Laura Corriale se conectó con ETER Digital para contar su experiencia como narradora de Rusia 2018. También habló sobre su trabajo en ESPN, en Prensa del club de Parque Patricios y de lo que significa ser la locutora del Ducó.
Por Lucas Pezzani, Nicolás Paura, Cristian Morales Fernández y Belén Longueira
En agosto de 2016, Huracán estaba a punto de jugar de local un partido por el campeonato, cuando se generó un problema: cuando faltaban tres horas para el puntapié inicial, los parlantes del Tomás Alfonso Ducó estaban a punto de quedarse mudos. El locutor que debía hablar no aparecía. En las tribunas nadie estaba enterado, hasta que se oyó una voz, la de una mujer, algo impensado en ese entonces. Los dirigentes tomaron una decisión nunca antes elegida: en vez de un hombre, llamaron a Laura Corriale para ser la voz del estadio.
-Laura, ¿cómo fue que llegaste a relatar un partido de fútbol? ¿Qué hechos claves pasaron en tu vida para llegar a ese momento?
-Nací en Parque Patricios, mis papás son fanáticos de Huracán. Siempre estuve muy ligada al club, al barrio y sobre todo, fui socia del Globo. También me crié escuchando todo el día la radio, con exponentes tremendos como Héctor Larrea y Fernando Bravo. Por eso no fue ninguna sorpresa que después de quinto año quisiera estudiar Locución. Fue muy particular cuando me anoté: entraban 65 personas y tenía el número 66; o sea que no ingresaba, pero se dieron cuenta que habían repetido a una alumna y me llamaron una semana después para comunicarme que estaba adentro. Fui haciendo radio partidaria de Huracán, me recibí de locutora, hice el curso de relato deportivo en Eter con Néstor Central y Leo Gentili. Quedé con muy buena relación con ellos. Néstor me llamó un día y me convenció de relatar en un proyecto feminista. Así fue como relaté el Mundial 2018 para Radio FM La Tribu. La transmisión era de mujeres y la idea era compartir contenidos sobre qué pasa con la violencia de género, con las relaciones laborales o la ley de interrupción de embarazo y así, con todos los países que Argentina iba enfrentando.
-¿Cómo fue el momento que compartiste la noticia con tu familia de que ibas a ser la Voz del Estadio de Huracán?
-Tremendo, llanto y más llanto, de mi mamá por sobre todo. Fue súper emotivo, amo a mi club, amo lo que representa. Todo pasó porque el mismo día de ese partido, la persona que estaba siendo voz del estadio desapareció, no lo encontraban por ningún lado. Entonces, me llamaron tres horas antes del encuentro y me dijeron: “Venite Laurita que te necesitamos”. Corté el teléfono, le comenté a mi mamá sin entender bien qué pasaba y me fui para la cancha. Mi familia me grabó cuando hablaba, mi hermano comentaba en la tribuna que era yo la que hablaba por los parlantes, mis amigos venían a saludarme… Fue muy emotivo. Me sentí muy acompañada y ver el orgullo de mi familia fue muy lindo.
-¿Cuál es tu principal orgullo de lo que hiciste en tu carrera?
-Haber llegado a todo lo que fui haciendo me pone muy feliz y muy orgullosa. Primero, por mi edad. Entré a estudiar Locución de muy chiquita, así que con eso ya corría desde atrás. La verdad, todo me enorgullece y me pone feliz. Haber sido Jefa de Prensa del club del que soy hincha también está buenísimo. La Voz del Estadio, ni hablar. Porque encima es lo mío. Estoy súper orgullosa de poder hacer eso. Lo que me enorgullece es tener laburos de lo que estudié. Me parece un privilegio, y poder ser voz de la cancha y que el Ducó tenga voz femenina me llena de felicidad.
-¿Qué cambia de hacer periodismo partidario a ser jefa de prensa de un club?
