Yamila Rodríguez y Lorena Benítez pasaron de Boca a Palmeiras a principio de año para ganar roce internacional. Por distintos motivos, tuvieron sus idas y vueltas con la Selección y en este Mundial buscarán revancha.
El fútbol argentino femenino todavía no es el que las chicas sueñan que sea. Falta gestión dirigencial para mejorar la economía y la infraestructura. Para contagiar la cultura que hay en el masculino hace falta mucho trabajo y tiempo. Tal como sucede en muchos deportes, emigrar al exterior es una solución para que las jugadoras progresen desde lo deportivo y lo económico.
Yamila Rodríguez y Lorena Benítez eligieron la ciudad de Sao Pablo para tomar rodaje y ritmo de cara al Mundial Femenino a disputarse en Australia y Nueva Zelanda. Ambas jugadoras están en el Verde paulista desde principio de 2023. Antes, habían compartido plantel en Boca, donde lograron ser campeonas locales y dominar el fútbol argentino.
Yamila, nacida en Misiones, la tuvo que luchar toda su vida para lograr el presente que tiene hoy. Pasó de ser alcanzapelotas en el equipo de su hermano a ser nominada como una de las mejores del mundo en su posición. En Boca, debutó en primera con 14 años y lo ganó todo, pero sabía que para estar en la cita mundialista necesitaba otro roce. A principio de 2023, desembarcó en Brasil: Palmeiras la acogió y es la carta goleadora del equipo, algo que nunca imaginó cuando arrancó a jugar en Huracán de Posadas.
En el Mundial de Francia 2019 se quedó afuera en el último corte. Es una herida que todavía no cerró y una decisión técnica que nunca entendió. Luchó desde ese momento para tener una revancha personal. Se tatuó “resiliencia” para recordarse a ella misma que no importa qué tan duro sea el camino, iba a lograr ese objetivo de estar. Fue la goleadora en la Copa América 2022 para obtener la clasificación a la Copa del Mundo. Ahora, que ya figura en la lista definitiva, sueña con brillar.
Lorena, en cambio, sí fue parte del plantel que disputó el Mundial de Francia 2019, pero su camino estuvo lleno de trabas que hicieron que la alejen del Seleccionado Mayor. En sus comienzos hasta se cambió el nombre a Lorenzo, y la luchó para tener un nombre. San Lorenzo la cobijó y debutó con 14 años como su compañera Yamila. En 2021, tras disputar un torneo con Argentina, sufrió la rotura de ligamentos cruzados. No quiso operarse y eso la alejó bastante de la Selección. Tras discusiones con el cuerpo médico, hasta se llegó a perder la Copa América 2022.
En su primer mundial, jugaba en Boca, trabajaba en el Mercado Central y en sus tiempos libres estaba con sus hijos mellizos; entonces no pudo disfrutarlo de la manera que ella hubiese querido. Ahora la situación es distinta: es jugadora full-time en Palmeiras y habla todos los días por videollamada con sus hijos, Renata y Ezequiel, que viven en Argentina junto a su pareja. Sueña con hacer una buena Copa del Mundo y dejar en lo más alto a su país.
Palmeiras es el último campeón de la Copa Libertadores 2022 y desde este año buscó el talento argentino para tenerlo en sus filas. Tanto Yamila como Lorena viven en una casa a las afueras de San Pablo para poder estar más cerca del centro de entrenamiento del equipo paulista. Son pioneras del comienzo del fútbol profesional argentino; buscan hacerse un nombre en el mundo y eligieron Brasil para continuar esa historia. El Mundial, es el objetivo revancha para ambas.
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