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“EL CUERVO ES MI VIDA, ES MI TODO”


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Con 34 años, Leandro Atilio “Pipi” Romagnoli es el mayor ídolo de San Lorenzo de Almagro. Mediocampista ofensivo y capitán del equipo de sus amores, es el jugador con más títulos obtenidos en la historia del club, tres internacionales y dos nacionales. A los 17 años, alentado por su madre y de la mano de Oscar Ruggeri, director técnico del equipo en 1998, el Pipi debutaba en la primera división del Ciclón. Durante su carrera, reiteradas lesiones lo obligaron a dejar de jugar en varias oportunidades. Sin embargo, siguió siendo el ídolo indiscutido y más querido en la historia del Azulgrana.

Por Nadia Fernández Alfaro

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-¿Cómo te encontrás de tu lesión?
-Ya estoy mucho mejor, entrenando a la par de mis compañeros. Tengo la expectativa de poder ir este fin de semana al banco, si es que sigo de esta manera, voy a jugar algunos minutos. Es clave ver cómo evolucionó en estos días hasta el domingo.

-¿Sentís que tu ausencia condicionó en parte al equipo en el último tramo del campeonato?
-No, no, creo que fue un bajón en general, pero no por mi ausencia. En el momento que me lesioné el equipo siguió de la misma manera, ganó muchos partidos, después se le ganó a Boca un partido muy difícil y quedamos punteros. Luego se perdió con Huracán y ahí es donde sentimos un poquito el bajón del equipo. Ahora quedamos a falta de dos partidos a 6 puntos. Es decir, el tema del campeonato local está medio complicado, pero trataremos de pelearla hasta el final.

-¿Sos consciente de lo que generás en los hinchas del Ciclón?
-Sí, por el hecho de que hace muchos años que estoy en el club, la gente siempre me da mucho cariño y a mí, eso me llena de orgullo. Trato de devolver siempre ese cariño dentro del campo de juego. Es un cariño que nos tenemos entre las dos partes y eso es algo que me pone muy contento.

-Te sacaste una mochila al ganar la Copa Libertadores de América, ¿qué significó en tu carrera?
-Significó todo, es un orgullo como hincha, como jugador, haber podido ganar y levantar esa copa por primera vez. Es algo que me marcó también, por todo lo que generó para el club, para la gente. El hecho de haber quedado en la historia con este equipo, en un Club tan grande como San Lorenzo, es algo que me llena de alegría.

-Si tuvieras que elegir un momento del torneo, más allá del de levantar la copa, que es el más significativo ¿Cuál sería?
-Me quedo con el momento del pitazo final, cuando estábamos todos pendientes esperando a que termine el partido con el Nacional de Paraguay. Al escuchar el último pitido del árbitro salimos todos corriendo, llorando, me quedo con esa imagen, la tengo grabada en mi memoria.

-¿Qué significa San Lorenzo para vos como hincha?
-Es todo, es mi casa, es mi vida, siempre lo remarco porque es lo que realmente siento. Pasé toda mi vida en el club y estoy muy contento y orgulloso de las cosas que me han pasado en tantos años en San Lorenzo.


El cuervo también renació de sus cenizas
Según Romagnoli, “el peor momento en San Lorenzo fue en 2012”. Con una pésima campaña en el campeonato, un plantel destruido anímicamente y Caruso Lombardi como técnico, San Lorenzo enfrentaba a Instituto de Córdoba a finales de junio de 2012 para disputar la Promoción. A pesar del mal trago, no fue difícil afianzar la permanencia del Ciclón en la primera división. En el partido de ida, el equipo del Pipi había quedado arriba de los cordobeses por dos goles, que sumado a la ventaja deportiva y el posterior empate en el Gasómetro, el descenso ya era cosa del pasado. “Fue un momento muy feo para el club, la gente y obviamente para nosotros, pero pudimos salir adelante, nos quedamos en primera”, recuerda el ídolo mientras sonríe con los ojos.


Me verás volver…
En agosto de 2014 Romagnoli viajaba a Brasil para intentar rescindir el contrato que lo unía al Bahía, equipo que no quería “soltar” al ídolo. Hacía meses que lo había firmado, pero el escenario ya era otro. San Lorenzo había logrado su mayor sueño: levantar la Copa Libertadores de América y se disponía a jugar el Mundial de Clubes en Marruecos. Si bien la decisión del Pipi tenía mucho que ver con su familia, la pasión y la camiseta fueron sus mayores motores para apelar a su continuidad en el club azulgrana: “Me quería quedar en San Lorenzo”, recuerda. A pesar de la derrota del Ciclón frente al Real Madrid en el Mundial de Clubes, el equipo de Boedo ya había ganado: la vuelta de Romagnoli con contrato hasta diciembre de 2016.


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