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LA PRIMERA FINAL: “VILAS FUE UN EJEMPLO”


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-¿Cuándo comenzó a trabajar como preparador físico?
-En 1968; Ernesto Ríos (extenista de Copa Davis) me dio algunos jugadores para trabajar en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. En el año 70 pasé a trabajar en el Tenis Club Argentino y estuve cinco años. Luego, fui al Buenos Aires Lawn Tennis y trabajé cerca de 25 años.
-¿En el 70 conoció a Guillermo Vilas?
-En ese entonces, Vilas venía los fines de semana a Buenos Aires y, cuando terminó el colegio secundario, vino a vivir a una pensión de estudiantes que estaba en Belgrano. Me fue a ver al Tenis Club Argentino para trabajar conmigo y ahí comenzó la relación fluida con él.
-¿Cómo fueron los primeros años de entrenamiento?
-Felipe Loccicero (primer entrenador de Vilas) me vino a consultar porque Guillermo era un chico con el tren inferior hipertrofiado y sufría mucho de calambres. Querían solucionar ese problema, además de incrementar la condición atlética porque apuntaban a un tenis internacional de alto rendimiento. Buscamos una forma atlética de acuerdo a las aspiraciones que tenía de joven. No todos los deportistas sueñan con ser el número uno. Guillermo de chico ya tenía ese objetivo en la cabeza, entonces teníamos la idea de un trabajo a largo plazo.

Juan Carlos Belfonte, PF y consejero de Vilas.
Juan Carlos Belfonte, PF y consejero de Vilas.

-¿Cuál fue el punto de inflexión en su carrera?
-El punto culminante, tanto personal para él como para el tenis en general, fue cuando ganó el Masters de Australia en 1974. Una conquista impensada para todos, lograda en césped, una superficie en la que pensaban no podía jugar. Fue la apertura para que un aluvión de aficionados se largara a la práctica del deporte.
-Vilas declaró que lo peor que se le podía decir a usted era “estoy cansado”. ¿Eran fuertes los entrenamientos?
-Considero que todo entrenamiento deportivo abarca la parte atlética, técnica, táctica y evolutiva, pero yo he tratado de inducir la idea de la superación personal donde la expresión “no puedo” no debería existir. Siempre había un margen más para el esfuerzo y Vilas fue un ejemplo en ese aspecto.
-¿Cómo era la preparación para los partidos de la Copa Davis?
-La ventaja mía era que tenía a los jugadores bajo mi control durante el año. Si éramos locales, nos juntábamos diez días o una semana antes, de acuerdo al calendario de los jugadores. Si era en el exterior, yo viajaba con anterioridad para completar la preparación.
-¿Qué recuerdos tiene de la edición de 1981?
-Tuvimos momentos muy buenos, lamentablemente no pudimos llegar a la conquista de la copa. Estados Unidos era un equipo fuerte y nos tocó perder.
-¿Cómo eran los entrenamientos con Vilas y Clerc?
-Trataba de trabajar por separado y siempre mantuve una buena relación con los dos. Muchas veces en el medio de la confrontación, se producen rispideces o disidencias, pero siempre he tratado de mirar por encima de las pequeñas miserias que nos atañen a todos los seres humanos. Hubo momentos duros y difíciles, diferencias con la Asociación, pero eso nunca fue óbice para que pudiera desarrollar mi trabajo con los jugadores.
-¿Sabe por qué se produjo el conflicto entre ellos?
-Tengo una idea, pero interferiría con las decisiones y declaraciones que ellos tomaron en su momento. Siempre en un circuito tan competitivo entran las opiniones de los entornos que manejan a los jugadores, entran los celos y la envidia. Creo que detenerse en eso es opacar lo más importante, que no son los logros y los triunfos, sino el crecimiento del deporte.
-¿Este año se dará el título de una vez por todas?
-En tenis es muy difícil saberlo porque es un deporte impredecible. Esperemos que los jugadores lleguen en un buen estado y hasta que se juegue la final no suceda ningún inconveniente. Es una competición dura y, jugando Croacia de local con la superficie a favor, será complicado. Igual, los muchachos han representado bien a la Argentina, más ahora que Del Potro está pasando otra vez por un gran momento. Aunque los profesionales debemos ser cautos porque es una competición estresante, yo confío mucho en el equipo argentino, valoro realmente la gran campaña que hicieron este año y les deseo el mejor de los éxitos.


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