Mano a mano con el presidente del partido justicialista en el distrito que mayor porcentaje de votos le aportó al frente de todos en las PASO.
Por Marcelo Rodríguez
Eduardo Alessi abre la puerta de su departamento y saluda amable con un “buenos días”, mientras comenta que llegó hace unos minutos: “Había salido a caminar”.Lo primero que se ve al ingresar al living, es un cuadro con una foto de Néstor y Cristina Kirchner. Alessi es un hombre clave; militante peronista desde su juventud, fue uno de los artífices del armado que llevó a la victoria en 2015 al actual intendente Gustavo Menéndez, destronando luego de 24 años a Raúl Othacehe.
-Costó mucho rearmar la unidad del campo nacional y popular, y es sabido que Merlo fue muy importante en ese armado. ¿Se puede decir que en Merlo nació la unidad?-
-Sí. Nosotros a eso lo sentimos como propio. Desde un primer momento supimos que todas las frases eran duranbarbismo puro. El segundo semestre, la luz al final del túnel, los bolsos de López y demás cuestiones blindadas por los medios hegemónicos que también son responsables. Toda esa revolución de la alegría tenía un techo. ¿Por qué todo eso iba a tener una consolidación en la sociedad? hablaban que habían llegado para quedarse y que era el final del peronismo, mientras haya una injusticia el peronismo tiene su razón de ser.
Nosotros sabíamos que era difícil pero el tema de la unidad de todos los sectores había que plantearlo, porque humildemente podíamos aportar nuestra experiencia en Merlo. Un gobierno que estuvo durante 24 años en mano de un personaje nefasto, un mafioso, alguien que hizo de la municipalidad un coto de exclusiva pertenencia, de él y de su familia, y le ganamos después de hacer un proceso de maduración y de unidad. Y no fue solo para ganar una elección, sino también para agarrar un municipio diezmado y levantarlo.
-Normalmente estos procesos se dan al principio, y luego eso se va diluyendo, ¿no?-
-Claro, pero nosotros no sólo lo mantenemos, sino que lo profundizamos. También esto lo planteó el intendente Gustavo Menéndez en su paso por la presidencia del partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. Trabajamos sobre la encíclica del Papa, que dice que “la unidad es superior al conflicto”. Ningún conflicto se supera desde la dispersión, esto va más allá de una contienda electoral. El Frente de Todos lo componen más de 15 partidos, sindicatos, movimientos, sectores sociales, gobernadores, intendentes, y sobre todo la principal dirigente de la política de la Argentina que es Cristina Kirchner. Nos duele esta realidad. Cuando perdíamos el balotaje sabíamos lo que se venía. La falta de trabajo para un distrito como el nuestro, no solo condena al desocupado de hoy, sino a toda la familia y a generaciones futuras, no es tan fácil que esos chicos vuelvan a dejar de alimentarse en el comedor y vuelvan a comer con sus viejos. No es fácil volver a conseguir trabajo.
El setenta por ciento de la población rechaza este modelo económico, pero es muy difícil que todo ese rechazo a Macri vaya a consolidarse en una sola persona, es la realidad. El campo popular fue muchas veces diezmado.
-En los primeros momentos de la aparición pública de Menéndez a nivel nacional, como presidente del PJ, fue muy criticado por acercarse a sectores que se los consideraba estar en otra vereda ideológica y finalmente la fórmula del Frente de todos fue presentada por primera vez con un acto multitudinario en Merlo. ¿Cómo analizás ese proceso?-
-Nosotros no claudicamos nunca en la disputa ideológica y en la construcción política contra Macri y Vidal, pero al mismo tiempo estaba la responsabilidad de gestionar y dar respuestas. Las críticas venían de sectores que nunca estuvieron comprometidos ni con la recuperación de la democracia en el distrito, ni con la gestión. Nuestra resistencia también fue desde la gestión. Muchos oportunistas de la política nos acusaban de no ser claros en nuestra pertenencia. Vos nos conoces, hace 40 años que pensamos lo mismo.
