A través de Voicot, el movimiento artístico que integra, Federico Callegari busca generar conciencia sobre la explotación animal y el impacto que tiene la acción del hombre en el planeta. “Es bueno cuestionarse un poco lo que está pasando”, dice en esta entrevista para ETER Digital.
Por Hugo Del Valle y Servidio (@Hache_DelValle)
Federico Callegari llega a las corridas, 40 minutos más tarde de lo pactado. A las corridas, pero con una cerveza en la mano. Se disculpa y sube al entrepiso del local del Patio del Liceo donde están sus secuaces para que lo pongan al día, mientras abajo se ultiman los detalles para la entrevista. Federico vive a las corridas, contestando mensajes, mails y llamados, pero no no, no es un empresario, es un activista por los derechos de los animales.
-¿Qué es Voicot?
-Voicot es un movimiento artístico por los derechos animales, que desde el arte busca difundir y cuestionar cómo nos relacionamos con el resto de los animales que comparten el planeta con nosotros. Voicot nació con la idea de hacer remeras con mensajes para que las y los activistas puedan difundir una realidad que está oculta, pero enseguida tomó forma de movimiento artístico. Empezamos haciendo murales con distintos artistas, siempre de manera autogestiva, encontrando formas de comunicar. Con Malena Blanco, que es con quien lo fundamos, venimos del lado de la publicidad, entonces siempre buscamos herramientas y formas autogestivas para poder tener un máximo alcance y así poder definir las campañas que hacemos del lado creativo y de producción, como ser murales, afiches, remeras, sellos en billetes, stickers y todo lo que es redes sociales también.
“ESTÁN DEGRADANDO EL MEDIO AMBIENTE COMO NUNCA HA PASADO”
-Pero actualmente además de la difusión realizan otras actividades, ¿no?
-Sí, en el trayecto fuimos encontrando un montón de necesidades, como tener contenido original de lo que es explotación animal en Argentina, ya sea feedlots, cría intensiva, mataderos de las distintas especies, para que la gente pueda ver qué es lo que pasa acá. Porque en el inconsciente colectivo, por ejemplo, las vaquitas están libres al costado de la ruta 2 comiendo pasto, bueno ese es solo el 1 por ciento de los animales: la mayoría se cría en feedlots, que son la versión contemporánea de los corrales de engorde. Entonces, para contar un poco la realidad de acá y que la gente pueda tomar una decisión más consciente de lo que elige consumir, empezamos con las investigaciones.
-¿Y también realizan rescates?
-No es tan conocido este dato, pero continuamente saltan animales de los camiones, continuamente los camiones chocan, vuelcan, con animales que van camino al matadero y también encontramos ahí una posibilidad muy grande de mostrar esta realidad, ¿no? De qué estás financiando cuando comprás carne, cuando comprás un huevo, cuando comprás lácteos, es una forma de mostrar esta información que está tan oculta. Mostrar que la gente de la zona espera al lado del camión que volcó para faenar a los animales ahí mismo, a mazazos, con un cuchillo, golpeados, lastimados, heridos, como están, ellos agarran a los sobrevivientes y se lo llevan o los matan ahí mismo.
-Pero esta realidad se oculta.
-Sí, los medios de comunicación, muchos referentes, hasta de medicina y otros siguen construyendo en favor de esta industria que produce alimentos a costo del impacto ambiental que esto tiene. Están degradando el medio ambiente como nunca ha pasado. Hoy estamos atravesando una crisis climática y la ganadería es el principal responsable. Entonces lo que buscamos es hacerle llegar a la gente, a la sociedad, que no es que es mala y quiere lastimar a los animales, la gente no tiene esta información, se oculta intencionalmente. Entonces buscamos que esté accesible y, con las herramientas que tenemos, buscar distintas maneras de que llegue.
“EL CAMBIO EMPIEZA POR UNO, Y POR TRATAR DE SER LO MÁS ÍNTEGRO Y COHERENTE CON LOS IDEALES QUE UNO TIENE”
-¿Por qué definís al veganismo como una acción política?
-Es una acción política porque es algo que nos involucra a todos y todas. Estamos yendo directo a nuestra extinción y nadie habla de eso, entonces es bueno cuestionarse un poco esto que está pasando y tiene que ver con todos y todas, con nuestros hijos y el planeta que le vamos a dejar, o el “no planeta” que le vamos a dejar. Después, desde el lado ético, como sociedad evolucionada, no podemos aceptar el someter a otras especies por el simple hecho hacerlo o por un simple interés económico, ya pasó con las mujeres y con la colectividad afroamericana. Entonces, como sociedad no podemos permitir estar sometiendo y explotando a un otro. Tenemos la opción de alimentarnos y tener una dieta perfectamente sana, sin necesidad de explotar a ningún animal.
