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LO QUE SE DICE


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Agata Menichini y Noelia Ale presentaron en la 45ª Feria Internacional del Libro. la tercera edición de “7 frases machistas y cómo combatirlas”, título que dio origen a la colección “Empoderamiento Femenino”.

Por Melisa Ballotta

-Me dijeron que se pronuncia “Meniquini” – murmura Jessica Boianover, editora de Niña Pez, antes de pasar al frente.

-Sí, está bien – contesta Agata Menichini.

Las dos se paran, junto a Noelia Ale, enfrentadas al público y dan inicio a la presentación de la tercera edición de “7 frases machistas y cómo combatirlas”, libro que comenzó como tesis universitaria. La editorial todavía no cumplió un año y este título fue el que dio origen a la colección “Empoderamiento Femenino”.

54 sillas y 30 personas se distribuyen en el stand “Espacio de la Diversidad Funcional y Discapacidad” en el Pabellón Ocre de la 45ª Feria Internacional del Libro. Jessica presenta a las escritoras y se va a un costado, desde donde filma y saca fotos con su teléfono. Rulos, jeans y el pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito atado en el cuerpo es lo que une a las mujeres que quedan al frente. También la lucha contra el machismo.

“Encontramos en nuestra militancia dentro del feminismo una manera de poder analizar y trabajar con las cosas que decimos cotidianamente, con las frases que muchas veces nos salen naturalmente y, en algún punto, no sabemos del todo qué significaciones tienen”, explica Noelia. El libro está dividido en siete capítulos en los que se desgranan algunos dichos que están instalados en el imaginario social como “Me depilo porque me gusta” o “¿Vas a salir así a la calle?” o “Cuando seas mamá vas a entender”. Primero desarrollan testimonios en primera persona en los que no se especifica de quiénes son porque, como aclara Agata, todas las experiencias entre mujeres son intercambiables. Los sigue un análisis teórico de cada situación.

– Es un flash para mí estar en la feria porque vengo desde chiquita y me parece muy fuerte estar presentando un libro acá – cuenta Noelia, que mueve las manos al hablar.

-¿Cómo es tu nombre? – interrumpe una mujer rubia sentada en la primera fila que toma apuntes.

-¿Mi nombre? Noelia Ale – contesta.

-¿Ale? O  ¿Alé? – repregunta la señora, sin micrófono.

-Ale, pero hay gente que lo pronuncia “Alé” y ya solté ese tema.

Lo que se dice y porqué. “La idea nuestra es que esto sea como un manual de autodefensa, como un lugar adonde ir para entender un poco de qué van estas grandes opresiones.”, explica Agata sobre el libro y agrega que para ellas fue “muy sanador” poder poner en palabras ciertas cosas que las perturbaban, pero no podían explicar. Ahí se cruzó el feminismo en sus caminos.

“De un modo u otro, todas fuimos víctimas de abuso y eso es algo que terminé por comprender siendo adulta.” responde Noelia a la pregunta de cuándo se hizo feminista. Poder nombrar lo que le pasó de chica es su respuesta: “Me encontró para ayudarme a sanar un poco y a poder seguir con mayor libertad en las cosas que quería hacer y sentía”.

La incursión de Agata en la militancia contra el machismo también nace de una necesidad. “Fue posterior a una violación, que me di cuenta mucho tiempo después que había sido una violación.”, cuenta Menichini. Se conocieron en la Universidad de Buenos Aires cursando Ciencias de la Comunicación y las dos se acercaron al feminismo para poder nombrar aquello que les había sucedido.

De todas formas, las palabras no son el único lugar de disputa. Agata relata que con el tiempo cambió mucho su forma de lucha. De un enojo violento pasó a buscar maneras de hacerle entender a las personas la opresión que viven las mujeres, pero de una forma más amorosa.  “En la calle camino mirando a los ojos a todos los hombres para que nadie me diga nada y en la playa me pongo en tetas porque me parece que hay que empezar a frenar la erotización ajena de mis ‘partes prohibidas’”, ejemplifica Menichini.

“7 frases machistas y cómo combatirlas” es un libro, de tapa verde, que intenta ser un arma para la revolución. Porque creen que con el feminismo todos los vínculos cambian y, para eso, es necesario modificar la forma en que se piensa. “Eso es lo que tratamos de transmitir a todes les que lo lean, esta idea de que todavía podemos seguir aprendiendo y desaprendiendo, porque en parte somos lo que pensamos y, para cambiar lo que somos, tenemos que cambiar lo que pensamos y las cosas que decimos porque muchas veces implican violencia que desconocemos.”, cierra Noelia.

 

 


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