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LA ÚLTIMA GRAN TRAGEDIA


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Desde 2011, cada 13 de noviembre los fanáticos y pilotos del Turismo Carretera recuerdan dolorosamente ese domingo en el cual “El príncipe” de Las Parejas, Guido Falaschi, murió en un trágico accidente en plena competencia.

Por Brenda Haffner

foto-1Graciela Santilli, nunca miraba las carreras de su hijo, Guido Falaschi. Desde que él era pequeño su trabajo como mamá era estar en los boxes, acompañarlo, cocinar y rezar.

El 13 de noviembre de 2011 fue, como siempre, a Balcarce a apoyar al motor de su vida en la fecha número 15 del TC que se disputaba en el autódromo Juan Manuel Fangio. Poco sabría, que esa carrera que no miraba, sería la última. “Guido, ¿estás bien? Guido contesta!” fueron las palabras que interrumpieron su rezo.

Toda la semana previa y el mismo fin de semana del evento, las condiciones de seguridad del autódromo habían sido cuestionadas. “Siempre faltaba algo”, comentaban los pilotos. Sin embargo, el que compite sabe que el automovilismo es un deporte de riesgo y decidieron correr igual. El viernes 11, un auto quedo destruido. Fue Agustín Canapino quien tentó al destino chocando a 250 kilómetros por hora, pero salió ileso.

El domingo transcurría como siempre, la gente disfrutaba del fin de semana repleto de automovilismo pegada al alambrado del autódromo. Las parrillas de los boxes ya estaban con el fuego prendido, los equipos comenzaban a guardar sus herramientas  y la organización armaba el podio. La carrera estaba terminando.

De los 36 autos que competían, Mauro Giallombardo estaba ganando la final. Sin embargo, tenía mucha presión del segundo. “El Príncipe” como todos le decían a Falaschi, que estaba a menos de un segundo de diferencia y también quería la victoria.

Martín Ponte, piloto que estaba logrando una buena carrera, hizo un trompo debido a la suciedad de la pista y quedó en el puesto 33. “Me avisaron por radio que había pasado algo en un sector, que bajara la velocidad y estuviera  atento”, expresó a Eter Digital mientras recordaba el accidente.

El entrerriano Ponte llegó al lugar 30 segundos después de que todo pasara, y no tenía visión por la cantidad de tierra que había en el aire. “Había muchísimas gomas y partes de auto por todos lados, no entendía nada”, contó.

Antes del accidente, Leonel Larrauri se despistó entrando a una curva y volvió a ingresar a la pista. La tierra que levantó ese despiste hizo que “El príncipe”, intentara esquivar el auto rezagado de Leonel. Pero eso no sucedió. Tras no poder controlar su Ford, chocó con un cartel y continuó hasta golpear con los neumáticos de contención, paradójicamente, lo devolvieron a la pista.

Guillermo Ortelli, uno de los pilotos de más renombre en el país, chocó a Falaschi en ese trayecto haciendo que éste quede cruzado en la pista. En medio de un panorama de locura en el que volaban gomas, chapas, y la tierra impedía la vista del resto de los 30 pilotos que todavía seguían a gran velocidad,  también fue embestido fuertemente por Néstor Girolami.

Mientras los banderilleros agitaban banderas rojas que indicaban que la carrera se daba por finalizada, todos corrían. Pilotos  se habían bajado de sus autos para ir a buscarlo, la ambulancia, periodistas, gente del público. Sabían que tenían que asistir a Guido. Lo único claro era que algo grave había pasado.

Juan Manuel Silva fue el primero en asistirlo, y es la última persona con la que habló el piloto del Ford número 16. “Tengo mucho calor”, le dijo Guido cuando llegó y logró levantarle la visera del casco. A su vez, Silva notó que tenía sangre en el buzo antiflama, en el pecho, abdomen, y en la nariz. “Tardaron muchísimo tiempo en sacarlo del auto y llevárselo”, coincidieron tanto Graciela, como Ponte.

Las transmisiones de radio y televisión continuaron, e informaban con discreción sobre el tema. Hasta que hubo un momento que dejó a muchos sorprendidos. “Ay, noooo” se escuchó en la transmisión del movilero de Largaron por AM 950. Cuando llegó al lugar del accidente, se escuchó: “tapalo, tapalo que está muerto”.

En el momento nadie sabía nada, el médico había comenzado a realizarle masajes cardíacos hasta que lo subieron en camilla a la ambulancia. “El médico hizo de chofer, mi hijo fue solo atrás hasta el hospital”, contó Graciela, quien se dirigió al hospital en otro vehículo,  ya que nadie de la categoría se ofreció a llevarla mientras ella hablaba con su esposo que no estaba en Balcarce.

El ganador de la carrera, Giallombardo, lloraba de emoción y felicidad en el podio tras haber conseguido la victoria. Todavía no estaba enterado del grave estado de su compañero.

“La sala de espera del hospital con su familia fue lo peor que tuvo ese fin de semana de mierda”, expresó con enojo Ponte. Los pilotos que no se habían detenido en la pista debido a la gran cantidad de gente, nunca se enteraron que había pasado. “Cuando me bajé del auto me puse a hablar y nadie me contestaba”, comentó con la voz quebrada.

“Guido se fue”, le dijo una persona del equipo en el que corría su hijo a Graciela. No le habló ningún médico, ni ninguna persona de la categoría, solo un miembro del ex equipo HAZ Racing Team (actualmente PSG-16, Por siempre Guido 16) fue capaz de avisarle que su hijo había muerto.

“Solamente me hablaron para pedirme mi cuenta bancaria para hacerme un depósito, a lo cual me negué”, relató furiosa Graciela, que lo único que pide hasta el día de hoy son respuestas. ¿Por qué el autódromo se habilitó para correr si las gomas de contención no estaban bien? ¿Por qué nadie fue con su hijo en la ambulancia haciéndole masajes cardíacos? ¿Por qué el médico que lo atendió le tomó el pulso con guantes de piloto y anteojos de sol puestos?

Son muchas las preguntas que se hizo y continúa haciéndose Graciela, sin obtener respuestas.  Quiere, ruega y necesita saber por qué murió Guido, porque de qué murió, ya lo sabe, se lo comunicaron en la autopsia.

Guido, a quién todos en la categoría extrañan, es el último piloto en protagonizar un accidente fatal en el automovilismo nacional y deja mucho que pensar. ¿Realmente se mejoró la seguridad en los autódromos desde ese momento? ¿Está preparada la categoría para afrontar una situación así nuevamente? Los pilotos creen que se mejoró un poco la situación, sin embargo, el miedo continúa. “La semana que viene corremos en el circuito de Rosario y todavía no está terminado, ¿cómo se va a estar tranquilo así?”, expresó Ponte.

A los pilotos solo les queda esperar, y pensar que nada va a volver a salir mal. Así como espera Graciela respuestas sobre la muerte de su hijo.

 


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