Una institución que de la mano del deporte, les brinda a los chicos que forman parte de ella la posibilidad de acceder no solo a un plato de comida, sino también a una educación mejor. Todo esto acompañado de mucho amor.
Por M. Belén Longueira (@belulongueira)
Diego Claisse es el secretario de Virreyes Rugby Club, también es entrenador del plantel superior y por momentos jugador del mismo. Es abogado y ex jugador del CASI donde también dirigió. Es uno de los creadores de los Espartanos, un grupo que se creó para poder bajar la tasa de reincidencia delictiva promoviendo la integración y acompañamiento de las personas que están privadas de su libertad por medio del deporte, en este caso por el rugby.
Por el otro lado, es una especie de ángel guardián de los chicos, ya que no solo se asegura de que tengan un plato de comida en sus casas, sino que también está muy abocado a la educación de ellos y los ayuda para que puedan terminar el colegio, e inclusive los incentiva a que estudien una carrera para que puedan cambiar la realidad que les tocó.
—¿Cómo nació tu relación con el club?
Mi relación con el club nació en el 2010. Yo, ya lo conocía y también a quienes lo integraban. Los fundadores de Virreyes Rugby eran en parte personas del CASI y SIC, por ende ya tenía conocimiento de ellos.
Llegué al club por intermedio de espartanos. Soy uno de los creadores de ese proyecto que hay en la cárcel para integrar a través del rugby a las personas que están privadas de su libertad. Virreyes, fue el primer club que nos abrió las puertas para poder jugar partidos fuera de los muros de la cárcel. Durante el 2010 tuvimos tres o cuatro encuentros en las canchas de Virreyes y fue cuando conocí al club personalmente, pese a que ya tenía contacto con dos de los fundadores: Marcos Julianes y Carlos Ramallo.
Cuando terminó ese año y habiendo jugado varios partidos con espartanos, Marcos se acercó y nos preguntó tanto a Eduardo Oderigo que es el alma de espartanos como a mí, si podíamos dar una mano en el club porque hacía falta entrenadores. Nosotros lo sentimos casi como una obligación para poder devolverle de alguna manera al club tanta generosidad para con nosotros.
En el 2011, cumplí con mi palabra y comencé a entrenar a los jugadores, primero estuve con el plantel superior junto a Rodolfo “Michingo” O ´ Really, luego iba a ser el técnico de la intermedia, pero por cosas de la vida terminé jugando 6 años con el club. A los 2 años, Marcos me ofreció formar parte de la comisión directiva. Así que desde el 2012, soy parte de la misma, en la posición de Secretario. Jugué 6 años para ellos y hace 4 soy el técnico del plantel superior.
—En plena época pandémica muchos optaron por entrenar en casa mediante zoom ¿Los chicos del club hacen lo mismo o cuál es la manera de manejarse?
Sabemos que la mayoría de los clubes entrenan por esa plataforma. En el caso de los jugadores de Virreyes es más complicado porque no todos tienen aparatos que soporten dichos programas y mucho menos el ancho de banda o un servicio de internet que les permita conectarse virtualmente. La realidad, es que si bien tratamos de llevar a cabo los entrenamientos de manera virtual, la mayoría de los jugadores no pueden participar por las dificultades propias de nuestra comunidad. A diferencia de otros clubes que tienen un status social más elevado, lo que conlleva a que sí puedan seguir con su rutina. A nosotros esta pandemia, nos complicó muchísimo en el sentido de que los jugadores no pueden entrenar en aislamiento.
—En las redes del club, se observa que brindan ayuda social a diferentes sectores de la sociedad. ¿En que constan esas tareas? ¿Quienes participan? ¿A quiénes ayudan?
En cuanto a la ayuda que prestamos la tenemos que dividir en dos. Arrancamos hace aproximadamente dos meses, cuando vimos que el aislamiento le estaba pegando muy fuerte a gran parte de la comunidad que integra nuestro club. Muchos de ellos tienen trabajos informales, o hacen changas y todo lo que ocurre les impide trabajar, y hacerse de los ingresos para subsistir. Así que empezamos a hacer dos cosas. Por un lado repartimos bolsones de comida, casa por casa, en los tres barrios que nosotros identificamos como los más necesitados, que son: el barrio Presidente Perón que está enfrente del club, el barrio San Martín y el barrio San Jorge.
Una vez por semana intentamos repartir en un barrio entero, un bolsón con al menos diez alimentos esenciales, como arroz, azúcar, fideos, leche, polenta, papa, cebolla etc.
Hace un mes, casi a diario, repartimos viandas que la gente pasa a retirar por el club.
—¿Cómo consiguen fondos para poder llevarlo a cabo?
Los fondos para poder llevar a cabo estas campañas vienen de amigos nuestros que colaboran, de particulares y también de algunas empresas a las cuales llegamos por medio de algunos contactos.
Aparte tenemos la suerte de contar con la donación de productos como Mastellone Hermanos producido por la Serenísima que nos donó en su momento 1000 litros de leche. Amoriz por otro lado nos donó harina y puré instantáneo y también contamos con diversas personas que aportan productos o dinero para que podamos comprar lo que necesitamos, ya sea para repartir o cocinar.
