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Los bodegones salvan a los clubes de barrio


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La situación económica actual hizo que mucha gente tomara la decisión de abandonar las actividades que hacían en el club de barrio por no poder afrontar el pago de las cuotas mensuales. A eso se suma el aumento de las tarifas de servicios esenciales como la luz y el gas, que impacta directamente en las actividades de las instituciones barriales.


Según el Relevamiento Nacional de Clubes y Entidades Deportivas hecho por el Observatorio Nacional del Deporte, en 2021 habían 388 clubes activos de barrio en toda la Ciudad de Buenos Aires. Hoy solamente están activos 215 según la página del Gobierno de la Ciudad.     

De esta manera, estos clubes tuvieron que recurrir a otras formas de financiación en pos de seguir funcionando: Los bodegones de barrio. 

La crisis económica también impacta en las familias. Carlos Montero, tesorero del Club Oeste de Caballito, comentó que “son muchos los chicos que dejaron de pagar la cuota social por la brutal crisis económica que vivimos”, y que “debido a eso, desde el club impulsamos la parte gastronómica. Remodelamos el buffet a modo de bodegón con el objetivo de paliar la pérdida de ingresos de las familias que no pueden pagar la cuota social”. 

(Cancha principal multideportiva propiedad del Club Oeste, en ese momento se estaba entrenando la primera de Voley) 

Entre febrero y marzo, los clubes de barrio sufrieron aumentos cercanos al 300%. Planifican que lo peor va a venir si se quitan los subsidios, una medida que el Gobierno pospuso hasta junio. Si eso sucede, “el aumento de la tarifa eléctrica, según información que manejamos, sería del 1000%“, comentó Daniel Pacín, Secretario General del Club Franja de Oro situado en el barrio porteño de Pompeya y miembro de la Confederación Argentina de Clubes.                                 

Pacín agregó también que en el país hay cerca de 20.000 clubes, y esta situación pone en emergencia a gran parte de ellos, que practican cerca de ocho millones de personas.   

Montero, a su vez, comentó que abrieron dos negocios de comida. Uno lo alquilan, así pueden sacar rédito económico de un espacio que no utilizaban antes, y otro que es una extensión del buffet del club, con parrilla en el patio interno de la institución que puede asistir cualquiera todos los días de 17 a 00.                                           

“Esta era una idea que empezó a cranear desde hace siete años más o menos, desde el macrismo, cuando pasamos una crisis económica dentro del club parecida a la que tenemos hoy. Pero en ése momento no podíamos hacer tal inversión y hoy nos vemos obligados a hacerla”, comentó el tesorero del Club Oeste.             

En el caso del club Franja de Oro, la situación no es idéntica. Pacín afirmó que “los ingresos por cuota social se redujeron un 35%. En el caso de los gastos del buffet, llega a un 40%Y prácticamente no hay reserva de salones para los próximos meses. Ahí fue drástico el recorte”.                                  

Salón de fiestas propiedad del Club Franja de Oro de Pompeya. Foto: Cortesía del club   

Además, el miembro de la Confederación Argentina de Clubes confesó: “Desde el club la vemos peor que la crisis del 2016, cuando fue el anterior tarifazo. Porque la gente venía del 2015 y tenía más resto económico que ahora”.                   

El dirigente también agregó que eso se vé reflejado en las arcas del club, debido a que la gente ya no come tanto en el buffet como antes, paga menos de la cuota social y no alquila el salón para eventos. “Los ingresos del club se reducen drásticamente y los egresos también se incrementan de la misma manera, todo lo contrario. Los aumentos en las tarifas, por ejemplo, es algo que no se puede trasladar a la cuota social que paga una familia”, sumó Pacín.        

En paralelo, la realidad del Club Oeste es distinta: “Por suerte con la extensión del buffet podemos compensar la pérdida de ingresos. Casi todos los fines de semana está lleno el restaurante del club y eso genera alrededor del 50% de los ingresos de todo el mes”. Sumado a eso, Montero comentó que gracias al buffet puede seguir en pie la institución.      

Restaurante del club Oeste de Caballito

Pacín, además, comentó la inquietud que tienen en los despachos de Franja de Oro con el avance de la situación de las Sociedades Anónimas Deportivas: “El mundo del negocio inmobiliario quiere nuestros terrenos para hacer edificios, y nuestra preocupación es total con respecto a ese tema. Porque tenemos un gobierno nacional nos agobia con las tarifas, el Estado nos termina de hundir con las tarifas y sumado a esta extrema debilidad económica en nuestras instituciones, nos deja muy vulnerables ante el avance de los privados”.          

Pacín agregó en este sentido que en el país hay cerca de 20.000 clubes de barrio y, a raíz de la situación financiera actual de la mayoría de estos, pone en emergencia a gran parte de instituciones que practican cerca de ocho millones de personas.                      

El secretario general de Franja de Oro hizo un análisis sobre cómo el avance inmobiliario sobre los terrenos de clubes de barrio puede ser un problema si se avanza con esta situación: “Creemos que es algo que va en conjunto, y lo que busca esto es destruir un sistema centenario de más de 20.000 clubes que tenemos en el país. Un sistema único en el Mundo”, remarcó Pacín.                                     

Además, Pacín concluyó su análisis de la situación preocupante para todos los clubes de barrio del país: “Hoy en día se ve fuertemente en riesgo”, finalizó.   


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