-Muchísimo. Tenés que empezar a pararte del otro lado del mostrador. Por ejemplo, desde el punto de vista de los resultados deportivos, ganar 5 a 0 un clásico o perder 10 a 0 por Libertadores, no cambia. Vos tenés que hacer que toda la comunicación adentro del club funcione, que la conferencia de prensa funcione, que los periodistas estén bien atendidos, sean del cuadro que sean, tengan la opinión que tengan y aunque se hayan quejado el día anterior en su programa que les diste una acreditación y ellos pidieron cuatro. Siempre con cordialidad, siempre con mucho respeto. No quiere decir que no lo tuviera en el periodismo partidario, pero a veces uno se puede dar otras licencias de juzgar ciertos rendimientos deportivos. Cuando estás del otro lado, sos hincha, seguís amando a tu club, pero el profesional tiene que estar adelante siempre. Si no estás de acuerdo con el rendimiento de un jugador, no podés decirle nada. Tenés que seguir con tu cara de feliz cumpleaños. Eso cambia, tener que separar el profesional del hincha.
-¿Cuál fue la clave para que llegar al lugar en el que estás hoy?
-Ser cabeza dura y seguir. A veces el machismo, nos tira para atrás a las mujeres. Yo también había dejado curriculums en ESPN en su momento, y hoy se dio trabajar ahí. Uno nunca sabe, hay que seguir para adelante. A veces uno se puede desanimar, vas a querer mandar todo al demonio. Vas a ir laburando de otras cosas, por supuesto. Yo tuve trabajos que nada que ver con la comunicación. A veces parece que decís: “Ya fue, a mí no me llega nunca. Hago otra cosa”, pero no, todo llega. Hay que seguir insistiendo, puede pasar mucho tiempo pero tarde o temprano hay algo, algún ladrillo que se puede empujar y entramos.
LAS MUJERES Y EL PERIODISMO
-¿Cómo fue insertarse en la cultura machista que tiene el fútbol?
– En la experiencia del Mundial estábamos todas las mujeres muy juntas, con una idea muy marcada de lo que queríamos, entonces ahí no sentimos tanto eso. Ya en otros ámbitos sí es más difícil porque estás más sola. Ser jefa de prensa del club no siempre es tan fácil. Estás en un club lleno de ideologías y no es tan simple. Te encontrás con días que es muy difícil y querés dejar todo, pero siempre son más satisfacciones que los posibles bajones que te podés encontrar.
– Mencionaste los prejuicios que padecen las mujeres dentro del ambiente. ¿Creés que influye en que no haya tantas ejerciendo la profesión?
– Sin dudas que influye. En la actualidad somos siete voces femeninas del estadio y eso es muy poco. Hay miedo porque es difícil ser mujer en este ambiente. Hay muchas cosas que pasan y no se ven, y no podés decir nada para defenderte porque el que te lo dice, está avalado por un contexto. De todas maneras, se avanzó bastante, pese a que falta. Celebro ver mujeres en el periodismo.
– Desde tu experiencia, ¿cómo creés que se puede romper el miedo y qué consejo darías para las mujeres?
– Eso se rompe laburando y demostrando que sí podemos. Quizás tenemos que aguantar el ninguneo, pero es cuestión de tiempo. Hay que ser optimista. En los medios están apareciendo más mujeres. En ESPN, por ejemplo, apareció Morena (Beltrán), que sabe muchísimo y está ahí defendiendo su lugar con conocimiento. Tenemos que defender lo nuestro con profesionalismo y darle para adelante.
– ¿Qué relatora o periodista te gusta?
– No hay un parámetro de relatora que me guste porque no hay muchas, pero dentro del periodismo me parece que Viviana Vila es muy buena y viene defendiendo su lugar hace mucho. Jésica Dorado es muy capaz. Además, Luciana Rubinska y Ángela Lerena son brillantes y muy inteligentes. Conducen muy bien.
-¿Qué consejo darías a una mujer que transmite en la cancha rodeada de hombres?