—¿El municipio de San Fernando le da una mano al club? ¿Tienen auspiciantes que colaboren con ustedes?
El municipio de San Fernando nos ayuda en la parte logística, es decir a repartir los bolsones. Pese a que en la última campaña nos consiguieron una donación de papas y en la anterior participaron con otros productos.
Nos otorga el personal que disponen de los polideportivos que por obvias razones están cerrados, así que hacen que los profes vengan al club y nos ayuden a repartir por los barrios. No es fácil poder llegar a todos sin ayuda. Gracias al trabajo en conjunto que pudimos lograr con el Municipio, hicimos un mapeo de cuantas familias hay por barrio y nos pudimos organizar bien cómo repartir, para que nadie se quede sin su bolsón de alimentos.
—¿Cómo surgió la idea de brindar talleres pedagógicos? ¿De qué trata el programa de Becas Universitarias? ¿Quiénes pueden acceder?
Desde un inicio Virreyes se concibió no solo como un club deportivo sino como un lugar para los chicos. Contamos con apoyo escolar y educativo superior para que ellos puedan acceder al mejor nivel de educación posible y que el acceso al mismo no estuviese ciclado por el lugar donde nacieron o por las posibilidades económicas de sus padres.
Durante la época escolar cada camada, tiene un tutor que les hace un seguimiento y trata de acompañar a los jugadores en las materias donde ve que hay falencias. Una de nuestras iniciativas es lograr que todos terminen el colegio. La educación secundaria que es lo que se logra en gran medida, es un avance importante en lo que es la historia de las familias de cada uno. En su gran mayoría los chicos superan el nivel educativo de sus padres.
También brindamos ayuda para aquellos que desean estudiar una carrera universitaria. Les damos apoyo en formas de becas para que no dejen sus estudios. Algunos tienen que trabajar para llevar comida a la mesa y a veces eso es un impedimento para estudiar. Disponemos de convenios con universidades privadas que becan a los chicos. Tratamos de dar una mano en viáticos y un dinero extra a los que van a la facultad pública para que puedan seguir adelante con sus estudios y a la vez puedan colaborar en su casa.
—¿Cómo afectó la pandemia al club? ¿Los socios cumplen con su parte? ¿De qué manera la comisión directiva lleva su trabajo a cabo dado las circunstancias?
La pandemia nos afectó como a todos los clubes. Los jugadores, padres, entrenadores, dirigentes, hoy todos estamos abocados a ayudar para que la comunidad y nuestros vecinos pasen este momento tan difícil de la mejor manera posible.
Con respecto a las reuniones, las tenemos vía grupo de WhatsApp, donde si bien se habla del mantenimiento del club, nuestra prioridad es brindar asistencia a los jugadores y a los que nos rodean.
—¿Virreyes Rugby club cuenta con algún subsidio por parte del Estado?
Tenemos algunos subsidios por parte del estado provincial y nacional, relativos. Principalmente en la parte educativa, virreyes está basado en dos patas bien diferenciadas: el deporte y la educación. A través de la educación tenemos varios subsidios, como dije por parte del Estado.
—Según algunas observaciones, pude apreciar que el rugby formó parte de tu vida desde siempre ¿Qué te da ese deporte tan lindo? ¿A dónde te gustaría poder llegar con el club?
Mi vida estuvo signada con el rugby desde muy chico. No me imagino vivir sin este deporte. Empecé a jugar a los 6 años y desde allí me mantuve vinculado.
El rugby me dio todo, mis amigos, la posibilidad de conocer espartanos, Virreyes. Gracias a estos proyectos pude vincularme con gente que quizás yo no tenía tanta relación.
En cuanto al club, para mi es el mejor del mundo por todo lo que te conté anteriormente. Soñamos con que algún día, esté al nivel de los grandes clubes de rugby de la Argentina.
Más allá de la parte deportiva, estamos súper conformes con lo que es la institución a nivel barrial y lo que significa haber sido unos de los primeros clubes que le dio acceso a este deporte. Como se sabe, el rugby en sus comienzos siempre perteneció a la elite elitista. Hoy, estos chicos pueden practicar al aire libre un deporte que te aleja de la calle, de los vicios y lo más importante, forma a quienes los juegan en buenas personas, que al fin y al cabo es a lo que apuntamos.
—El rugby siempre se destacó por los grandes valores que transmite a quienes lo practican, y tu rol es más que importante ¿Cuál es tu misión como entrenador?
Mi misión como entrenador es un poco transmitir todas las cosas que me tocó recibir a mí de mis propios entrenadores, de mi club. Trato de que entiendan todo lo bueno que tiene el rugby y los beneficios que trae asociados. Me interesa que quieran a su club y que hagan de él su casa, que lo sientan propio porque lo es, que lo vivan intensamente como yo lo viví en el mío, y que estén orgullosos de pertenecer a Virreyes Rugby Club.
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