Creo que en la presentación de la fórmula de Alberto y Cristina en Merlo, se premió la consecuencia, la responsabilidad de gestionar y a la vez dar respuestas políticas en momentos de incertidumbre y de tinieblas. También Merlo fue uno de los distritos que más votos aportó a las fórmulas nacionales y provinciales en 2015, levantamos 14 puntos entre las generales y el balotaje. Militamos casi sin recursos.
-Con el movimiento que hizo Cristina, ¿consideras que no pierde la centralidad política?-
-Ese movimiento tuvo una onda expansiva para adentro y para afuera. Esto se ve muy pocas veces en la construcción política. Marcó el escenario de discusión. Nuestro adversario es Macri. Nosotros trabajamos para que aquel que ha sido fuertemente perjudicado por este gobierno, aquel que no tiene esperanzas, aquel que no come, también se incorpore a la política. Para nosotros la ideología no es como las estrategias de los vendedores ambulantes, que se aprenden un discurso muy bien elaborado para venderte algo que después quizás no te sirve para nada- con todo el respeto que se merece ese oficio- pero pensamos que la ideología se demuestra con los hechos y dando el ejemplo, mejor que decir es hacer.
-¿Cómo un gobierno por haber ganado una elección, tiene el plafón para endeudar al país en 190 mil millones de dólares en 4 años? ¿Y cómo se hace para que legalmente esto no vuelva a suceder?
-Lo endeudó de manera irregular, no pasó por el Congreso. De esto el Fondo Monetario Internacional (FMI) también tiene que hacerse cargo. Somos el país que más se ha endeudado. Parece que somos el único cliente del boliche que va a comprar vino a cualquier hora y te lo venden a cualquier precio. Se tienen que hacer cargo ellos y nosotros tenemos la responsabilidad de plantearlo. Si bien el acuerdo lo hace un gobierno elegido por el voto, y eso da un marco de legalidad, no deja de haber sido tomado a espaldas del pueblo. Igualmente primero hay que ganar las elecciones. Después, saber que el verdadero empoderamiento del pueblo es cuando se lo protege. Nosotros tenemos una constitución que es de 1853 y a esta altura es ilegítima, producto de la derrota sufrida por el gobierno federal de Juan Manuel de Rosas por fuerzas extranjeras. De ahí en más han sido todos remiendos. Salvo la constitución del gobierno peronista de 1949, que aún hoy sigue siendo un orgullo en el mundo entero al plantear los derechos que hacen al conjunto de la humanidad, después lo primero que hicieron los gobiernos golpistas fue derogar y son los mismos que hoy gobiernan teóricamente en forma democrática. Después nunca más se tuvo la fuerza y los acuerdos necesarios del campo popular para poder implementarla. Pero la reforma constitucional hay que hacerla. El tema del endeudamiento es un tema constitucional, no lo puede determinar el presidente por sí solo, junto al ministro de economía, que generalmente en estos gobiernos, es empleado del FMI.
-¿Entonces abrís la puerta a la posibilidad de una reforma constitucional?-
-Es una necesidad, tenemos que plantearlo. Por ejemplo, el Estado debe tener un mayor control en la generación y distribución de energía, tiene que estar en beneficio del pueblo, no puede estar en manos de unos piratas. Las tarifas son impagables y confiscatorias. Tiene que haber un marco regulatorio. Hoy la gente está endeudada para pagar la luz y el gas. ¿Por qué no podemos plantear constitucionalmente que en las casas de los trabajadores las tarifas no pueden pasar un porcentaje de sus sueldos? Esto tiene que servirnos de experiencia. Nosotros tomamos un país prendido fuego y lo hemos convertido en un país normal, donde los trabajadores tenían previsibilidad, desde cambiar el auto a comer un asadito el domingo y, como bien dijo Cristina en un momento, estos tipos nos desorganizan la vida.
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