Este suceso quedó marcado (desde el lado deportivo) por ser la primera vez que se jugó tenis en el continente sudamericano. Pero recién en 1892 se fundó el Buenos Aires Lawn Tennis Club (BALTC), emblema e institución tradicional de este deporte en Argentina, reconocido por todo el mundo de la raqueta. No fue en su actual emplazamiento, en los Bosques de Palermo, sino en la intersección de las cinco esquinas de las calles Juncal, Quintana y Talcahuano. Un año más tarde F. M. Still se consagró como el primer ganador del Campeonato del Río de la Plata.
El tenis se fue expandiendo poco a poco por la capital argentina, sus alrededores y en algunos lugares del interior, donde se fundaron clubes tales como Belgrano Athletic, Club Atlético de Rosario, General Urquiza Athletic Club, Villa Devoto Lawn Tennis Club, Gascón Lawn Tennis Club y Villa Ballester Lawn Tennis Club. Estas mismas entidades, por iniciativa de H. F. Prescott, presidente de Belgrano, crearon The Lawn Tennis League of the River Plate el 17 de noviembre de 1914, y su primer presidente fue Arthur Stuart Turner. Poco a poco, y con rapidez, los argentinos (mayormente porteños) le tomaron gusto a este deporte, y se empezó a expandir dentro de clases altas, aunque también generaba curiosidad de todos.
El 7 de septiembre de 1915 se cambiaron todos los nombres asociados a clubes, entidades, competiciones y ligas del país, pasando del inglés al castellano. Ese mismo año se organizó el primer torneo interclubes, solo para hombres, que ganó General Urquiza.
La Asociación Argentina de Lawn Tennis (AATL) estableció una sede propia en septiembre de 1921, en Avenida de Mayo 651. Recién en 1924, una año después de la primera participación en la Copa Davis (por entonces llamada International Lawn Tennis Challenge) se hizo una especie de ranking para ubicar a los mejores jugadores de la AATL, lista que encabezó Guillermo Robson.
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