-¿Por eso considerás que es importante hacer activismo?
-Sí, creo que tenemos el deber moral de ser activista y de mostrar esta información. Aunque el cambio empieza por uno, y por tratar de ser lo más íntegro y coherente con los ideales que uno tiene. Creo que caminar por delante una publicidad que venden hamburguesas gigantes para que la gente entré a un local de comida rápida como lo normal, realmente no tiene sentido. O aceptar que las publicidades vendan salchichas para festejar los cumpleaños de nuestros niños y niñas, cuando están incluidas en el grupo de cancerígenos número uno al igual que el tabaco por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No hacer nada al respecto, no decir nada, no solo me parece una locura, sino que no me parece una postura ética.
El pasado 8 de marzo, su compañera, Malena Blanco, recibió una terrible noticia: un camión cargado con cerdos proveniente de Santa Fe y con destino a un Matadero de Moreno, en la provincia de Buenos Aires, había volcado sobre la ruta 6, a la altura de Cardales.
-Hoy mencionabas los rescates que realizan, contanos un poco de Cielo y Oscar.
La voz de Federico cambia y hace una aclaración: “Voy a tratar de contarlo lo mejor posible, pero todavía estoy muy conmovido con lo que viví”.
-Los camiones de chanchos tienen dos pisos. El de arriba está abierto, entonces, en el vuelco, todos los chanchos de arriba estaban accesibles y la gente de la zona los agarró y los terminó de matar al costado de la ruta. Para cuando llegamos ya estaba la policía y los bomberos tratando de abrir el piso de abajo que estaba cerrado y la gente no había podido acceder. Fue una situación bastante violenta. Estaba gendarmería con los escudos e itacas tratando de frenar a la gente, que en realidad no son familias que viven en la zona, son particularmente personas con ciertas características como para poder agarrar a un animal violentamente, darle un mazazo y con un cuchillo sacarle las partes para llevárselas para comer.
-Terrible.
-Sí, estaban ahí, mostrando cuchillos y martillos así desesperados (Federico levanta las dos manos como si tuviera esas herramientas en las manos y las agita hacia arriba y hacia abajo), con un cordón policial adelante y nosotros del otro lado. Estaban ahí deseosos de eso. Eran lo más bajo de la humanidad manifestándose como una especie de barra brava esperando matar y violar básicamente.
-¿Y cuándo lograron abrir el camión?
-Cuándo abren el piso de abajo la situación fue terrible, la mitad estaban muertos, la mitad moribundos, jadeando, gritando y los chanchos son muy expresivos, son más expresivos que un perro. Podés entender perfectamente lo que está sintiendo con mirarlo a la cara, con ver sus gestos, con mirarlo a los ojos. Entonces empezaron a sacar a los vivos primero, caminando por encima de los cadáveres y de los chanchos moribundos, y con un dispositivo que es un caño con un cable de acero en la punta que hace como un nudo horca le enganchaban el hocico y tiraban para sacarlos, mientras otro lo tironeaba de las orejas, o lo pecheaba de atrás para que avance. Estamos hablando de un animal que hace más de 12 horas que se accidentó en un choque de camión, que volcó, con calor, encerrado en ese lugar, con animales moribundos, sin agua, fue una sensación muy desesperante.
Además, no nos querían dar a ningún animal, había un encargado de la ganadera con el que tratamos de hablar pero quería ceder, hasta que por suerte alguien de la policía se empatizó, se puso en el lugar de los animales, y nos cedió dos chanchos. Así que agarramos el auto, un VW Fox de un amigo activista, y los metimos en el asiento de atrás.
-¿Y qué paso al final con esos chanchos?
–Al final, a Cielo y Oscar, como fueron bautizados, los llevamos al Santuario Lxs Salvajes, en las afueras de La Plata, que es uno de los pocos lugares en el planeta en el que los animales son respetados como seres sintientes que son y que con el gran corazón que tienen los recibieron a pesar de que están desbordados de la cantidad de animales que tienen, de casos similares, cabras, cabritos, vacas, terneros, gallinas. Al final tuvieron un final feliz.
-¿Qué le dirías esa persona a la que le está dando vueltas la idea de hacerse vegano o vegana?
–Que se informen, que busquen, que la información está por más que la traten de tapar. Que la vida en general es una gran búsqueda interior, y que tengan la tranquilidad de no ser parte de un sistema de producción que esclaviza, tortura, viola y mata a otros seres sintientes.
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