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Ética policial: ¿Cómo debería accionar el personal de seguridad ante casos cómo el de Chano?


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El caso del exlíder de Tan Biónica, Santiago “Chano” Moreno Charpentier, puso nuevamente en discusión el accionar de las fuerzas de seguridad. El músico, que se encontraba en un estado de padecimiento psíquico, recibió un disparo en el abdomen cuando el oficial  Facundo Amendolara intentó reducirlo.


A raíz de esto el cuestionamiento que surge es sobre el accionar de la policía en estos casos, si existe un protocolo cuál es y cómo debe llevarse a cabo.

En relación con el uso de armas, la resolución de Seguridad indica que se recomienda “un estilo de comunicación calmo y seguro y, por el contrario, se desalienta el uso de un estilo agresivo, amenazante o confrontativo”. Para eso, remarca que “se debe evitar el uso del arma”, y que ésta “debe ser mantenida en un lugar no visible durante la contención”.

En Argentina rige desde 2013 un protocolo para actuación de las fuerzas de seguridad ante casos como el que ocurrieron con Chano, en los que están involucradas en hechos de violencia personas con problemas de salud mental o consumos problemáticos de drogas. Lo firmó la entonces ministra de Seguridad Nilda Garré y rige para las fuerzas federales, pero no todas las provincias están adheridas. De modo que no existe, en la práctica, un protocolo unificado.

Desde el Ministerio de Salud informan que en el primer cuatrimestre del año “hubo más de 4 mil llamados a la policía para intervenir en casos de salud mental”. Por su parte la Subsecretaría de formación y desarrollo profesional presentó un Lineamiento para el abordaje policial ante situaciones de crisis de salud mental enmarcadas en lo prescripto por la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 (Derecho a la protección de la salud mental) y la ley provincial 14.580. Sobre esto recomienda:

  • Reducir riesgos y preservar la seguridad física y psíquica de las personas.
  • Evitar un escalonamiento de la agresividad.
  • Generar condiciones favorables para la intervención de los equipos de salud.

Cabe destacar que en todo momento hace referencia al uso físico para el control de estas situaciones como metodología principal.

En casos de agitación, como fue presuntamente el de Moreno Charpentier, el uso de medidas de fuerza como la “restricción física” -puede ser manual o mecánica, que inmoviliza el movimiento libre de las extremidades o cabeza de una persona- sólo pueden ser utilizadas cuando “se hayan intentado previamente otras estrategias menos agresivas” destinadas proteger la integridad de la persona en estado de alteración o la de terceros.

El protocolo es claro cuando establece que “las medidas de fuerza deben consideradas como el último recurso”, y su uso es pertinente cuando las medidas menos restrictivas no resultan eficaces y cuando se producen comportamientos no anticipados y “severamente agresivos o destructivos que generan una situación de riesgo inminente para sí o para terceros”.

El protocolo describe cómo actuar ante alguien sobreexcitado y violento, con delirio o narcotizado. Dice que debe pedir refuerzos policiales, “por si es necesario ayudar a los médicos en camino a calmar a la persona y subirla forzosamente a una ambulancia”. También es una exigencia mantener distancia mínima de “dos brazos” cuando se encuentren ante un estado de agitación, no actuar de modo provocativo, establecer contacto verbal y de colaboración, e incluso explica cómo: “Utilizar oraciones cortas, vocabulario simple y estar dispuesto a repetir un mismo mensaje varias veces”.

El Dr. Tobías J. Schleider Abogado especialista en Derecho Penal y Consultor en Seguridad Ciudadana dijo: “Las policías en Argentina no cuentan con una formación adecuada para intervenir en casos como estos. Debe tenerse en cuenta que la participación de un miembro de una fuerza policial en una situación de esta clase es excepcional (aunque muchas veces el policía es el primer funcionario que llega al lugar). Sin embargo, la excepcionalidad no es excusa para que no haya formación específica, o incluso un cuerpo especial dedicado a esta clase de tarea”.


Desde el Ministerio de Salud recomiendan que ante algún caso similar los primeros contactos sean:

SAME (107)

Guardias Hospitalarias

Equipos de Atención Primaria de Salud


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