En esta charla con ETERDigital, el actor habla de todo: sus comienzos, el humor, el teatro, CHA CHA CHA, el peronismo, el atentado a Cristina Fernández, y el fascismo.
En un sitio declarado patrimonio histórico de la Ciudad de Buenos Aires, hay un bar inconfundiblemente porteño en el barrio de Barracas, que impresiona por la cantidad de madera que utilizaron para construirlo, donde la única luz que entra es por los ventanales que -da la sensación- están puestos desde su inicio en 1911. En medio de todas las camisetas, logos, escudos de los dos equipos del barrio, Barracas Juniors y Barracas Central, que decoran el bar “El Progreso”, está sentado Diego Capusotto.
En el bar están todos obnubilados por la presencia del humorista, hasta el dueño que le invitó un café. Con su distintivo pelo largo canoso, camina y se sienta en una mesa al fondo, que cerca tiene un cartel donde aparece una foto de él. “Este es mi lugar”, confiesa Capusotto.
El actor vuelve a los sets de grabación en noviembre debido a que el rodaje de la película en la que está trabajando se postergó. La película es de Néstor Montalbano, que trabajó con él en “Cha cha cha” como director y en películas como “No llores por mí, Inglaterra”, “Soy tu aventura”, entre otras. “La película es una especie de comedia negra de suspenso, que yo compongo tres personajes que son bastante complicados”.
-¿Cómo se siente hacer un personaje con el que no empatizás?
-Cuando vos estás involucrado en un proyecto tenés que hacer un personaje que no necesariamente piense como vos, ni mucho menos. Es un poco el trabajo del actor. Sería más interesante como actor tratar de componer un personaje que no tenga mucha relación con vos. Ahora, en algún punto, alguna relación va a tener porque somos humanos y de la misma manera podemos ponernos en el lugar de ese personaje. Esos personajes son los más complejos y los más interesantes para abordar.
En línea con lo artístico, el nacido en Morón actúa en una obra de autor, que hace treinta años que no actuaba, dirigida por Albertina Carri y Analía Couceyro, llamada “Tadeys”, una obra oscura y Capusotto habló del punto en común que tiene el humor con la obra en la que actúa: “Yo creo que las dos cosas se conectan aunque parezca que no. El humor siempre uno lo hace porque se está desprendiendo o tomando distancia de la tragedia. Siempre, para hacer humor, hay algo que antecede a ese posicionamiento que vos tenías para enfrentar el drama o el horror”.
Sus inicios en la Televisión
Los primeros trabajos del humorista fueron presencias en bares, fiestas, teatros o en la calle, y luego trabajó en la televisión, donde atravesó un cambio grande de no ser reconocido a ser más popular. “Entrás a un mundo que es público, y para mí fue maravilloso, porque la idea de trabajar en un medio público siempre me interesó. Yo simplemente pensaba que no iba a suceder, porque no me veía a mí laburando en televisión”.
El actor empieza haciendo teatro en el mítico Parakultural de la calle Chacabuco al 1072, donde conoció a Alfredo Casero. “Después me lo crucé en el centro y me comentó que había una posibilidad de hacer un programa en América 2, que fue ´De la cabeza”, recuerda.
-¿Cómo fue trabajar con él?
-Fue muy interesante. También me pasó con Pedro -Saborido-, los trabajos son bastante complejos. Llevar a cabo un programa de televisión a veces es muy complicado, por lo tanto hay días que son mejores que otros.
También pasa por “Cha cha cha”, en donde tenían una estructura diferente a los demás programas de humor, con la figura del propio Casero a la cabeza. “Le metíamos como más información que los otros programas. Es decir, más números, más personajes, a veces hay números que duraban 30 segundos y hay otros que duraban 5. La estructura de cómo se hacía el programa era diferente a los programas de humor que se estructuraban siempre con 4 o 5 sketches de 10 minutos cada uno”.
-¿Y cómo se conformaban los personajes?
