Inicio » LOS MITOS TAMBIÉN VIAJAN EN SUBTE

LOS MITOS TAMBIÉN VIAJAN EN SUBTE


Compartir

Pasajeros y trabajadores de la Línea A conviven con la historia de dos obreros que habrían muerto enterrados en un derrumbe durante la construcción del trazado, en 1913. Cuentan que se los puede ver al pasar por la estación Alberti, aunque la mayoría prefiere no mirar por la ventana.

Por Hernán Cocchi (@cokyto),  Jorge Andreani (@cronopio17),  Diego Suarez (@suarezd82),  Aramis Glauber (@aramis2487), y Joaquin Bianciotto (@Joacobianciotto)

Una historia subterránea que ocurrió a principios del siglo pasado. Una historia que quedó sepultada bajo tierra, pero que sobrevivió en nuestros días pasando de boca en boca hasta transformarse en un mito. El escenario es la línea A del subte porteño. Su trazado fue construido a cielo abierto entre 1910 y 1913 y es el más antiguo de América del Sur. Por su historia y sus características (hasta que en marzo de este año cambiaron los vagones), es también la más mitológica. “He escuchado, por ejemplo, a un muchacho del turno noche que va caminando por la zona de Alberti y escucha ruidos”, cuenta un trabajador del subte. Otros operarios aseguran que, también por la zona de Alberti, vieron una sombra por el vidrio de la cabina de conducción y se dieron vuelta a mirar. No había nadie. Omar, un viejo empleado de la línea recuerda que “la construcción del trazado fue a cielo abierto y hubo gente que murió por las malas condiciones de trabajo, en esa época era todo pico y pala.” Los relatos de fantasmas también viajan bajo tierra.

“Por 1913, cuando recién se iniciaban las primeras excavaciones, aseguran que se quería hacer una estación y de repente el terreno cedió, todo se derrumbó sobre dos obreros  que mueren sepultados vivos”, recuerda el escritor Guillermo Barrantes, coautor de “Buenos Aires Es Leyenda”, un libro sobre mitos porteños. Y agrega: “No se dijo nada, se mantuvo en secreto y se construyeron Pasco y Alberti, que son dos estaciones extrañas, como mutiladas, en las que se usa solo la mitad”. En los registros periodísticos de la época no se menciona nada sobre el accidente.

Estas historias son contadas no sólo por trabajadores de la línea A, sino también por los pasajeros. O mejor dicho, por algunos de ellos. El lugar de las supuestas apariciones es a metros de la estación Alberti, en un andén fantasma que solo se ve desde los vagones en movimiento y que pasa desapercibido para algunos, pero que llama la atención a muchos. Quienes lo saben miran de reojo a ver si descubren algo, como esperando ser el protagonista de esa espiral interminable que son los mitos. “La gente dice que es entre medio de las estaciones Pasco y Alberti donde aparecen esos dos obreros”, comenta Claudio, quien viaja todos las mañanas en el subte. Otro pasajero agrega: “Yo también escuche esa historia, pero nunca vi nada. Por las dudas, no miro”.

Mito subte A

Hasta comienzos de este año, los vagones en circulación fabricados por la empresa belga La Brugeoise eran los más viejos del mundo y fueron reemplazados por nuevos coches importados de China y no faltaron las voces que criticaron la falta de mística del cambio. El progreso decidió quitarle magia a las historias de fantasmas de la línea A: más velocidad y ventanas selladas para el mejor funcionamiento del aire acondicionado conspiran contra el deporte de contar historias sobrenaturales. Pero siguen ahí. No se sabe si son las apariciones o el boca a boca lo que los mantiene vivos.

El subte corre como una vena por debajo de Rivadavia. Cuatrocientos mil personas van y vienen, vienen y van, todos los días entre el mundo concreto y el de las profundidades, donde pueden encontrar algo que va más allá de un medio de transporte, de una obra de ingeniería. Las historias transforman a los túneles en lugar donde los mitos cobran vida. “Cada porteño que se sube a un subte de la línea A puede verlos en un momento específico. Se dice que hay un instante, cuando el subte pasa por la estación Alberti, que si uno justo se anima a ver por la ventanilla puede llegar a ver a los dos obreros”, relata Barrantes con tono de suspenso.

Las estaciones funcionaron hasta el 6 de agosto de 1953, según el Anuario de la entonces flamante Empresa Estatal Transportes de Buenos Aires. El cierre de ambos andenes y la imagen de abandono alimentaron el mito de las apariciones sobrenaturales.

Sobre Pasco Sur y Alberdi Norte existen varias teorías. La versión oficial de Metrovías es que la decisión respondió a “cuestiones operativas” sin dar más detalles. Por aquellos años, no hubo explicaciones del Gobierno. Una de las versiones cuenta que después de un atentado contra una manifestación convocada por Juan Domingo Perón en la Plazade Mayo en 1953, los militantes peronistas incendiaron la sede dela Casa del Pueblo del Partido Socialista que se encontraba a metros de Pasco Sur, en Rivadavia al 2100. El posterior derrumbe del edificio –otro derrumbe que se suma a esta historia- habría dejado estructuralmente inutilizable a la plataforma.

Sobre Alberti Norte también hay varias historias, algunas técnicas. Una indica que la estación obligaba a las formaciones a detenerse dos veces en los 124 metrosque la separaban de Pasco Norte (la otra estación Pasco, la que no sufrió el derrumbe del local socialista) y que la clausura se decidió para mejorar el servicio. Otra versión indica que los trenes se detenían muy cerca de la bóveda de una sucursal del Banco Nación y que la circulación de personas generaba un problema de seguridad. En 2006, Metrovías instaló allí un transformador que abastece a parte los túneles y que reemplazó a la subusina Bartolomé Mitre que se encontraba operativa desde 1913, cuando se fundó la línea.


Compartir

2 comentarios

Clic acá para dejar un comentario

  • Disculpen pero jamas vi a dos Obreros .Lo mio fue mucho mas lindo ya que en unos de esos días donde todas las miradas te rechazaban en el anden del subte ,ya medio decepcionado pero conn un sentimiento positivo adentro sbubí en la estacion de la line A Piedras y me sente ,entonces .estaba medio dormido y en eso veo por el reflejo de la ventanilla de enfrente un chica hermosa de pelo muy largo y medio rubio tirando a colorado que me miró ella a mi y despues cuando yo la miré bajo un poco la mirada y enderezo la cabeza.Cuando la quise mirar de nuevo deberia haber etado sentada a mi derecha en el ultimo asiento de la fila donde estaba sentado y habia una chica morocha nada que ver …mire todo el vagon y no estaba .