 3-2 para ellas, se escapó ahí al final. También hubo fallas técnicas de los jueces, que cobraron pelotas para ellas que eran para nosotras. Pero le jugamos de igual a igual a una gran potencia. Un partido malo fue contra Puerto Rico que perdimos 3-1. Tuvimos mucho error, tanto en ataque como en recepción. No se jugó bien y no encontramos el ritmo.
-¿Cuándo pensaste que podían llegar a Río?
-Cuando jugamos con Perú el último partido del preolímpico. Sabíamos que ganábamos y estábamos adentro. En el tercer set íbamos arriba por más de 10 puntos y ahí sentí la posibilidad de estar. Fue una sensación que no se puede explicar.
-¿Qué balance hacés de ese preolímpico en Bariloche y si guardás alguna anécdota?
-Fue el torneo que mejor jugamos como grupo y en la parte estadística. En los números se notó. Salió todo bien como veníamos entrenando y fue un torneo perfecto. Una anécdota fue la entrada a todos los partidos con la misma canción, que era “Loquita” de Márama (risas). No sé por qué salió esa canción, nadie sabe. Pero la pusieron un día, la siguieron poniendo y nosotras entrábamos chochas. El marco de la gente fue increíble. Muchos nos fueron a apoyar, hacían colas a las 5 de la mañana para comprar entradas y eso fue algo que no vivimos. Es hermoso jugar en Argentina.
-¿Quedó lo de Márama como una cábala, no?
-Sí, en todos lados donde entramos pedimos esa canción porque ya es parte de nosotras.
-¿Qué expectativas tenés en caso de estar entre las 12 que van a Río?
-El objetivo es pasar la primera ronda, porque estamos en un grupo difícil. Pasar la segunda ronda y llegar lo más lejos posible.
-¿Cómo te imaginás la Villa Olímpica?
-Es lo que todas nos estamos imaginando. Un sueño cumplido. Ir caminando y cruzarte con Manu Ginóbili o Usain Bolt debe ser algo increíble. Me la imagino enorme, todo perfecto, como un disney de los deportistas.
-¿Qué diferencias encontraste entre el Voleibol de Francia y el argentino? ¿En qué te sirvió haber jugado allá?
-Me sirvió para crecer un montón como jugadora y como persona. Todo lo que sea internacional se aprende mucho. No se puede comparar el nivel, porque afuera es todo mucho más profesional que en Argentina. Es más, acá en lo económico no hay plata para el vóley femenino y allá le dan una importancia como si fuera acá el fútbol. Fue muy bueno y ojalá tenga la posibilidad de irme de nuevo.
-¿Sentís que en un tiempo no tan largo puede crecer el vóley argentino en lo económico?
-Creo que ahora está creciendo. Más que nada ahora por nuestra repercusión, por lo que logramos. Nos están conociendo más personas y eso es bueno para que las chicas se incentiven y jueguen.
-¿Esperabas estar en la Selección mayor con tan corta edad?
-La verdad que no. Cuando pensé nunca me imaginé llegar hasta dónde llegué, sinceramente. Todo se fue dando paso tras paso. Saber que estoy cerca de Río con 19 años me emociona y es una meta y objetivo para cumplir.
-¿Cuándo decidiste dedicarte al vóley?
-A los 8 empecé en Vélez. No sé por qué elegí el vóley. El doctor me dijo que iba a ser muy alta y tuvo razón (risas). Mi familia me dijo “Bueno, empecemos con vóley”. Me gustó y así seguí hasta ahora.
-Si no hubieses jugado al vóley, ¿te imaginás que estarías haciendo ahora?
-La verdad que no. Me imaginaría estudiando, con una vida normal como cualquier persona. En la universidad, que todavía no puedo hacerlo porque no me dan los tiempos, pero no me imagino en otra cosa porque todo lo que conseguí y los lugares que conocí fueron gracias al vóley.
-¿Cuál es tu máximo sueño?
-Estar en los Juegos Olímpicos y ser titular, aunque ese es un objetivo más lejano.
-¿Referentes que tengas en el vóley?
-Una jugadora de Brasil. Tiene 21 años y ya jugó tres Juegos Olímpicos. Se llama Gabriela Guimaraes y la tengo como máxima ídolo. Dentro del equipo la tengo a Yas Nizetich, que juega en la misma posición que yo. Le tengo que copiar muchas cosas y aprender de ella y en lo personal tengo a Emilce Sosa, que es una gran persona, la mejor de todas y la más humilde del equipo.
-¿Cómo son los entrenamientos de la Selección?
-Entrenamos todas las semanas de lunes a viernes. Dos veces por día y una vez a la semana tenemos una tarde libre. Ahora el domingo tenemos entrenamiento a la mañana porque viajamos el miércoles. El doble turno es a la mañana pesas con pelota y a la tarde pelota, juego entre nosotras.
-¿Qué errores puntuales creés que deben corregir?
-Más que nada la recepción, porque los saques de los equipos del exterior son más potentes y ser más efectivas en ataque. A nivel personal, me entreno mucho en la recepción, que es lo que más me falla y me tengo que mantener más firme de la cabeza, porque es difícil ser regular en este deporte.
Preguntas en off-side
-¿Un deporte para jugar que no sea el vóley?
-Me gusta el hándbol.
-Un referente de otro deporte:
-(Emanuel) Ginóbili. Me parece un genio total en todo sentido.
-Género y banda músical:
-Reggaetón se podría decir. Y banda preferida Márama, ahora.
-Un equipo de fútbol:
-River.
-Comida preferida:
-El asado.
-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
-Pintarme las uñas. Soy fanática de hacerme diseños de todo.
-¿Cómo es la intimidad del equipo fuera de lo deportivo?
-Nos gusta ser femeninas en el tiempo que podemos. Si tenemos tarde libre, nos gusta salir, vestirnos de mujer. A todos los torneos llevamos ropa, para ponernos un jean que es lindo y nos encanta pintarnos las uñas. No hay mucho para hacer en los viajes. Competimos entre nosotras a ver quién se hace mejores estilos. Lo que nos hacemos nos dura como mucho dos días (por el uso de las manos en el deporte).
-Un lugar del mundo que te gustara conocer:
-Disney. Nunca pude ir y todos los que fueron me dicen que es increíble.
-Si ganan una medalla, ¿la vendés y vas a Disney?
-(Risas) No, no. Eso no se negocia.
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