Bélgica tiene un poco más de 11 millones de habitantes. Actualmente, el ranking FIFA la ubica en el puesto número 3, detrás de Alemania y Brasil. Sus jugadores son los segundos más valorados en el mercado: su valuación supera los 600 millones de euros, según datos del mercado. ¿Cómo puede un país tan pequeño producir una generación de oro?
Por Santiago Maneiro (@santiimaneiro)
En 1998, la Federación belga puso en marcha un programa de alto rendimiento (Foot-Elite) para monitorear y potenciar el desarrollo de los mejores futbolistas cadetes y juveniles de todo el país. Thibaut Courtois, arquero de Chelsea, y Kevin de Bruyne, volante de Manchester City, son algunos de los jugadores que pasaron por este programa.
“No hay nada de casualidad, es el trabajo decidido de casi veinte años”, dijo Bon Browaseys, DT de Foot-Elite. Esta federación busca el desarrollo individual de cada jugador. No forman equipos. Evalúan el progreso en objetivos medibles que se analizan día a día. Además, hacen una planificación de cada jugador con sus fortalezas y debilidades en su juego. Divide en tres categorías a los niños de 11 años (Maduración adelantada, promedio y tardía), ya que el proceso homogéneo no es igual para todos. Algunos se desarrollan antes y otros más tarde.
La Federación belga se adaptó al futbol moderno. Imitó los proyectos de España y Alemania e implantó la formación 4-3-3 en todas sus categorías. Cambió el fútbol 7vs7 por el 8vs8 en las categorías inferiores.
Los “Diablos Rojos” están en deuda tras el fracaso en la Eurocopa de Francia 2016, donde cayeron en cuartos de final frente a Gales. Basada en la maduración de su mejor generación, Bélgica asoma como uno de los candidatos a quedarse con la Copa. En Brasil 2014, fueron eliminados por Argentina, también en cuartos de final. Lo más lejos que llegaron en la historia de los mundiales fue a la semifinal de Mexico ’86. A esta generación de oro no le queda mucho camino por recorrer. ¿Podrán superar lo hecho en México 1986?
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