Un grupo de nueve hinchas ideó construir un paredón perimetral para proteger a los chicos de inferiores y a la familia quemera de los robos. Hasta hicieron participar a Messi en la iniciativa. Una historia de amor por los colores.
El hincha de Huracán tiene desde principio de los años 80 su propio campo de deportes, situado en Mariano Acosta 1981 y bordeado por las calles Balbastro, Lacarra y Castañares, en el barrio de Villa Soldati. Es una zona caliente donde los robos se hacen frecuentes. Y este fue el principal motivo para que un grupo de hinchas iniciaran un plan de protección. Cinco años atrás un hecho de inseguridad los convenció y meses después tuvo su comienzo. Un año pasó desde su iniciación hasta poder verlo terminado: 490 metros de pared fueron construidos, en una obra que costó 1.500.000 pesos.
Marina Pisano, Chiqui, Hernán Folchi, Fernando Folchi, Alexis Cataneo, “el Chino” y Abel Pozo, entre otros, decidieron con su propio esfuerzo construir el paredón de la quemita para proteger a los chicos de inferiores y a la familia Quemera.
La historia se remonta a 2009, cuando el equipo conducido por Ángel Cappa deslumbraba en cada partido y eso atraía más gente al estadio y a los entrenamientos.
Una mañana Marina y sus amigos fueron a la “Quemita” a presenciar la magia del equipo de Ángel, pero la sorpresa llegó cuando se dieron cuenta que les faltaba lo que habían llevado para comer. “Teníamos pizzas y gaseosas. Lamentablemente desde la parte lindante a la calle Santander saltaron algunos chicos y se llevaron las cosas”, recuerda Marina. Pero no se trató de un hecho aislado, sino que los robos eran frecuentes, los sufrían las madres que iban a ver a sus hijos en las inferiores, la utilería y hasta algunos de los jugadores de Primera.
Ese suceso quedó marcado en este grupo de hinchas, que consideraron que la construcción del paredón era una necesidad. La tarea no era sencilla y los primeros presupuestos desalentaron un poco la idea. El primer número que recibieron fue de 3.000.000 de pesos y puso en duda la realización del paredón.
Moldear el proyecto fue lo más difícil. Tenían que surgir ideas para luego convertirlas en un plan. La venta de bonos, subastas de camisetas firmadas por ídolos y obviamente la ayuda monetaria del hincha fueron las primeras propuestas aprobadas.
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Presentación del proyecto en Huracán TV
Pero las ganas contagian. Y así fue como un empresario de la construcción fanático del globo les acercó un presupuesto de 1.500.000 pesos. Era el comienzo.
Se empezó con los bonos, talones eran de mil rifas y al finalizar la venta se sorteaba una moto entre los compradores. Se vendían en la antesala de cada partido. Una mesita y dos sillas en Alcorta y Luna servían para el expendio. Los mismos también se podían comprar en Globo manía, en el microestadio “Farid Mohamed”, en la oficina de prensa del club y en la joyería “Los Hermanos”. Esta iniciativa, según Chiqui, atrajo más a la gente grande que a los jóvenes. “Lo que mas me sorprendió fue que la mayoría de los compradores eran gente mayor”, analiza uno de los precursores de la construcción del paredón. Pero los bonos no alcanzaron para llegar a la suma que se requería para la realización del muro. Se vendieron 6.000 rifas a 50 pesos y eso brindaba la suma de 300.000 pesos. Todavía faltaban 1.200.000 pesos.
Una remera firmada por el “Turco” Mohamed y otra por Lionel Messi también ayudaron. Y el paredón se terminó gracias al aporte de donaciones por parte de hinchas. La conformación de todas las peñas oficiales denominadas “Peñas Unidas” donó un camión de ladrillos por el valor de 22.000 pesos. El jugador Mario Bolatti hizo también llegar su ayuda, aunque la mayoría fueron en silencio y anónimas.
Son 140 pliegos, de los cuales 70 se utilizarán para que ingrese dinero por medio de publicidad y los 70 restantes serán postales de la historia de Huracán.
Marina Pisano es diseñadora gráfica, tiene 40 años y trabaja para bandas de Rock. Diseña la tapa de los discos, entradas y algunos pósters de varios grupos. La Renga, Almafuerte y Skay son algunos de los grupos que disfrutan de su arte. Ese es su sostén económico, el sentimental lo cristaliza en la utilería del club desde la época de Ángel Cappa.
Chiqui también aporta parte de su tiempo en la utilería del club. Además trabaja como recolector de aceites y asume 41 años.
Hernán y Fernando Folchi tampoco viven de Huracán. Tienen una joyería y están presentes en la platea Alcorta en cada partido del “Globo”. Se llevan apenas unos meses y cuando Huracán alcanzó su mayor logro, el campeonato en 1973, Hernán tenía dos años y Fernando tres.
Hernán Folchi es presidente de la Subcomisión del campo de deportes, Fernando es el vicepresidente y Chiqui, el intendente. Hoy siguen trabajando para que “La Quemita” siga creciendo. “Mi mayor anhelo es que se convierta en un verdadero campo de deportes, para lograr eso debería ofrecer diez deportes más”, se ilusiona Chiqui. La incorporación de nuevas disciplinas como el básquet, tenis, taekwondo, entre otras, forma parte del nuevo proyecto.
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