Desde su modificación en 1992, tras la desaparición de la Unión Soviética y la Unión del fútbol de Rusia, a partir de 2002 es llamada “Premier League de Rusia”. En 2014, fue considerada la 8ª liga más fuerte del mundo por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol y ocupa el 7° lugar en el ranking de ligas de la UEFA. Además tendrán el honor de albergar el próximo Mundial en 2018, siendo la primera oportunidad que dicho país organiza el campeonato y la primera vez en la historia que se celebre en una nación de Europa Oriental.
Nicolás Armentano @NicoArmen
La liga rusa es una de las que más trascendencia ha tomado en épocas recientes y, tal vez, la de mayores perspectivas de crecimiento en el corto plazo. En los últimos tiempos se vio fortalecida con los millonarios aportes de empresarios del petróleo, el gas y el acero, principalmente, que la transformaron gradualmente en una de las más competitivas de Europa. Y en los próximos cuatro años, de cara a la Copa del Mundo que organizará por primera vez en la historia, Rusia tiene un campo fértil para seguir adquiriendo poderío en el mundo del fútbol.
Equipos tales como el CSKA de Moscú, Zenit de San Petersburgo (ganadores de la actual “Europa League” en 2005 y 2008 respectivamente) y los otros denominados “grandes” como el Spartak Moscú, Rubín Kazán y Lokomotiv, con participaciones en las competiciones europeas, confirman la mejoría constante de la liga y esto se trasladó a la Selección mayor, que por aquellos meses de 2008 alcanzó las semifinales de la Eurocopa.
Sin embargo, fueron apareciendo con fuerza equipos pequeños y hasta hace poco desconocidos como el Anzhi y el Kuban Krasnodar, entre otros. Estos conjuntos son manejados por magnates y hombres de negocios del país que realizan compras “millonarias” de jugadores estrellas y los hacen más competitivos para la liga. Tales empresarios se han hecho poderosos en el mundo del futbol gracias a sospechados negocios, como la explotación del petróleo y gas natural. Nombres como Suleyman Kerimov (en el Anzhi) y Rinat Akhmetov (Shakhtar Donest) son casos comunes en la Premier y gracias a ellos, otros magnates se van expandiendo a otras competencias europeas.
Es así como varias promesas del futbol sudamericano y de otras partes del planeta ven con buenos ojos el probar suerte en Rusia. Además de que los clubes les otorgan casa, autos, choferes, traductores y hasta colegios para sus hijos, cuentan con sueldos altísimos que no se comparan con el de otras ligas más reconocidas como España o Inglaterra. Un ejemplo claro fue el del camerunés Samuel Eto´o, que ganaba 20 millones de euros al año en el Anzhi en 2012, siendo el jugador mejor pago del mundo, y muy por encima de Lionel Messi (10,5 millones de euros anuales), que lo emparejaba recién con sus enormes ganancias en el terreno publicitario.
Más de 40 son los futbolistas argentinos que se subieron a este tren en la última década. Hubo muchos y variados casos, como el de Hector Bracamonte que jugó nueve años en Rusia (la mayor parte en el FC Moscú, pasando luego por el Terek Grozny y el FC Rostov) y Alejandro Domínguez, que ganó dos títulos con el Rubin Kazan y Zenit. Otros ejemplos son de jugadores que no llegaron a adaptarse al ambiente de ese país, ya sea por falta de motivación o el rechazo a una cultura totalmente distinta a las argentina. Le pasó a Fernando Cavenaghi cuando en el 2004 fue fichado por el Spartak y cobraba un sueldo de 1,5 millones de euros anuales, siendo el deportista mejor pago de la Premier de Rusia. Pese a esto, no le fue bien en el club de Moscú y una serie de lesiones lo complicó demasiado y dos años después fue vendido a Francia. Situación similar vivió Maximiliano Moralez, quien en 2007 fue comprado por el FC Moscú. Pero jamás se adaptó al ambiente y solo duro seis meses en el país.
Uno de los que compitió durante varios años allí fue Leandro “Coti” Fernández. El oriundo de Rosario jugó en el FC Dinamo Moscú desde 2006 hasta mediados de este año, para luego volver a su amado Newell´s. “El ruso es un futbol muy físico y fue mucho más fácil adaptarme al ser defensor. Para los jugadores que son más técnicos se les complica un poco, por el estilo de juego”, contó el defensor. En cuanto al clima futbolero que se vive en Rusia dijo que “la gente de ahí no es tan pasional como los argentinos y se vive de otra manera”. “Considero que el fútbol ruso ya está a la par de las mejores ligas europeas”, cerró.
Bracamonte aporta sobre su paso en Rusia: “Llegué con muchas expectativas. Y me sorprendí muchísimo. Moscú es una ciudad maravillosa, el paisaje es tremendo y las costumbres de los rusos son totalmente diferentes, son muy tranquilos y viven el deporte de otra manera. Mi adaptación fue la mejor, de a poco me fui acostumbrando al clima y a sus formas de vivir. Fueron nueve años muy lindos los que viví allá”.
Otro que disputó la Premier fue Nicolás Pareja, desde el 2010 al 2013 en el Spartak. “El futbol ruso tiene a muchos equipos en Champions y en Europa League, y en este momento con la crisis que hay en varios países, el mercado de allí se volvió muy interesante para muchos. La liga está haciéndose más fuerte”, afirmó.
“La selección está creciendo mucho, y tienen un gran emblema como Aleksandr Kerzhakov que está en el Zenit. Viene siendo goleador y haciendo la diferencia hace varios años; creo yo que es el jugador más importante”, añadió
Una liga que le espera cuatro años más para uno de los eventos más importantes de su historia como país. Ser el anfitrión ayuda, pero Rusia tratará de evitar el destino de los dos últimos organizadores: la eliminación de Sudáfrica en la fase de grupos en 2010 y la humillante derrota de Brasil frente a Alemania este año. La mayor parte de los jugadores de esta selección actual no participarán dentro de cuatro años y la esperanza se concentra en los jóvenes. Promesas como Alan Dzagóev, de 24 años (actúa en el CSKA), Denis Cheryshev, que se desempeña en el Villareal de España y Amir Najto, fichado por el Barcelona, con tan solo 18 años.
Ya han comenzado con la construcción de los nuevos estadios que serán las principales sedes. El diseño de la mayoría de ellos ha sido aprobado mientras que ya se han concluido las obras de tres de ellos, ya que se levantaron para otros eventos, como el estadio Fisht de Sochi.
Una gran apuesta de la FIFA y su presidente Michel Platini para el mundial de 2018 y el posterior en Qátar. Países que nunca organizaron una competencia de esta magnitud y que tienen a favor su crecimiento a base de los empresarios y magnates que invirtieron miles de millones en el mundo del futbol y tendrán su chance de convertirlo en el torneo más importante del planeta.
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