-Muchas veces, además del machismo, existe en nuestra propia cabeza esto de prejuzgar de “si me equivoco seguro va a decir que es porque soy mina”. Nosotras mismas tenemos que permitirnos saber y hacer lo que sabemos. Si estudiaste y tenés tu formación de periodista deportiva, si sabés lo que estás haciendo, confiá en lo que vos sabés hacer. Y si te equivocás, te vas a equivocar como lo va a hacer el flaco que está al lado tuyo. No hay que estar tan pendiente de lo que el otro te diga. La mala noticia es que por más que lo hagas perfecto, si el otro es machista y te quiere criticar en su condición de machista va a buscarte algo por más que hayas sido perfecta. Hay un montón que no, pero esa mirada la vas a tener del que la quiera tener. Yo laburé de periodismo partidario y eran todos varones. Viajaba con ellos y hacía las cosas con ellos. Siempre tuve una recepción divina por parte de los chicos. A veces hasta era yo la que llevaba las riendas del proyecto y los pibes ahí, atrás o al lado, pero siempre para adelante. No todos son despectivos en cuanto a nuestra labor.
– Como oyente y trabajadora, ¿qué es lo que más te gusta de la radio?
– Escuchaba mucho magazine de noticias y programas partidarios en mi casa. Me divertía mucho. Hacer periodismo partidario me encantó. Hay una mirada peyorativa con respecto a eso, pero somos profesionales. Me tocó hacer muchas cosas en la radio, pero la conducción es lo que más me gusta.
– Cuando terminabas de relatar un partido, ¿lo escuchabas después?
-Con los vivos no me gusta hacerlo, porque ésto es relato. Lo que salió al aire, ya salió y fue así por condiciones naturales. Si lo escucho en mi casa le voy a encontrar mil cosas, pero en el contexto capaz estuvo bien, porque importa el entorno. Sí soy de grabarme, de practicar en casa. Lo mismo cuando hago radio o locución de eventos. Raramente me escucho, salvo que esté practicando.
-Se entiende que, en el periodismo, los Juegos Olímpicos y el Mundial son como un punto máximo en la carrera. ¿Qué significó para vos relatar la Copa del Mundo de Rusia?
-Un montón, porque era algo distinto. Siempre me moví en el ámbito del fútbol local. Más allá de estar ligada a Huracán, estuve en transmisiones de Lanús, de Boca, pero siempre en el ámbito local. Ponerle voz al evento que para al país y al mundo es un montón. Significó mucho, fue muy lindo. Tengo un gran recuerdo. Fue espectacular, un salto no desde lo económico, pero sí en lo profesional.
-¿Cuáles fueron tus sensaciones de esos relatos para FM La Tribu?
-Todos los partidos tuvieron su condimento, y el hecho de que fuera ahí en vivo lo cambió completamente. Porque no éramos solo nosotras pendientes de la pantalla, tratando de contar y narrar lo que estaba pasando, sino esa pasión futbolera de quienes estaban en el bar de la radio mirando y escuchando la transmi. Muchas mujeres, pero también varones. No solo apoyábamos todos a la Selección, sino que también al proyecto. Entonces lo ibas empujando de una manera que salía. Y el resultado, obviamente que cuando a Argentina le salían las cosas bien nos alentaba. El último contra Francia ya fue medio un garrón y tuvo un gusto más amargo que los otros, pero la labor cumplida estuvo. Nos quedamos felices y contentas de que se pudo hacer.
-¿En esos relatos surgió de tu parte algún latiguillo?
-No, no recuerdo tener ninguno. Sí era muy normal la complicidad. Había dos comentaristas, una que se dedicaba a la parte futbolística y la otra a las cuestiones de género. Por ejemplo, ¿cómo va el tema de interrupción del embarazo en Islandia? Era quizás algo que preguntaba para hablar de cosas durante la transmisión y que a la vez fuera nuestro toque distintivo. No es un latiguillo, pero si algo que nos diferenciaba.
“NO DESCARTO RELATAR A HURACÁN ALGÚN DÍA”
-Laura, nunca relataste a Huracán. ¿Qué partido de la historia y a qué jugador te hubiese gustado relatar?
