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Entre Disparos: El Desafiante Mundo de la Infancia en Israel-Palestina


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El conflicto bélico entre Israel y Hamás ha dejado un saldo de miles de muertos, heridos y desaparecidos. Estudios de diferentes organismos y testimonios en primera persona dan cuenta que el daño más grande se lo llevan las infancias y adolescencias, con traumas de por vida. Una de las últimas  investigaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en base a reporters del Ministerio de Salud de Gaza, encabezado por Hamás, establece que hay identificados hasta el momento al menos 7.797 cadáveres de niños pero que puede haber más “debajo de las casas derrumbadas”.


El 7 de octubre de 2023, miembros del grupo islamista palestino Hamás lideraron un ataque con miles de cohetes y combatientes armados que ingresaron por el sur de Israel. Según las autoridades de ese país, unas 1.200 personas fueron asesinadas ese día y unas 3.300 resultaron heridas, mientras que unas 250 fueron tomadas como rehenes.

“El conflicto israelí-palestino no empezó el 7 de octubre, pero el 7 de octubre marcó un antes y un después para muchos de nosotros”, cuenta Ori Judkovski, un adolescente argentino de 17 años que vivía en Reim, un kibutz (asentamiento agricola) a 5 km de la Franja de Gaza, hasta que tuvo que ser evacuado junto con otras 50 personas al otro lado del país, cerca de la frontera con Jordania. 

Si bien las consecuencias traumáticas en estos niños, tanto palestinos como israelíes, son irreversibles, hay una gran diferencia a la hora de poder acceder a sistemas de salud y educación o incluso un hogar.

Ana Natenson, que vive en la ciudad costera israelí de Tel Aviv hace más de 54 años, menciona con asombro que a veces “si uno está distraído y disfrutando de la ciudad, se olvida que está ocurriendo una guerra”. “Muchas personas que se encontraban en el norte o en el sur fueron refugiadas en hoteles de acá o en ciudades más al centro”, comenta. Sus nietos, de ocho, 12 y 14 años, también viven en Tel Aviv y por ende no sufrieron de primera mano el impacto del ataque del 7 de octubre, que afectó principalmente a residentes del sur de Israel. Ana destaca que el Estado nunca dejó de garantizar el derecho a la educación y sostiene: “Los chicos refugiados no dejaron de aprender en ningún momento, llevan a los hoteles maestros para que les den clases”.    

A pocos kilómetros de esta ciudad mediterránea, se encuentra la Franja de Gaza, el hogar 2,26 millones de palestinos, según informa la Oficina Central de Estadísticas de Palestina (PCBS) en un reporte del 2023. Aquí, si bien el conflicto siempre estuvo latente, tras el comienzo de la ofensiva israelí en respuesta al ataque del 7 de octubre, los últimos meses han sido catastróficos para miles de niños que fueron evacuados, muchos lejos de su familia sin poder tener acceso a comida, agua potable o un hogar. 

Tras las órdenes de evacuación emitidas por el gobierno israelí en octubre para que la población palestina se desplazará hacia el sur de Gaza, se calcula que ahora mismo hay alrededor de un millón de personas refugiadas en la ciudad de Rafah, donde antes vivían unas 250.000. Es por esto que, en uno de los últimos informes de el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se alerta de una “catástrofe para las infancias”

“Rafah se ha convertido en una ciudad llena de niños y niñas que no tienen ningún lugar seguro al que acudir en Gaza. Si comienzan las operaciones militares a gran escala, los niños no solo estarán en peligro por la violencia, sino también por el caos y el pánico en un contexto en el que, además, su salud física y mental están ya debilitadas”, comunicó recientemente la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell en la página oficial de la organización que vela los derechos del niño.

Otros datos que aportan tanto UNICEF como la organización Save the Childen para entender la problemática que sufren los niños palestinos en Gaza desde el ataque del 7 de octubre, indican que a al menos 1000 infantes se les ha amputado una o ambas piernas y el acceso a la salud cada vez es más complicado ya que 24 hospitales han sido bombardeados, y solo 12 siguen parcialmente funcionando

Según la ONU, más de 400 mil niños gazatíes deberían estar siendo asistidos con terapia para cuidar su salud mental, algo que podría prevenir futuros suicidios, que han aumentado de manera considerable desde el comienzo del bloqueo israelí de Gaza en 2007. “Más del 55% lo ha considerado en algún momento”, menciona un informe de Save the Children que evalúa el impacto que el conflicto ha tenido en la población infantil de Gaza.

“Durante la noche muchas veces no podemos dormir, por los repetidos bombardeos. Es aterrador”, confiesa Issa, un niño gazatí de nueve años, en un video difundido por la BBC. Su hermana, Haya, agrega que su casa fue destruida y tuvieron que refugiarse en una escuela de las Naciones Unidas. “No hay agua potable, ni suficiente comida ni baños”, dice. 

Las realidades en ambos territorios son muy dispares, pero no cabe duda que en ambas partes los que más sufren son los niños, que crecen en un marco de violencia y sufrimiento. En este sentido, Ori, el joven israelí, señala: “No tengo nada en contra de los palestinos, creo que merecen su propio Estado pero no creo que bajo el gobierno de Hamás sea una posibilidad real”. 


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