-Todos pensábamos ideas, no es que había una cabeza que decía algo o como un productor que nos decía qué hacer. Lo que hacíamos era lo que nos gustaba, podía fallar, podía pegar en el blanco, pero eran ideas que salían de nosotros.
Perón Perón
El humorista confesó su sentimiento hacia el peronismo, contó sobre sus inicios: “Mi familia venía ligada afectivamente al peronismo, sobre todo mi viejo. Entonces yo, en el ´73, tenía 12 años cuando vuelve Perón”.
En el medio de la entrevista, se refiere al tercer peronismo. Capusotto expresa: “Hubo un peronismo, un Perón que se encontró con dos fuerzas antagónicas, una de ellas eran los jóvenes que también fueron lo motivacional que ellos tuvieron para que el regreso de Perón se efectivice, y como un arma de lucha para el regreso finalmente de Perón. Hubo una pelea también con el propio peronismo, con un Perón, además, grande, que la sensación que da es que se le fue todo de las manos. Entonces, ese recuerdo trágico del último peronismo, es lo que instala al peronismo como algo que devino en una tragedia y enfrentamiento, y que dió origen al Golpe de Estado”.
También en la entrevista se toca el tema que está en agenda estos últimos días: el atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández. “Me sorprendió porque sé que hay sectores que tienen mucho encono, pero de ahí a llevar a cabo un atentado capaz no lo esperaba. El punto de llegar a un atentado es muy complejo, tiene que ver con una serie de cosas en donde, para mí, se mezcla lo ideológico, hasta casi lo religioso, como creer que lo que se va a llevar a cabo es casi un acto místico porque se está derrotando o se va a matar o se va a eliminar al mal, y eliminado ese mal entonces podemos progresar, sin medir las consecuencias. Y el culto a la personalidad, que yo a veces pienso que estos pibes quieren tener una serie en Netflix”.
Vos tenías un personaje en Peter Capusotto y Sus Videos donde se hablaba del odio hacia el kirchnerismo
–No del odio hacia el kirchnerismo, nosotros teníamos personajes que satirizaban, inclusive a algún sector que estaba adentro del gobierno. Hemos hecho sátiras del propio peronismo, y metíamos siempre algún tipo de personaje de esos que tienen encono, en nuestro caso más el peronismo, que tiene una consecuencia histórica que antecede esto. Por la edad que tengo, a mí el kirchnerismo me agarró peronista. Lo que yo creo, en este caso, es que el gobierno de Néstor y de Cristina llevó a cabo políticas que yo siento que están más vinculadas al peronismo. Entonces todo eso en el programa, entre otras cosas, estaba puesto ahí. Pero no partidariamente, nosotros nunca fuimos voceros del kirchnerismo, siempre nos hemos corrido de eso pero el humor tiene un montón de temas para tocar. Por eso no hacíamos humor político, porque lo político estaba nombrado dentro del programa, pero no era estrictamente político lo que hacíamos.
-¿Cómo describirías el contenido tenía el programa?
–Nos reíamos un poco de nuestra condición, nuestra condición humana. No necesariamente nos tenemos que ir a lo macropolítico para sacar resultado de ahí. Y además, ya lo político te gana, porque todos se han convertido en personajes casi de comedia, como forma de estrategia política inclusive, basta con verlo a Milei, que juega como un personaje “freak” que puede ser de una comedia musical como The Rocky horror show, pero con un discurso que tiene su claridad conceptual en términos entrecomillados. Hay un discurso medio de ataque, en términos de que me voy a convertir en un ciudadano que ya está cansado, y voy a ser el vocero de ese ciudadano. Después cuando toman el poder hacen todo lo contrario.
-¿Por ejemplo?
-Ya lo hizo el fascismo, el fascismo en algún momento tenía como una especie de organigrama donde estaba el voto de la mujer, los derechos de los trabajadores, y después cuando toman el poder, centralizan todo, y si no te gusta te pegan una patada en el orto, o directamente te persiguen. Ojalá fuera una patada en el orto nada más.
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