El primer torneo profesional de fútbol femenino se puso en marcha el 20 de septiembre de 2019 bajo un nuevo proceso económico que incluye salarios para algunas futbolistas. Varios equipos se ven beneficiados por esta medida, pero otros sufren graves consecuencias económicas.
Por Gianfranco Pozzuto
El fútbol es el deporte más popular de nuestro país. Los clubes realizan grandes inversiones económicas para poder generar dinero que permita que las instituciones sigan en funcionamiento. Lógicamente, los clubes no son solo lo que vemos todos los fines de semana. Detrás, existen muchas disciplinas, como por ejemplo hockey, básquet, boxeo, handball, etc. Esto los obliga a mantener las finanzas equilibradas para poder mantener su infraestructura y para abonar los sueldos de cada uno de los empleados.
Los dueños de los clubes son los socios, que aportan su cuota mensual todos los meses. Los ingresos más importantes de los clubes vienen de la mano del fútbol masculino; publicidad, televisación, venta de jugadores y premios por disputar o ganar competencias. Es la principal fuente de ingresos, pero también la de los egresos, lo que provoca que las finanzas no sean para nada alentadoras. Muchos clubes presentan deudas millonarias, lo que afecta directamente a todas las disciplinas. Esto provoca un estancamiento en el crecimiento general. Los ingresos son muy pocos y la mayoría de los equipos de Argentina poseen sus números en rojo.
Sin embargo, el presidente de la AFA, Claudio Tapia, impulsó la idea de profesionalizar el fútbol femenino: “Siempre dijimos que íbamos a ser una gestión inclusiva. Esta Asociación tiene un solo compromiso; hacer un futbol mejor”, afirmó. Profesionalizar el fútbol femenino significa tratar de que las jugadoras puedan cobrar su respectivo sueldo por jugar. En marzo de 2019, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) firmaron un acuerdo entre los 16 clubes de primera división del fútbol femenino que consistía en que cada equipo debía firmar ocho contratos profesionales con un salario mínimo de $15.000. También, la AFA decidió otorgar un subsidio de $2.800.000 para cumplir con el pago de los contratos profesionales de las futbolistas. Este contrato tiene vigencia hasta junio de 2020.
Esta decisión obligó a que los clubes realicen un importante esfuerzo económico. Algunas instituciones estuvieron en condiciones de hacerlo, pero otras sufrieron grandes consecuencias. Un claro ejemplo es el de Excursionistas. El Villero no es un club con un gran poderío económico. Para poder disputar el torneo, debió firmar los contratos pactados, pero la realidad es que la disciplina se encuentra en una situación alarmante.
Bárbara Pittera, jugadora del club, comentó: “En nuestro caso, los contratos que firmó el club se reparten entre todas por igual. Nos queda algo así como un viatico”. Lógicamente, los ocho contratos firmados por Excursionistas no son del mismo monto que Boca y River. Esto genera una gran desigualdad deportiva. Los clubes con más poderío económico, apuestan fuertemente con importantes sumas de dinero para poder consagrarse campeón. Pero los equipos más humildes, solo cumplen con los requisitos mínimos para poder participar: “La diferencia entre los grandes clubes y los chiquitos como nosotros es muy notoria. No poseemos la misma infraestructura. Por más apoyo del club que podamos tener, lo que se brinda no se acerca ni un poco a lo que River y Boca brindan a sus jugadoras”, afirmó Pittera.
Este primer paso de que el fútbol femenino sea profesional es una gran iniciativa, pero todavía no podemos hablar de una disciplina en la que las jugadoras puedan vivir del deporte: “Ninguna de nosotras vive del fútbol, todas necesitamos trabajar y algunas además estudiamos. No llegamos al entrenamiento de la misma manera que las que están en su casa descansando hasta el horario de entrenar”, sentenció Bárbara.
El gran desafío del futbol femenino es que empiece a ganar popularidad. En varios casos, asistir a ver un partido es gratuito para los socios o la entrada tiene muy bajo costo. Pero la organización diagrama los partidos, en grandes ocasiones, en días de semana y en horarios inaccesibles para el grueso de la gente. Solo se disputan ocho partidos por fecha. Lo ideal sería distribuirlo entre viernes, sábado y domingo. También, otro factor en contra son las transmisiones de los partidos. TNT Sports, dueño de los derechos televisivos, solo emite tres partidos. Lógicamente, como también son dueños de los derechos de la Superliga Argentina del fútbol masculino, los tiempos para transmitir los partidos son reducidos. Lo ideal sería que un segundo canal se complemente con TNT Sports para tratar de transmitir la totalidad de los partidos.
Debido al Coronavirus, la competencia se dio por finalizada sin campeón y sin descensos. También, desde AFA notificaron que el subsidio de $2.800.000 no será renovado después de junio. Jorge Barrios, presidente del fútbol femenino, comentó: “Si no hubiera pasado esto de la pandemia de coronavirus nos podíamos sentar a charlar sobre renovar el subsidio, pero hoy la AFA no está en condiciones de pagar $2.800.000 por un campeonato que además no se va a jugar hasta enero o febrero del año que viene”.
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