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HUBO UN TIEMPO QUE FUE HERMOSO


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Tras el año y medio de gestión del PRO a nivel nacional, los estudiantes secundarios de todo el país disminuyen su participación política.

Por Laura Molina y Vedia (@Lauritamyv)

“Nosotros ya no existimos. Dejamos de ser lo que solíamos ser”, cuenta Federico Rudi, vocero de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini cuando se le pregunta por  la Federación de Estudiantes Secundarios (FES) y por la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB). Ambas habían logrado nuclear más de 100 colegios secundarios en la Capital Federal y a más de 200 a lo largo y ancho del país entre 2011 y 2014. Al día de hoy ambos no logran organizar más de tres escuelas. “Antes éramos una masa consciente de nuestra realidad que salía a exigir a los cuatro vientos lo que nos correspondía, ahora somos un par de gatos locos los que seguimos insistiendo en que la forma de transformar nuestra realidad es con la política como herramienta”, dice con tristeza.

La política solía marcar la agenda del movimiento secundario antes del cambio de gestión nacional. En la Ciudad, en 2011 más de 30 colegios fueron tomados por sus alumnos bajo la consigna  No a los recortes de presupuesto. En 2012 superaron los 50 generando un record para la lucha estudiantil pidiendo la correcta aplicación de la Ley Nacional de Educación (LEN) y exigiendo al Ministerio de Educación de la Ciudad, encabezado por el actual ministro de educación nacional Esteban Bullrich, la nivelación para arriba y no para debajo de las cajas curriculares en las instituciones. “La LEN proporcionaba un piso de cantidad de materias que deben tener las currículas en todas las escuelas a nivel federal. ¿Por qué? Porque había provincias en las cuales la educación era muy pobre y se debía poner en igualdad de condiciones con las demás ya que con esta ley los títulos técnicos eran reconocidos en todo el país. El problema fue que en la Ciudad, como el nivel era muy avanzado, en vez de dejarlo como estaba o mejorarlo, se lo bajó hasta llegar al piso base de la ley”, cuenta Lautaro Gjik, ex presidente del Carlos Pellegrini. Actualmente, en el marco de la lucha docente, de la falta de infraestructura en los colegios, de la anulación de becas y de persecución política son solo 11 los colegios que fueron tomados por sus alumnos a lo largo de lo que va del año.

Un informe generado por Programa de Organización Estudiantil y Centros de estudiantes, creado obligatoriamente por la Ley Nacional 26877 en 2014,  informó que aumentó el crecimiento de los centros de estudiantes de un 2991 a 4678 (56.4%) de 2014 a 2015, y que durante esos años el porcentaje de escuelas con alumnos organizados en centros  llegó a ser del 34.22%, es decir que 4678 de 13671 escuelas tiene una organización estudiantil conformada e institucionalizada. Ahora, tras la baja del programa, la intervención política estudiantil disminuyó en Capital Federal y en el resto del país. Juan Sebastián Alonso, ex encargado del programa en el interior de la provincia de Buenos Aires, confirmó esto y aclaró con enojo: “Trabajamos durante casi dos años ayudando a los estudiantes a informarse legalmente para enfrentar a las autoridades conservadoras. Hoy esas autoridades salieron ganando apoyadas por el gobierno, en todo lo que va de la gestión macrista no se creó ni un centro de estudiantes y eso habla de hacia donde apuntan sus intereses. No quieren una sociedad crítica ni una juventud consciente, quieren un país que solo asienta con la cabeza”.

Se se conoció como 0800-Buchón, una línea gratuita para denunciar “la intromisión política en los colegios secundarios” y aun así el movimiento estudiantil no paró de crecer durante ese año. Hoy en día, con el aval del gobierno nacional, sigue existiendo el mismo intento de disciplinar mediante el miedo: en el Mariano Acosta y en la Técnica 27, mientras los alumnos realizaban clases públicas apoyando la lucha de sus docentes, la policía ingresó armada a las instituciones para “evitar” que los alumnos luego de la actividad realizaran una marcha o corte de calle.  “Nos duele a sobremanera la persecución política. Esto que sucedió no es menor, se da en el marco del ingreso de la policía a la Universidad de Jujuy y la detención ilegal de dos compañeros que se encontraban en la misma, la represión a la instalación de la escuela itinerante en Plaza de los dos Congresos, y a las manifestaciones contra el ajuste implementado por este gobierno”, informó el centro de estudiantes del Mariano Acosta a través de su cuenta de Facebook, haciendo referencia a la violencia por parte del gobierno frente a la escuela pública y a su comunidad de alumnos, docentes y padres.

“Los centros de estudiantes tuvimos un retroceso por miedo y  por desorganización. Pero más importante aún, el retroceso se dio porque dejamos de tener un Estado presente y que nos incite mediante leyes y programas a participar en la política” asegura el Chino Rinesi, encargado de La Cámpora Secundarios en Capital Federal. “Antes teníamos una presidenta que nos decía que el mejor lugar en donde teníamos que estar era la política. Ahora tenemos un presidente que desvaloriza la educación pública y cree que la elección de la misma no es porque nos da orgullo, sino porque caímos en ella”, afirma.


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