Reclamo de justicia ante la persecución y la represión de la fuerzas de seguridad.
Por Agustina Banchiero y Valeria Herrera
No es un viernes más para los habitantes de la Villa 21-24. El frío de la mañana cala hasta los huesos pero eso no impide que la gente vaya llegando al punto de encuentro. La avenida General Iriarte 3500 se va poblando de vecinos que salen de los pasillos de la villa y micros que traen gente de distintas organizaciones sociales y barrios. Todos con sus banderas y banderines de “La Poderosa”, con carteles de “basta de gatillo fácil” y hasta un globo gigante que a su alrededor exclama:“Fuera Bullrich”, “Control popular a las fuerzas de seguridad” “Nunca más” y firmaba: La Poderosa. De fondo se escuchan las bocinas de algunos autos que pasan y muestran su apoyo. Todos con un pedido en común: justicia para Ezequiel Villanueva e Iván Navarro. Sobre la misma vereda agentes de prefectura se juntan sobre la puerta de entrada de la Casa Central de la Cultura, donde se encuentran dos garitas. Pero hoy no van a tenerles miedo.
La noche del 24 de diciembre de 2016, Ezequiel de 15 años fue interceptado por la policía federal en la villa 21-24 cuando volvía de visitar a su abuela. Se cruzó con Iván -de 18 años en ese momento- se saludaron y cuando los vieron juntos se acercó la policía para requisarlos. Los dejaron ir pero unas cuadras más adelante cuatro uniformados de la prefectura naval los pararon y los subieron a dos autos por separado. Los llevaron hasta una garita donde los golpearon, amenazaron y chicanearon. Después decidieron subirlos otra vez a un auto y los llevaron a un descampado lindero al Riachuelo. Ahí los torturaron física y psicológicamente. Los obligaron a hacer flexiones de brazos luego de haber sido brutalmente golpeados, les pusieron un cuchillo en el cuello amenazándolos de muerte y diciendo que nadie los iba a reclamar. Dispararon tiros al aire. Finalmente los soltaron diciéndoles: “Corran bien rápido, o van a ser boleta.”
“Quiero darle las gracias a todos los que están acá acompañando esta lucha para visibilizar una realidad que todos sabemos no es nueva y no es un caso aislado”, comenzaba su discurso inaugural Nacho levy, editor de la revista La Garganta Poderosa. Nacho es militante popular y uno de los referentes de la organización La Poderosa nacida hace 14 años en la Villa Zabaleta y hoy presente en 44 puntos del país. Entre los presentes están Norita Cortiñas, Roberto Baradel, Sergio Maldonado, el padre Toto, Marta Dillon, Iván Schargrodsky, organizaciones gremiales, políticas y sociales y muchos más. Al pedido de justicia por Ezequiel e Iván, se sumó el repudio por la detención injustificada de Roque -fotógrafo de la Garganta- que estuvo detenido durante 48 horas después de que la policía entrara a su casa violentamente para luego sobreseerlo y decirle que al final no pasó nada. “Y sí qué pasó”, exclamaba Nacho.
“Para nosotros era muy importante poder dar este mensaje hacia dentro del barrio. Una verdad dentro de la querella, poblado y en banda como dicen ellos. Para que las familias de nuestro barrio cobren coraje y seguridad para hablar. En las villas están cortando cabezas y esto tiene que ser tema de agenda (…). Porque el mensaje de ellos era para el barrio (…). A nosotros nos encantaría decir que a esta batalla la vamos ganando, pero la vamos perdiendo. Porque muchas de las familias que caminan codo a codo con ustedes padecieron la misma práctica de tortura o peor. Y no tienen posibilidad de contarlo porque tienen miedo. Y tienen razón en tenerlo en este marco de total impunidad.
Hoy estamos en caravana cruzando la villa para que la vean, para que nuestras compañeras y compañeros se sientan protegidos y para que todos los verdugos que están ahí sepan lo que pasa. Que quilombo se arma, si nos llegan a tocar.”
La caravana avanza por la avenida Iriarte. Al frente van los familiares de Víctimas de Violencia Institucional junto a Norita Cortiñas y Laura Marrone sosteniendo una bandera que dice: “Las villas en guardapolvo luchando contra la impunidad, control popular a las fuerzas de seguridad”. En la intersección de la avenida Vélez Sarsfield esperan los micros para llevar a todos hasta Tribunales.
La audiencia por el juicio contra la prefectura comienza. Afuera los acompaña una movilización pacífica pero con una marcada presencia. Serán varias horas hasta que termine la sesión de hoy.
Los fotógrafos de La Garganta le piden a todos que se unan para sacar una foto general. La gente se va amontonando con sus banderas y carteles. Una mujer los dirige y les dice: “A la cuenta de tres quiero un grito de guerra: uno, dos, tres…” y se escucha a todos los presentes hacerle honor al nombre La Garganta Poderosa.
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