-Alguno del 73, porque esos equipos casi que los sabemos de memoria. Hasta que Huracán salió campeón en el 2014, todos los hinchas crecimos con las leyendas del 73. Pero viniendo más acá, un partido del 2009, el de Arsenal, ese que Huracán ganó previo a la final con Vélez. Ese me hubiese encantado ponerle voz por todo lo que implicaba, por todo lo que la gente pensaba. No descarto ponerle voz y relatar algún día un partido de Huracán.
-¿Cómo sería tu transmisión ideal de radio de todos los tiempos?
-De relator, estoy entre dos. Pero me voy a volcar por Víctor Hugo Morales. Estaba dudando porque Mariano Closs es de lo mejor que tenemos, pero me juego por Víctor Hugo. Hizo el relato más grande de la historia. Comentarista, estoy también entre dos, pero me quedo con Viviana Vila. Además, ellos funcionan muy bien juntos. Campo de juego, me quedo con Ángela Lerena. Pensándolo bien, pondría en el otro campo de juego a alguna persona de una transmisión partidaria, para darle vida al periodismo partidario. Porque hay mucho talento, pero no son bien vistos, como si fueran de segunda. Claramente no es así. Por ende, buscaría a alguien de alguna transmisión partidaria, para demostrar que los partidarios pueden estar a la altura de los grandes proyectos. Hay grandes profesionales que solo les falta una oportunidad o un golpe de suerte. En estudios centrales, ni lo dudo: el mejor es Raúl Fernández, más allá de que tuve el placer de trabajar con él. Es un hombre maravilloso, lúcido, profesional, sin dudas lo elijo al Gallego, que sigue trabajando como si tuviera 20 años. Locutor, no es deportivo, pero Héctor Larrea es el mejor. Me marcó mucho escucharlo de chica, como respetuoso que es trabajaría muy bien con los profesionales que nombré antes.
-También podés insertarte vos como locutora…
-Podría, pero me da pudor con gente tan grosa. Aunque reconozco que aprendería muchísimo.
-Dijiste que Víctor Hugo hizo el mejor relato. ¿Alguna vez fantaseaste haber relatado ese momento o algún otro de Huracán?
-Sí, claro. A modo de juego relato todo, le puse voz a esos goles famosos o históricos. Hay cosas que me dan mucho pudor, pero a la mítica atajada de Marcos Díaz ante Rosario Central en San Juan, y después de 41 años ese desahogo, me hubiese encantado ponerle voz. Cubrí ese partido haciendo campo de juego. El día que perdamos esa pasión, nos volveremos oficinistas. Hay que divertirse, y nunca perder ese juego.
– ¿Cómo llegaste a ESPN?
– Llegué porque el jefe general del canal, que es hincha de Huracán, me escuchó siendo la Voz del Estadio y le gustó. El boca a boca es fundamental en esta profesión. Nunca se sabe quién te puede estar escuchando del otro lado, las oportunidades salen.
-Últimamente estuviste narrando cuentos. ¿De dónde salió esa idea?
-Yo a veces me pongo a filosofar y escribo un par de cosas, pero la grabación de los cuentos nació porque en cuarentena disminuyeron muchísimo las transmisiones deportivas, entonces aproveché y me puse a grabar cuentos porque me gusta y disfruto mucho la literatura. Me gusta mucho leer. Grabarlos y dejar un registro con voz de mujer me parecía piola, así que me lancé.
RECONOCIMIENTO
La diputada Cristina Álvarez Rodríguez presentó un Proyecto de Resolución en la Cámara de Diputados de la Nación. El mismo expresa su reconocimiento por la participación e inclusión de siete locutoras mujeres como “voces del estadio” en diferentes clubes de fútbol. Entre ellas está Laura Corriale, de Huracán. Además: Karina Vázquez (Argentinos), Julieta Szmulewicz (Atlanta), Silvana Varela (Morón), Ivana Rodríguez (Gimnasia), Silvina Presta (River) y Camila Ansaldo (Boca).
Agregar comentario