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EL DESAFÍO DE MOVERSE EN CASA


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Para preservar la salud mental, circulan en sitios web y redes sociales propuestas para que mientras la población está en aislamiento social pueda recrearse, aprender nuevas habilidades o hacer ejercicio. Profesores y especialistas cuentan la importancia de practicar actividades que reduzcan la tensión y generen satisfacción.

Por Micaela Graziano

El 20 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio algunas recomendaciones para preservar la salud mental en tiempos de coronavirus. Entre ellas: hacer actividad física, bailar y escuchar música. Desde entonces, las redes sociales se llenaron de challenges, clases de gimnasia y cursos. Las habilidades para desarrollar estas actividades son las que se aprenden en asignaturas como música, plástica y educación física. Dichas materias son las que menos carga horaria tienen en la estructura curricular.

La OMS recomienda una hora de ejercicio diario para los más chicos. En las escuelas argentinas la carga horaria de educación física oscila entre una y tres horas cátedras semanales (cada una de 45 minutos). Esto varía según cada provincia y curso. En cuanto a la educación artística, que incluye música y plástica, suele ser de entre una y dos horas semanales.

Para la licenciada Paola Niro, psicóloga de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el confinamiento puede generar una desregulación emocional. Angustia, miedo o ansiedad son emociones que pueden surgir en estos tiempos. “Los psicólogos siempre recomendamos a los pacientes que están pasando por una crisis el arte, las actividades plásticas y físicas. Una actividad creativa puede lograr desfocalizar la tensión, relajar la mente y realizar algo que genera gratificación”, afirma.

Dos veces por semana Florencia Montoya, profesora de educación física, se conecta con sus alumnas a través de Zoom. Una vez que están todas pone música y empieza el calentamiento. Cuando le preguntan sobre la importancia del deporte en la sociedad, responde: “Todo tiene que ver con la valoración que se tiene, en esta sociedad capitalista, del tiempo libre. Esas actividades, a las que se les da menos importancia en el espacio curricular, son actividades que la gente asocia con un hobby y lo demás, lo ‘serio’, (matemática, lengua) está asociado con lo productivo”.

Para Florencia lo más importante de la asignatura es el aprendizaje de valores: “Entrenar te da una rutina, te da energía, genera un hábito, responsabilidad. Si lo compartís con alguien, aunque sea de forma virtual, se genera un lazo”. De acuerdo con la psicóloga Niro, la actividad física funciona como un antidepresivo natural por la liberación de endorfinas. “Este tipo de actividades ayudan a la higiene mental”, agrega.

Debido a la pandemia las clases tuvieron que trasladarse a la virtualidad. Mariana Maggio, directora de la Maestría en Tecnología Educativa de la UBA, considera fundamental que la escuela continúe en este contexto para retener a los alumnos en el sistema. “El problema es que la escuela tiene el peso de la pedagogía clásica que sigue siendo hegemónica y acá tenemos una oportunidad para volver a pensar nuestra práctica”, reconoce.

En cuanto al método considera que las mejores aplicaciones son las que usan los estudiantes cotidianamente. “Hay que ir a buscarlos a donde están y si hoy están en Tik Tok tendremos que generar propuestas con formatos como los que plantea la aplicación”.

“La escuela tiene que mostrar su fuerza creativa”, sostiene Maggio y agrega que el desafío es lograr que un chico pueda transformar esta situación compleja en un acto de “creación original”, que pueda crear una obra y ponerle palabras, música, sonidos a este contexto. Por eso cree que las materias que más nos vinculan con nuestras emociones, con nuestra salud, con el arte, hoy juegan un rol fundamental.


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